❝Amorometro❞ [Xingyun]

➸ Halagar

— ¡Que bonitos ojos tiene, comadre! —Dijo la ojicarmín en tono burlón.

— ¡Pero no son más bonitos que los suyos, mi bella comadre! —Le siguió el juego Yun Jin, también burlándose.

— ¡Ya dejen de joder con eso! —Gritó el espadachín con cierta molestia.

[Más temprano ese mismo día...]

El ojiambar se hallaba en el restaurante Wanmin, pasando el rato porque tenía tiempo libre e intentando idear algún plan para seguir con su conquista, lastimosamente para él, estaba escaso de ideas, no se le ocurría absolutamente nada, y cuando por fin su lámpara imaginaria se encendía, enseguida descartaba ese plan, ya sea por lo imposible que era o porque simplemente lo pensaba dos veces y se daba cuenta de lo malo que era.

—Bien, puede que las indirectas no hayan funcionado, pero eso es porque no las pensé bien, así que, la mejor manera es-

— ¿Qué demonios haces? —Apareció la cocinera con un par de bandejas en las manos. Xingqiu se sobresaltó.

— ¡No hagas eso, casi me da algo! —Le miró molesto mientras ponía una mano en su pecho en señal de susto.

—Lo siento, trataré de no hacerlo la próxima vez. En fin ¿Qué es lo que andas haciendo? Guoba me dijo que murmurabas mucho y que no te callabas ni porque te pagaran.

—No creo que sea buena idea decírtelo, pero desafortunadamente no tengo salida, así que... —Dio un sorbo a su bebida y suspiró. —Me gusta alguien, pero no tengo idea de qué hacer para enamorarlo, Tao me dio consejos pero no funcionaron. —Miró al suelo con desánimo.

—Ya veo. —Le dio las bandejas a Guoba y se agachó para hablarle. —Encárgate de entregar estos pedidos y los que vengan por mí ¿Sí? Te recompensaré con comida luego. —El osito asintió y se fue de la mesa para hacer el mandado de su amiga. Al verlo irse, Xiangling tomó asiento al lado del de visión Hydro. —Voy a ayudarte, o bueno, al menos voy a intentarlo.

— ¿De verdad? —Le miró con una chispa de esperanza en sus ojos.

La cocinera asintió. —Bien ¿Qué fue lo que Hu te aconsejó en primer lugar?

—... Darle indirectas de que me gusta.

—Es mala idea si esa persona es, por así decirlo... ¿Inocente? O demasiado idiota si eran de esas fáciles de captar.

—Afortunada y desafortunadamente era la primera.

—Uy, ahí sí no tengo mucho que decir al respecto... Déjame ver qué se me ocurre. —Apoyó los codos sobre la mesa y comenzó a pensar en una manera de ayudarle, en eso, recordó una de las veces en las que una de sus novias intentaba hacer lo mismo que su amigo, chasqueó los dedos en señal de que se le había encendido el foco. — ¿Y si pruebas con halagos?

— ¿Qué? ¿No sería lo mismo que las indirectas?

—Sí y no, porque al menos los halagos no son planeados. —Sonrió con orgullo.

—En eso te doy la razón...

— ¿Entonces lo intentarás?

— ¿Por qué no? Al igual ya me había quedado seco.

— ¡Así se habla! ¡Ve por él, Qiu, tú puedes! —Alentó la chica de manera alegre.

[...]

El par de mejores amigos se encontraba caminando por las calles de la ciudad, en el camino, charlaban sobre varios temas, entre ellos, la mejora del rendimiento del menor en sus entrenamientos como exorcista. Éste decía todo con felicidad, pues sentía que estaba avanzando en ello, mientras que el ojiámbar sólo se limitaba a escucharle en silencio con una sonrisa orgullosa.