Capítulo 20: Atracción.

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Escucho la camioneta de mi padre salir de casa, suspiro mientras tomo mi mochila y salgo de mi habitación con rumbo hacia la salida. En el camino me topo a mi madre, quien intenta sonreírme.

— ¿Desayunas? — me pregunta con cautela. Niego con la cabeza apretando los labios. — ayer no cenaste, llevas días comiendo mal y no me gustaría que te enfermes.

— Es incomodo sentarme a la mesa y que tu y mi padre finjan que no existo — aclaro antes de seguir mi camino hacia la salida. — es cansado suplicar por qué me hablen, o me perdonen.

— Nosotros jamás nos cansamos contigo, Maya — susurra. Me giro para responder, pero ella me da la espalda entrando a la cocina de nuevo.

Rápidamente se forma un nudo en mi garganta, trato de ignorarlo y sigo mi camino apretando mi mochila al hombro. Salgo de casa con el helado viento pegando en mi rostro, el cambio drastico de clima ha hecho que un resfriado entre en mi cuerpo.

Apenas avanzo una manzana cuando el auto de Kylan se estaciona a mi lado, casi subiéndose a la acera. Baja el vidrio y lo miro alzando una ceja.

— ¿Me dejas llevarte? — pregunta.

Estoy por responder que no cuando escucho el conocido estruendo que me indica que comenzará a llover pronto, así que sin responder rodeo el auto y subo de copiloto. En los asientos traseros Charlie alza una mano saludando con una sonrisa, a lo cual aprieto los labios y respondo el saludo.

— El clima de este lugar está loco — comenta Charlie rompiendo el silencio. — ayer sentía que me derretía y hoy que me congelo, de verdad que esta LOCO.

No respondo, no hablo. Kylan tampoco lo hace, por fin llegamos a la escuela y soy la primera en bajar del auto, Alex esta sentada en una banca, tiene audífonos puestos y un cuaderno entre sus manos. Me siento a su lado y coloco un audífono en mi oído. Sonrío cuando la melodía de One more time invade mi oído.

— Hola — saluda sonriendo. — ¿hoy te hablaron tus padres?.

— Solo mamá — suspiró. — creo que mi padre no volverá a hablarme nunca.

— Ya lo hará — dice poniendo una mano en mi hombro. — solo dale tiempo. Es tu padre, y te ama.

Asiento mirando al frente. Kylan y Charlie se acercan a nosotros, y comienzan a hablar animadamente con Alex.

El recuerdo de mi siendo un zombie la última semana me hace entender que estoy siendo una completa cretina con mis amigos y mi novio. El estar tan centrada en mi familia y problemas me ha hecho alejarme notoriamente de ellos y de lo feliz que soy a su lado. Suspiro llamando su atención a lo que les doy una sonrisa.

— ¿Qué? — pregunta Charlie metiendo sus dedos a una bolsa de frituras.

— Deja eso, es muy temprano — digo arrebatandole la bolsa, para después meter mis dedos en ella y obtener un delicioso cheto que meto a mi boca.

— ¡Oye! — reclama Charlie tratando de quitarme la bolsa, me giró rápidamente evitando que lo haga a lo que Alex ríe. — Eres una roba comida, Maya.

Alex me quita la bolsa y come un cheto también, gimiendo.

— Esto está delicioso — dice en voz alta.

— Oye ya dámelos — lloriquea Charlie.

Alex comienza a reír mientras los lanza por el aire, Kylan los atrapa. Charlie intenta quitárselos a lo que Kylan se los devuelve a Alex, ella ríe con fuerza y cuando Charlie camina hacia ella me los lanza a mi, el juego continúa mientras Charlie grita enfurecido que va a matarnos, de pronto Hardin aparece uniéndose al juego, cuando la bolsa llega a sus manos Charlie se la arrebata.

— ¡JA! No contaban con eso — se burla mientras come sus chetos haciendo un baile de victoria. Todos reímos.

Kylan se acerca a mi, me da una sonrisa tímida que logra hacerme sonreír también y ponerme de puntas para besar sus labios castamente.

— Perdón por ser un tormento estos días — me disculpo en voz baja.

— Perdón por serlo también — susurra antes de besarme nuevamente.

— Contexto — dice Hardin.

— Cállate, les matas el momento — le golpea suavemente Charlie.

Kylan ríe.

— Hay que entrar ya, o llegaremos tarde a clases — anuncia Kylan, todos asentimos, tomo su mano y juntos entramos al edificio.

Todos nos dividimos para ir a nuestras respectivas clases, Alex se queda a mi lado.

— ¿Y bien? — baila sus cejas. — ¿Tu y Kylan?.

— Estamos bien — respondo. — o eso creo. Estoy cansada de pelear con el por todo y nada.

Seguimos hablando con naturalidad mientras saco los libros necesarios de mi casillero, cuando lo cierro y comenzamos a caminar de nuevo, Jaxon se interpone en nuestro camino, haciéndome sentir nerviosa de forma inmediata.

— Hola rojita — saluda con una sonrisa ladeada. Alex toma mi mano. — ¿Quién es tú peluda amiga?.

— Esta peluda va a romperte la cara si no te apartas ya mismo de nuestro camino — responde con rudeza. Haciendo que Jaxon ría

— El asunto no es contigo, peludita — dice rápidamente. — Maya, ¿podemos porfavor hablar de la increíble atracción que sentimos el uno por el otro?.

Mis manos se hacen puño al escuchar su tono tan burlón, doy dos pasos al frente ignorando por completo que Alex me jala la chaqueta para que me detenga.

— Me tienes harta — confieso. — por tu culpa peleo con mi novio y eso no me gusta, así que te lo diré una sola vez, ALEJATE.

— ¿Por mi culpa? — ríe. — ¿no será más bien por culpa de las ganas que tienes de besarme?.

Sin pensarlo alzó mi puño y lo estampó directo en su nariz, se que lo he tomado con sorpresa por que su cabeza se hace hacia atrás levemente, me mira divertido mientras yo hago una mueca de dolor.

¿Que mierda?.

Tomo mi mano rápidamente notando que duele, duele cómo mil demonios tratando de arrancarme la piel.

— Buen golpe muñequita, pero si fuera tú, iría a revisar si no me rompí esa mano — antes de irse besa mi cabello.

Alex se acerca y comienza a conducirme a la enfermería diciendo que estaré bien y un montón de cosas más. No logro escucharla al sentir tanto dolor y furia que bloquean mis sentidos.

Definitivamente había algo con ese chico, algo que tenía que acabar.

Definitivamente había algo con ese chico, algo que tenía que acabar

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