13- ¿Te la comes tú o me la como yo?

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Holaaaa zombieland, díganme hola

sdnisads nos leemos al final

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En el cielo hay un hermoso arcoíris y es lo primero que miro cuando salgo de la mansión y las gotas de lluvia me obligan a alzar la vista.

Está lloviznando, casi de forma imperceptible, pero lo hace y sorprendentemente, el sol brilla sin ocultarse entre las nubes, lo cual provoca que en este momento tengamos un hermoso arcoíris decorando el cielo.

Es muy lindo, casi me gustaría tener un teléfono para tomarle una foto.

─¿Estás segura de que te sientes bien? ─pregunta por tercera vez Aitana mientras sale de la mansión y yo bufo, tomando mi mochila y mi nueva arma, una espada curvada que brilla por el filo que tiene.

─Estoy bien. ─respondo y me agacho para atar mis converse porque mis cordones se han soltado.

─Te dije que esos son los peores tenis para correr. ─me recuerda dándome un breve empujón y agachándose ella, para atar bien mis cordones.

Mis mejillas enrojecen.

─No soy una niña, puedo atar yo sola mis cordones.

─Si supieras hacerlo no se habrían soltado en menos de media hora, cariño.

La miro aún desde mi posición mientras ella hace su trabajo y cuando alza el rostro me da una sonrisa burlona y palmea mi pierna.

─Sobre los converse. ─insiste. ─Ya te dije que...

─Son los que me hacen sentir cómoda, igual buscaré unas botas hoy que me sirvan para correr. ─suelto callando su sermón, entonces ella asiente conforme.

Se levanta y me mira unos segundos, demasiados que me hacen rodar los ojos, aunque no me moleste, porque de hecho, que ella me mire tan fijamente me pone nerviosa.

─¿Qué me miras?

─Lo linda que te miras. ─responde y es inmediato como siento mis orejas calientes, pero agradezco tener mi cabello suelto que las cubre no me deja al descubierto.

─Gracias, tú también te miras bien.

Sonríe de lado. ─Claro que sí. Siempre me miro bien.

─Tonta egocéntrica. ─gruño.

De reojo veo como Max y Maximiliano guardan sus mochilas en la parte trasera de la camioneta. El primero lleva una katana que guarda en su funda y cuelga al lado de su pantalón, mientras que el segundo, usa un machete afilado y con algo de sarro.

Cuando los zombies nos separen [1] -SIN EDITAR-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora