❝Amorometro❞ [Xingyun]

➸ Prestar atención

— ¿Qiu, podrías terminar ya y prestar atención a lo que te digo? —Habló el menor con desgano y con un tono de leve irritación en su voz.

Ambos se encontraban en casa del mayor, éste último leía un libro que lo tenía enganchado desde hace varias semanas, mientras que el de baja estatura le contaba sobre lo que había hecho ese mismo día, sólo que, como se podía apreciar, el contrario no parecía prestarle ni la más mínima atención a sus palabras.

 —Sí, sí, pero primero déjame llegar a algún punto y aparte para no dejar el capítulo a medias. —Le dedicó una mirada rápida mientras le daba un sorbo a su taza de té, luego volvió a posar su vista sobre las páginas.

— ¡Dijiste lo mismo las últimas cuatro veces!

—Esta vez es en serio, lo prometo.

—Ya no te creo. —Se cruzó de brazos e infló sus mejillas, molesto.

En el trascurso de la tarde, Chongyun se dispuso a intentar hacer que su contrario volteara su mirada, aunque sea de manera leve, por lo que, en ocasiones, pellizcaba sus mejillas, le daba leves golpecitos e incluso lo abrazaba, aun después de haber hecho todo eso, seguía sin inmutarse.

Ya harto, se puso enfrente del espadachín, luego puso ambas manos debajo del libro, cerrándolo en el acto. Éste se sobresaltó al ver cómo lo cerraba, miró al menor, quien tenía una expresión llena de molestia y las mejillas levemente enrojecidas, supuso que esto último se debía al enojo.

—Yun, tienes las mejillas-

— ¡Ya lo sé! —Le interrumpió. —Pero ¿Cómo no estar enojado contigo? Te la pasaste todo el día metido en ese libro, te apuesto a que ni siquiera notabas cuando me iba a por comida a ratos...

— ¿¡Asaltaste la cocina!?

—Tenía hambre ¡Pero ese no es el punto!

—Asaltar la cocina de otros sin al menos tener la hospitalidad de avisarles es de mala educación ¿Sabías?

— ¡Qiu!

—Está bien, está bien, continúa, pero hablaremos sobre tu asalto más tarde ¿Va?

Rodó los ojos. Su enojo aumentaba cada vez más, y con ello su temperatura. —Cuando te contaba las cosas y no me respondías me sentía ignorado, lo peor es que aun cuando te decía que siquiera podrías mirarme un poco ni siquiera te inmutabas y seguías leyendo...

La expresión que tenía el menor ahora era una mezcla de tristeza y enojo, el ojiambar lo notó enseguida.

—Si lo dices así... Ahora que lo pienso, estuvo mal de mi parte haberte ignorado de esa forma, no pude evitar no despegarme de la lectura ¡Así de interesante estaba! —Se rascó la nuca con algo de vergüenza. —Volviendo a lo importante... Lo siento, juro que no va suceder de nuevo, de hecho, toda mi atención estará dedicada a ti por el resto del día ¿Qué te parece?

Una pequeña sonrisa se formó en sus labios. —Me parece bien...

El mayor le regresó la sonrisa.

—Oye... ¿De casualidad no tienes algo frío para ponerlo en mi frente o alguna paleta helada para comerla? Creo que mi temperatura ya está muy alta y en cualquier momento me hará efecto...

—En la cocina debe haber algo, espera aquí.

El de orbes azules asintió.

Salió de la habitación rumbo a la cocina a buscar lo que su amigo le había pedido. Cuando regresó, éste lo recibió con un abrazo y una sonrisa, cosa que se le hizo bastante tierna, pero luego de echarle otra mirada se percató de sus mejillas notablemente rojas, se había tardado mucho y las bajas temperaturas ya le habían afectado.

[...]

—Joven maestro ¿Por qué su amigo está tan meloso? —Preguntó extrañada una de las amas de llaves. — ¿A caso ustedes-

— ¡No! —La interrumpió Xingqiu con un leve sonrojo.

— ¿Entonces?

— ¿Recuerdas que te había dicho que cualquier cosa que subiera su calor corporal le hacía mal? Pues bueno, se enojó mucho, no pude darle algo frío a tiempo y ahora no se quiere despegar de mí.

Así era, desde hacía un par de minutos que el exorcista estaba abrazado al espadachín. Y no lo soltaba por nada.

—Te amo mucho, Qiu. —Dijo suavemente mientras apretaba el agarre en el acto.

—Es una lástima que no esté consciente de lo que hace, así sabría que ese "Te amo" es propio de él y no de su delirio.

—Usted y sus ilusiones, joven maestro...

—Déjame ser.

—Nunca te soltaré, me gusta abrazarte porque eres muy suave. —Hundió su rostro en el pecho del mayor.

— ¿Le dirá lo que haya hecho cuando vuelva en sí? —Preguntó la mujer mirando cómo el menor le abrazaba cada vez más.

Xingqiu también le miró por un momento, luego posó sus ojos en la ama de llaves. —... Nah.

Ola buenas noches los tkm <3