❝Amorometro❞ [Xingyun]

➸ Cubrir

El de orbes azules se hallaba enfermo, tenía una fiebre lo suficientemente alta como para quemar la piel al hacer contacto con él; se sentía tan débil que ni levantarse podía, sin mencionar que estornudaba sin control. Había pescado un resfriado. Y todo eso porque, de nuevo, fue a Espinadragón a intentar hacerle frente a su condición, tal parece que no había aprendido su lección con el resfriado que pescó la última vez que lo intentó.

Incluso esta vez alcanzó a desmayarse por la hipotermia. Afortunadamente Albedo, un muy buen amigo de Xingqiu, lo había encontrado tirado en medio de la espesa nieve; cuando lo encontró, éste estaba pálido, su piel estaba más fría de lo usual y se le dificultaba respirar. Inmediatamente lo llevó a su refugio, lo acogió allí hasta que el frío bajara y llamó al espadachín.

Ahora este último se encargaba de cuidarle, pues la tía del exorcista tenía que salir y los demás tenían muchas ocupaciones ese día –por casualidad y necesidades de guion–, por lo que él se ofreció. Como era de esperarse, a la albina no le agradó del todo la idea, pero lastimosamente no tenía más opciones disponibles, así que no tuvo más remedio que aceptar.

—En el estante está la medicina, debes dársela cada seis horas —Explicó la mayor mientras alistaba sus cosas. —Si se te llega a complicar en algo no dudes en llamarme, trataré de llegar lo más rápido que pueda. —Miró a su contrario, quien sólo se limitó a asentir. —Recuerda tomar su temperatura cada cierto tiempo para saber si su fiebre ha disminuido. —Tomó su lanza y abrió la puerta. —Él está descansando en su habitación, no lo despiertes a no ser que sea para algo importante.

—Sí señora... ¿Algo más que deba saber?

—Por ahora nada más. Ya tengo que irme, nos veremos más tarde o no lo sé, depende de cuánto vaya a demorar. —Dicho esto salió del lugar, no sin antes asomar su cabeza por el marco de la puerta del mismo para dar un último aviso. —Te confío a mi sobrino. Así que no vayas a hacer ninguna estupidez ¿Entendido? —Le lanzó una mirada amenazante, luego cerró la puerta y se fue.

El ojiambar tragó saliva después de que la albina saliera. Dejando eso de lado, con algo de prisa subió las escaleras hacia la habitación de su amigo, al llegar, abrió la puerta del cuarto con cuidado de no hacer ruido, no quería despertarlo. Entró y lo primero que vio fue al menor acostado en la cama, dormido y con una bolsa con hielos en la frente. Caminó hacia éste y se sentó en el suelo, a una distancia lo suficientemente cercana como para poder atenderle.

Recostó ambos brazos en la cama y posó su cabeza encima de estos, luego miró a su contrario y comenzó a admirar su rostro. Aun con un resfriado ese rostro se le hacía la octava maravilla del mundo, así de enamorado estaba, incluso hubo un momento en el que lo miró con una sonrisa de idiota.

Pasó gran parte de su tiempo admirándolo, hasta que por un momento recordó lo que le había dicho la tía de su amigo sobre darle la medicina cada tantas horas. Levantó su cabeza de encima de sus brazos y sacó su teléfono, lo encendió y luego miró la hora; faltaban alrededor de unos dos minutos para cumplir las seis horas y tener que darle el remedio de nuevo. Con prisa se paró del suelo y salió corriendo en busca de aquello, luego de estresarse un poco con la búsqueda, finalmente la encontró y regresó a la habitación.

Con sumo cuidado sacudió al menor, no tardó mucho para que éste comenzara a despertar lentamente. Cuando abrió los ojos por completo, lo primero que vio fue a su amigo estando de pie al lado de la cama, supuso que él era el encargado de cuidarle, por lo que no se extrañó al verle.

—Siento haberte despertado, Yun, pero ya es hora de que te tomes la medicina. —Dijo suavemente mientras vertía el contenido del frasco en un pequeño recipiente.

—N-No te preocupes, lo entiendo... —Habló con dificultad, pues su garganta le ardía. Intentó levantarse de la cama, mas no tuvo éxito, aún se sentía muy débil. Xingqiu notó aquello, así que le ayudó a hacerlo. —Gracias... —Dicho esto, como pudo agarró el recipiente y bebió el contenido de este, haciendo una mueca de disgusto en el proceso.

— ¿Tan mal sabe? —Rio un poco.

—Sí, n-no querrás probarla, créeme.

—Casi nunca me enfermo, así que dudo mucho probarla.

—Suertudo...

—Ya lo sé. —Volvió a reír. —Bien, suficiente con restregarte en cara que mis defensas son más potentes, es hora de que vuelvas a dormir.

Él sólo se limitó a asentir y, con ayuda de su amigo, volvió a recostarse.

—Iré a buscar un libro entre las estanterías para entretenerme, ya regreso. —Caminó hacia la salida de la habitación, sin embargo, antes de eso, el débil agarre de Chongyun lo detuvo al instante.

—N-No es necesario... —Su contrario le miró confundido. —Puedes dormir conmigo si quieres... —Dijo con ojos suplicantes.

Un fuerte rubor se presentó en las mejillas del mayor, rápidamente desvió la mirada e intentó mantener la calma para que su contrario no lo notara.

—Ya sé que la petición es rara, no tienes por qué aceptar si no te sientes cómodo...

— ¡No, no! Tranquilo, acepto, perdón si me tardé en darte una respuesta. —Rascó su nuca algo apenado.

—Está b-bien, entonces. —Intentó moverse para así hacerle un espacio y se acostase.

El mayor, ya pudiendo bajar su sonrojo, se acomodó en la cama y se acostó al lado del exorcista. Este último, con las pocas fuerzas que le quedaban, volvió a moverse para quedar recostado en el pecho de su amigo, y al instante se quedó dormido.

Esto hizo que nuevamente el pobre espadachín se sonrojase, sólo que esta vez era más leve; con cuidado de no despertar al más bajo se acomodó mejor en su lugar, luego lo rodeó con sus brazos y le dio un pequeño beso en la frente. Por último, tomó las sábanas y cubrió al menor y a él mismo con ellas, al cabo de unos minutos terminó cayendo dormido, aún abrazado a su amigo.

Ayuda, no sabía a qué clase de "cubrir" se refería, tipo, cubrir con algo o cubrir en un pendiente o no sé. xd
Al final opté por el primero porque ya tenía una idea definida, so... Terminó saliendo esto. 

No tengo más que agregar, así que ¡Nos vemos! ü