CAP 09

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     El reloj marcaba las 10:00 a.m., Taehyung abrió con pesadez sus dos ojos, en el intento sus párpados se sintieron pesados, sus ojos ardieron y quemaron. Al inició observó borroso todo a su alrededor, no fue hasta que se acostumbró a la luz del día o al menos la que lograba llegar hasta su habitación a través de las cortinas color crema.

     El castaño no se movió ni un centímetro, se quedó echado mientras veía su techo color beige, pensando en su vida, lo que era antes, lo que es ahora, lo que será después, todo era un lío total, su cabeza era un lío total, su madre se fue para nunca volver, él se había quedado sin ella, le dolía el pecho, exactamente donde estaba su corazón. Le dolía todo, su cuerpo parecía un saco de boxeo al que acababan de golpear hasta ya no poder más, sus ojos ardían un infierno y sus pensamientos no lo dejaban en paz, todo estaba jodidamente mal en él.

     Pero de algo si estaba seguro, que nunca olvidaría a su madre, claro que no, ella siempre fue su heroína, quien le salvaba de... algo que no quisiera recordar.

     El sonido de la puerta de su habitación abriéndose lo sacó de sus pensamientos y dirigió su mirada con pereza hacia la persona que había entrado.

     —Ya despertaste.

     Cierto, Jeon también estaba metido en esto, lo había traído hasta su casa y le sorprendió verlo ahí, en su puerta parado; en serio se había quedado con él.

     —¿Tienes hambre?

     —No —musitó con una ronca voz por haberse despertado recién.

     Jungkook suspiró. —¿Cómo te sientes?

     Taehyung solo lo miró sin ganas.

     —De seguro te sientes de lo peor.

     Taehyung se quedó mirando al pelinegro sin decir nada, no tenía ganas de hablar, así que el menor solo se acercó hasta la cama.

     —¿Deseas hacer algo?

     —No —murmuró.

     —Debería ducharte, cepillarte los dientes y cambiarte de ropa, la que tienes puesta no es tan cómoda.

     —Luego.

     —Taehyung —llamó—. Al menos di más de tres palabras.

     El castaño simplemente se cubrió con el edredón más arriba de su rostro dejando solo algunos cabellos rebeldes a la vista. Jungkook suspiró por segunda vez, cerró los ojos unos segundos y cuando los abrió, decidido, se sentó al borde de la cama.

     —Taehyung, no seas así, coopera en algo. —Jungkook no sabía cómo tratar a las personas en este tipo de casos, no era alguien tan bueno en esto y Kim se lo estaba poniendo difícil.

     —Puedes ir a casa, Jeon, estoy bien —Taehyung habló aún estando debajo del edredón.

     —Y yo soy el rey de Corea, Tae ni tú mismo te crees tú gran mentira.

     —...

     —Taehyung —llamó nuevamente intentando quitar el edredón del rostro de Kim.

     Al inicio el castaño forcejeó, pero al no tener tanta fuerza en esos momentos, Jeon logró su cometido.

     Jungkook observó los fanales contrarios, sus ojos se veían cansados y sus ojeras eran más que notorias. 

     —Sal de tu cama y ve a bañarte.

     —No —negó neutro.

     —Entonces vamos al comedor para que desayunes, debes estar muriendo de hambre.

     —No tengo hambre.

     El castaño lo estaba sacando de quicio, no era tan paciente, lo aceptaba.

     —No, tu Kim Taehyung no me vas a hacer desperdiciar el desayuno que preparé para ti, claro que no, comerás sí o sí.

     —¿Jeo...

     El menor después de terminar lo que tenía que decir se paró y quitó a la fuerza el edredón para después cargar a Taehyung entre sus brazos y el mayor por inercia entrelazó sus brazos alrededor de Jeon para no caerse.

     —¿Qué haces? —frunció el ceño.

     —Intentando que no mueras de hambre y evitando que mi comida se vaya al basurero.

     —Te ordenó que me bajes, Jeon.

     Jungkook hizo un sonido con su garganta negando. —Acá solo eres Taehyung, no estamos en la universidad, así que...

     —Sigo siendo tu profesor. Bájame —demandó.

     —No —salió por la puerta de la habitación para dirigirse hacia el comedor—. My teacher, esto depende de su salud, solo soy un alumno que se preocupa por usted, querido viejo no quiero muertos feos.

     —Jeon —golpeó suavemente el pecho del pelinegro con su mano izquierda.

     —Ja ja ja, por eso come bien, cuidado te me vayas a morir, ¿quién me va a enseñar inglés?

     —Te gusta faltarme el respeto, ¿cierto? —se recostó en el pecho de Jeon con un leve puchero entre sus labios.

     —Lo digo en serio, Tae, debes comer.

     Jungkook al llegar a la mesa del comedor, sentó a Kim en una de las sillas y le sirvió en silencio 3 sándwiches de tostadas con queso y un café caliente.

     —Come.

     —¿En serio eres Jeon Jungkook?

     —Ese mismo, mi estimado teacher.

     —¿Te has estado drogando?

     —No hago esas bobadas.

     Kim empezó a comer el primer sándwich, se lo comió lento para degustar de la comida que el pelinegro había preparado.

     Jungkook no sabía por qué seguía ahí, él se habría ido hace rato, no hubiera hecho el desayuno para el mayor, no lo hubiera acompañado toda la noche, ni mucho menos se hubiese quedado desvelándose por él. ¿Qué le estaba pasando?, no lo sabía.

     —Gracias —susurró apenas audible—. Está rico —dijo con sus mejillas llenas mientras miraba el último sándwich que le quedaba en su plato.

     Al pelinegro le pareció adorable, le dieron ganas de devorar al castaño a besos, rápidamente desasió ese pensamiento, sus neuronas esa mañana estaban funcionando un tanto extrañas.

     Jungkook se sentó en la silla que se encontraba al lado derecho del mayor quien estaba comiendo concentrado en su comida. Sin pensarlo lo abrazó, lo rodeó con sus brazos haciendo que el castaño dejará de comer.

     —Jungkook...

     —Todo estará bien, tú mamá era una gran persona y te amaba tanto, puedes estar en tranquilo porque ella se fue en paz, lo sé, gracias Taehyung por estar siempre con ella y por no alejarte en ningún momento —le susurró en la oreja derecha del castaño.

     Taehyung ante las palabras conmovedoras del menor empezó derramar algunas lágrimas, su pasado con su madre no había sido nada fácil, aunque sabía que ahora todo había mejorado, no tanto, pero estaba bien.

     Jungkook al escuchar los pequeños hipidos de Kim, besó su cabeza castaña para luego con su mano derecha empezar a limpiar las lágrimas de Taehyung.

     —Gracias por estar aquí —murmuró ronco.

     Y Jeon se preguntó por enésima vez en la mañana qué hacía allí, que cómo había llegado hasta ahí, como había empezado a sentirse cómodo con su teacher. Un extraño sentimiento estaba creciendo dentro de él.

     En cambio, Taehyung se preguntaba porque Jungkook estaba con él, estaba agradecido, pero extrañado, aun así, no quería despegarse de Jeon, lo hacía sentir mejor, en casa, cómodo, tal vez lo empezaría a ver más que un alumno, tal vez sería un buen hermano menor.

My Teacher. Mon Obsession / KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora