Cuando los zombies nos separen [1] -SIN EDITAR-

10- Mía y de nadie más (+18)

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N/A: Holaaaa, diganme hola o lloro :D

Bueno, el siguiente capítulo tiene contenido +18, si no te gusta este tipo de contenido, nos vemos en el siguiente capítulo.

Y si te gusta el contenido +18 y el capítulo, no dudes en hacermelo saber en un comentario o algo sndfinsfnsn

NUNCA COMENTAN EN LOS +18, ASÍ QUE OJITO QUE LES VIGILO >:(

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RENATA STYLES

Voy a admitir algo que no admitía hace mucho tiempo.

Estoy excitada.

No voy a mentir, hay algo en no haber tenido relaciones durante tanto tiempo y estar a disposición únicamente de mi mano, qué al encontrar a una rubia egocéntrica, directa y que está dispuesta a que disfrutemos de unos buenos momentos, me pone a la expectativa.

Es excitante.

Me he creado grandes expectativas a lo largo de estos días, porque a pesar de que me desagrada, lo hace porque es jodidamente mi tipo. Es del tipo de persona a quien, al estar soltera, hubiera intentado ligar en un bar.

Y es que la idea de disfrutar sexualmente con otra persona no había estado en mi mente desde que empezó todo el desastre, desde que perdí a mi novia. Juro que no me imaginé estando con nadie más, porque para empezar, estaba malditamente sola.

Y ahora.

La mano de Aitana sostiene la mía y creo que estamos por salir de la lavandera, pero mi espalda golpea brevemente la pared derecha y jadeo con sorpresa cuando Aitana me besa.

Tengo la sensación de que Aitana es un poco salvaje en estas cuestiones, y empiezo a confirmarlo cuando me besa con fuerza, con ganas de robarme el aliento y mierda, mentiría si dijera que no le devuelvo el beso con la misma intensidad.

Dejo que mis manos suban a su cuello el cual rodeo mientras me acerco más y no dejo de besarla, no dejo de probar sus labios de la misma forma en que ella prueba los míos y cuando ladea el rostro y nuestras lenguas se encuentran, mi cuerpo se eriza antes de dejarla apoderarse de todo, de mí.

Soy versátil.

Su mano derecha yace en mi cintura y acaricia levemente antes de pasar hasta detrás de mí y acomodarse encima de mi trasero, para seguidamente, apretarlo haciéndome gemir con sorpresa.

Nuestros labios se separan levemente y veo como me da la vuelta.

Ni siquiera me da tiempo de rechistar, solo la dejo hacerlo, dejo que su aliento golpee mi cuello desde atrás y que con sus labios deje besos cortos hasta llegar al lóbulo de mi oreja en donde me estremezco.