➸ Ser sincero

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No tenía ni la más remota idea de cuánto tiempo había pasado desde que llegó al restaurante, pero lo que sí sabía era que un par de minutos no eran exactamente. Para ponerse un poco más en contexto de lo que sucedía, Chongyun lo había citado en el restaurante Wanmin a unas horas bastante... Peculiares, es decir, a unas horas algo pasadas, horas en la que ya iban cerrando el lugar. Claro que esto del cierre le importaba poco, pues digamos que Xiangling tenía cierto favoritismo con sus amigos, lo que significaba que los dejaba quedarse incluso después de cerrar, a veces hasta ella les daba la comida gratis.

Regresando a lo importante, llevaba al menos un par de horas esperándole, no sabía cuántas, pero eran horas; en un principio consideró escribirle un mensaje diciéndole que se iba a casa y que podrían hablar en otra ocasión, pero cambió de opinión luego de recibir mucho antes uno de parte de su amigo que decía que se retrasaría un poco, dándole así esperanzas de que no lo habían dejado plantado sólo porque sí. Y ahí estaba, sentado en la barra de la cocina adentro del restaurante, esperándolo mientras comía brochetas para pasar el tiempo y porque tenía hambre.

Cabe destacar que Guoba también le estaba haciendo compañía.

¿Qué inconveniente crees que se le haya presentado como para retrasarse por tanto tiempo? —Preguntó mirando al osito, quien se encontraba posado a su lado disfrutando de algunas albóndigas que su amiga le había preparado.

Guoba hizo un gesto encogiéndose de hombros.

Ya veo. —Dio una mordida a su brocheta. — ¿Tienes alguna idea de por qué me habrá citado a estas horas?

Nuevamente, el osito se encogió de hombros.

—... No te ofendas, pero charlar contigo no es muy divertido. —Suspiró con frustración.

En eso escuchó la puerta del restaurante abrirse, miró a aquella dirección rápidamente, rezando porque aquella persona que haya entrado sea el exorcista.

Afortunadamente para él, sí lo era.

Siento mucho haberte hecho esperar por tanto tiempo, pero debía encargarme de unos asuntos en la posada Whangshu... —Dijo apenado.

No te preocupes. —Sonrió. —Que bueno que llegaste, ya me estaba empezando a desesperar eso de intentar entablar una conversación con Guoba.

¿Así de aburrido estabas? —Preguntó risueño.

Sí... Aún sigo sin saber cómo es que Xiangling le hace para entenderle. 

Eso mismo me pregunto yo.

Ambos rieron.

¿Y para qué me necesitabas? —Preguntó Xingqiu yendo directamente al punto.

El exorcista se puso nervioso de golpe. —B-Bueno... Te cité porque tengo algo importante que decirte.

El espadachín abrió los ojos con sorpresa, de inmediato comenzó a suponer qué era "eso" tan importante que quería decirle. Entre esas suposiciones estuvo una posible confesión de amor. Cuando se le vino la idea a la mente no pudo evitar pensar en una posible respuesta, sin embargo, sus ilusiones se fueron por el caño, pues sabía que era muy poco probable que una cosa así llegara a suceder.

O tal vez simplemente estaba siendo muy pesimista al respecto.

¡Oh! Está bien, adelante, entonces.

El más bajo comenzó a inhalar y a exhalar para intentar bajar los nervios. —Verás... Llevo guardándome esto por varios años y... —Empezó a jugar con sus dedos mientras bajaba la mirada con vergüenza.

¿Hmm?

C-Creo que ya es tiempo de que lo sepas. —Sintió que sus mejillas estaban enrojeciendo y que su temperatura iba subiendo, por lo que rápidamente sacó una paleta helada de su bolsillo. —No te dije esto por temor a lo que fueses a pensar de mí, pero gracias a la ayuda de mi tía pude reunir el valor para hacerlo... —Dijo mientras le daba una mordida al helado e intentaba mantener la calma.

Xingqiu, por su parte, intentaba disimular su emoción, ya que con lo poco que su contrario había dicho pudo deducir de qué se trataba; tenía planeado besarle hasta dejarle sin aire al final de la confesión y luego, corresponder sus sentimientos.

Vaya que se estaba haciendo muchas ilusiones.

Qiu... —La emoción del mayor aumentaba más. —M-Me gustan los chicos... —Soltó como pudo, luego volvió a dar otra mordida a su helado.

Hubo un silencio bastante largo por parte de los dos.

Ahí quedó el plan perfecto de Xingqiu. Nuevamente, sus ilusiones quedaron aplastadas, quería pegarse un tiro ahí mismo. Su pequeño trance y sus gritos internos fueron interrumpidos por la voz temblorosa del menor.

L-Lo sabía... —Miró hacia otro lado intentando reprimir las ganas de llorar, se arrepentía de haber dicho aquello, pensó que tal vez el silencio de su mejor amigo significaba algún tipo de rechazo discreto o algo por el estilo; comenzó a repetirse internamente que había sido muy mala idea decírselo. Con los ánimos abajo decidió salir del lugar y aislarse por un tiempo en cuanto llegara a su casa, necesitaba tiempo para él solo.

¡No! —El contrario reaccionó, se levantó de su asiento y antes de que el menor se fuera lo detuvo tomándole del brazo. —No te vayas... —Chongyun volteó a verlo, tenía los ojos cristalizados y una expresión de tristeza dibujada en su rostro.

Su corazón dio un vuelco al verlo de esa forma.

Probablemente creíste que al no responderte nada ya estaba pensando mal de ti ¿No es así? —El más bajo asintió lentamente. —Pues no, tranquilo. Verás, no dije nada porque... Bueno, la noticia me agarró de sorpresa, no todos los días tu mejor amigo te confiesa que es gay ¿Sabes?

E-Entonces tú...

Asintió. —Ven aquí. —Extendió sus brazos, el menor lo captó enseguida y se abalanzó sobre él para darle un fuerte abrazo.

No pensé que fueses a aceptarme, en serio. —Limpió las pocas lágrimas que se asomaban por sus orbes. —Quiero decir, sabes cómo reaccionó la gente cuando Xiangling hizo pública su relación con Hu Tao y Xinyan...

Temías que te mirara como a un bicho raro, tal y como ellos lo hacían con ellas ¿No?

Algo así... También tenía miedo de que nuestra amistad acabara, eres el único amigo que tengo además de Xiangling, no me gustaría perderte.

¿Oyeron eso? Fue el corazón –y las pocas ilusiones que le quedaban– de Xingqiu rompiéndose, ya lo habían rechazado sin avisar, encima indirectamente. Sabía que su amigo no lo hacía apropósito, pero aun así no pudo evitar sentirse dolido.

Eso no va a pasar, te lo aseguro ¡Voy a estar siempre que me necesites y lo sabes!

Soltó una risita. —Gracias, Qiu.

No hay de qué, para eso están los amigos. —Le dedicó una pequeña sonrisa.

Al parecer intentar enamorarlo iba a ser mucho más complicado de lo que creyó, pero el lado bueno es que al menos ahora que sabía su pequeño secreto, tenía algo de chance con él.

E iba a aprovechar dicho chance al máximo.

❝Amorometro❞ [Xingyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora