- Y........ ¿Vamos a hablar o nos quedaremos callados todo el día?- cuestioné, quizá era yo la única, pero sentía mucha incomodidad desde que Kaled y Mauro hablaron de la reina y su pequeña celebración.
- ¿Sobre qué?- me respondió Dylan indiferente, tenía la cabeza metida en sus propios pensamientos, los cuales me habría encantado saber.
- Del elefante con tutú - dije torciendo los ojos con sarcasmo.
- Alayah no me digas que quieres ir a verla - me reprimió Dylan.
- No... Es solo que... Tengo una sensación rara, como si algo o alguien estuviera por morir - le comenté.
- Seguramente sea porqué la Reina mata hoy a todos los humanos de su reino - medite un momento lo que dijo, pero esa no era la razón.
- No... No es eso...- balbuceó - es algo más-
- Pues sea cual sea la razón, no vamos a ir a ver- dijo Dylan dándole fin a la conversación; a pesar de que mis deseos de regresar a la ciudad eran fuertes decidí hacer caso a mí compañero, yo misma sabía que no era buena idea arriesgarnos a ambos por una simple corazonada.
Seguimos caminando todo el día haciendo comentarios triviales sin sentido alguno, ese peso fantasma seguía colgando en mis hombros, era agotador tener esa carga imaginaria, una especie de remordimiento y por más que lo intentará no podía deshacerme de ese sentimiento; suspiré cansada un par de veces en el camino, realmente no servía de nada pero me engañaba a mi misma diciendo que así dejaría ir esa extraña sensación.
Sabía que no estaba bien, sabía que no debía ir con ella, pero por alguna razón quería ver a la reina, tenerla frente, necesitaba verla.
Sin que me diera cuenta ya había anochecido, era una noche fría, iluminada por la romántica luz de la luna, las estrellas se veían hermosas, era noche de luna llena, era de las pocas veces que veía a la luna brillando en su máximo fulgor, de esas veces que la luna se veía mágica y hechizante; admiré el pálido astro maravillada, era como si la luna me hubiera hipnotizado para observar su belleza el resto de la noche.
Dylan también miraba la luna con atención, el parecía mirar el satélite con cariño, luego de unos segundos dedico su atención a mí.
- Oye Alhyi- me llamó - ¿Recuerdas la primera vez que miramos la luna?- preguntó haciendo una curva con su boca.
-¿Miramos?- cuestioné divertida - esa noche casi nos dan unos latigazos - reí.
-¿Me llegaste a tener miedo?- preguntó.
- Jamás, esa vez solo estaba intentando no molestarte porqué parecías alguien muy temperamental - respondí yo, recordando como la primera vez que vi a Dylan me pareció un chico serio, agresivo y frío, para resultar ser el chico más amable que conocí, nos encontramos en un mal momento, pero eso no impidió que lográramos ser los mejores amigos que podían existir en ese mundo lleno de crueldad, avaricia, egoísmo, tortura o todo lo malo que uno se puede imaginar. Intercambiamos sonrisas, unas amables que expresaban el cariño que nos teníamos, luego de eso decidimos buscar donde dormir, ambos coincidimos en que sería más seguro dormir en un lugar alto, vaya error, en media hora nos salvamos de milagro de que una especie de gato montés nos intentará cazar tres veces, un búho del tamaño de un humano nos intento atrapar, ni hablar de las arañas, casi se me sube al pie una viuda negra y había más animales ponzoñosos que era mejor evitar, el peligro nos acechaba en la copa de los árboles y en la firmeza de la tierra. Terminamos por hacer un pequeño refugio con ramas, hojas y otros materiales, no era la opción más acogedora pero era la mejor forma que se nos ocurrió para escondernos un poco en el entorno de ese bosque.El bosque era cruelmente frío, yo sólo contaba con una torera morada que no era muy gruesa que digamos, Dylan por su lado se acurrucó en una esquina y se cubrió con su chaqueta de cuero, la cual había robado tiempo antes de que yo llegara, la usaba cada que tenía mucho frío, aunque esta vez era su única protección contra el helado ambiente, ambos temblábamos como conejitos, él no tardó en ignorar el frío y quedarse dormido, mientras yo me obligaba a cerrar los ojos y dejar la mente en blanco.
-¡AAAH! ¡A este paso va a amanecer y yo seguiré despierta!¡Hace mucho frío!- replique molesta después de unas horas.
-¿¡Cómo rayos Dylan se quedó dormido!?- volteé a verlo dormir como tronco.
- Te estoy escuchando Alayah - se rió mi compañero abriendo los ojos.
-¿Cuándo despertaste? - pregunté sorprendida
- Desde hace un rato - dijo encogiéndose de hombros restándole importancia.
-¿No tienes sueño?- cuestionó.
- ¿Qué si no?- me mofe de la pregunta - tengo frío - rezongué.
- Ay, me hubieras dicho- me reprochó - Yo tengo un método infalible para el frío - afirmo con seguridad.
-¿Ah sí? ¿Cuál?- pregunté curiosa
- ¡Esta!- exclamó al tiempo que lanzaba sus brazos a mi para darme un abrazo, eso me tomo por sorpresa, pero era cierto que era una buena solución, luego de pocos segundos me sentí cómoda con ese abrazo y le correspondí el acto.
- Ja, ja, ja, gracias- dije mientras me recargaba en su hombro para cerrar los ojos; tiempo después ambos caímos dormidos.
![](https://img.wattpad.com/cover/307034195-288-k178900.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Desde abajo
PertualanganEn esta historia nuestra protagonista de ojos color carmín, se extraviá en un mundo totalmente distinto al que ella conoce, donde todas las pesadillas de cualquier ser vivo se hacen realidad. Sigue a esta pequeña aventurera y descubre junto con ella...