➸ Declarar/Aceptar

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A ver si entendí bien ¿Lo acorralaste y luego lo besaste en los labios? —Preguntó Hu Tao mientras recopilaba lo que el ojiambar le acababa de decir. Este último mencionado asintió. — ¿Y todo estaba bien hasta que de la nada el muñeco de nieve se separó forzosamente? —Un segundo asentimiento. — ¿Luego de separarse puso una excusa medio estúpida y salió corriendo? —Tercer asentimiento. —Vaya, sí que tu situación es lamentable.

Ya lo sé... —Respondió Xingqiu cabizbajo. —Pero lo importante aquí es saber por qué diablos lo hizo ¡Si él me había correspondido y todo!

A mí se me hace que no te quiere.

Tao, no seas así. —Habló Yun Jin, esta vez no con el tono bromista que solía tener cada que estaba con sus amigos. —Tal vez él tuvo una razón para hacerlo, es mas, deberías llamarlo y hablar con él para saber lo que le ocurre.

Ya, pero ¿Y si sólo quiere un tiempo a solas? Quiero decir, que te bese tu mejor amigo así de la nada es algo difícil de procesar. —Se excusó, no quería llamarle, pues si lo hacía probablemente le haría sentir incómodo. Y quería evitarse eso.

El que tenga miedo a morir que no nazca, dame eso. —Tomó bruscamente el teléfono del mayor, estaba a punto de marcarle hasta que le entró una llamada. Vio la pantalla y sonrió con satisfacción al ver de quien se trataba. Contestó y con rapidez le entregó el teléfono a su dueño, que al ver el nombre en pantalla entró en pánico.

Hombre, no te pongas así, salúdalo al menos, agradece que se tomó la molestia de llamarte. —Se cruzó de brazos y le miró enojada.

... Bueno. —Suspiró y puso el aparato en su oído.

Ambos tuvieron una breve conversación, la cual terminó con el exorcista citando al espadachín esa misma noche, todo para poder aclarar lo sucedido en la mañana. Obviamente el mayor aceptó, no perdería la oportunidad. Eso y porque las dos chicas le insistieron hasta el cansancio.

[...]

Llegó la hora, el exorcista estaba más que nervioso ¿Qué le diría? No podía simplemente decirle que mandó todo al carajo porque terminó haciéndole caso a su cabeza y a su baja autoestima. No, claro que no. No iba a evitar ningún detalle, le diría todo en esa misma ocasión, incluyendo su posible confesión.

Salió de su burbuja al escuchar la voz de su mejor amigo llamándole, se giró hacia dónde provenía la voz, luego hizo un gesto en señal de saludo, siendo correspondido.

El mayor llegó a donde se encontraba el menor, al principio ambos evitaban el contacto visual, pues el ambiente se sentía bastante pesado. Finalmente, el ojiazul se armó de valor y tomó la primera palabra.

Gracias por haber venido, quiero arreglar las cosas, además, te debo una explicación...

Era una oportunidad que no dejaría ir. Y no, soy yo quien te debe una explicación, no debí haberte besado de forma desprevenida... —Se rascó la nuca apenado.

En eso el menor sintió una pequeña punzada en su pecho, su labio comenzó a temblar y las ganas de irse y romper en llanto se estaban haciendo presentes, sin embargo, a pesar de cómo se sentía, continuó.

Quiero que sepas que tú no tienes la culpa de nada en primer lugar, todo esto lo causé yo al haberme ido así y dejarte con la palabra en la boca. —Tomó un poco de aire, luego prosiguió. —Mientras me besabas yo... P-Primero que nada, e-el beso me... Me gustó. —Susurró esto último con un leve sonrojo. —Segundo... —Suspiró, de verdad que no quería ¿Y si él pensaba que la razón era muy estúpida? ¿Y si se molestaba y lo dejaba ahí mismo? ¿Y si ya no quería ser más su amigo?

❝Amorometro❞ [Xingyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora