Capitulo 23: La madre de Kylan.

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A pesar de no conocer a la mujer que esta frente a mi, me siento notoriamente nerviosa, ¿es tal vez por qué todos están malditamente tensos aquí?. Kylan aprieta mi mano, Taylor aprieta al bebé en sus brazos y el padre de Kylan está tan quieto que da miedo.

Es increíble como la presencia de ella detiene todo aquí.

— ¿Puedo cargar a mi nieto? — pregunta la mujer acercándose a Taylor.

— Aleja tus sucias manos de mi hijo — advierte la rubia dando algunos pasos hacia atrás. — y sal de mi casa, ahora.

La mujer alza ambas cejas hacia su hija, después mira al padre de Kylan quién aún no ha dicho absolutamente nada.

— Vaya, parece que nadie te enseñó modales — ríe la mujer. — te recuerdo que esta manada me perteneció algún día, así que tengo derecho de estar aquí tanto cómo tú y mi nieto.

— En primer lugar, me abandonaste, así que no, nadie me enseñó modales — aclara Taylor, su tono de voz refleja tanta molestia que incluso da miedo.— y en segundo, deja de llamar "tu nieto" a MI hijo.

— Y en tercer lugar — habla por primera vez Kylan. — la manada que un día te sirvió, ya no te sirve más; por qué tiene una nueva luna.

¿Debería decir algo?

Aclaro un poco mi garganta, la mujer me mira directamente y asiente. — Es por ella que he venido hasta aquí.

Frunzo el seño y miro a Kylan, quien niega con la cabeza. Comienza a bajar los escalones haciendome bajar con el, llegamos hasta estar frente a frente con la mujer, entonces puedo ver de cerca que incluso sus pestañas y cejas son plateadas también.

— ¿Que es lo que quieres, Helen? — pregunta Taylor.

— ¿No es obvio? — responde y después me mira directamente a los ojos. — evitar que esta manada se quede nuevamente sin luna.

Siento un hueco en el estómago, justo ahora quiero llorar de miedo.

— De acuerdo, fuera de mi casa, ahora — Kylan suelta mi mano y toma de el brazo a su madre para intentar sacarla, ella no se mueve, mira la mano de Kylan sobre su brazo y después a él.

— ¿Ya aparecio otro chico? — cuestiona. — ¿esperaras a que alguien más la reclame como suya para darte cuenta de el peligro que es tenerla a tu lado?.

— ¿Que? — doy un paso adelante y miro desconcertada a la mujer, quién vuelve su mirada hacia mí.

— No dejaré que esta manada sufra de nuevo — advierte. — y tampoco que mi hijo esté a tu lado.

— Si no te largas ahora voy a cortar tu maldita cabeza — advierte Taylor en un gruñido, me entrega a su bebé quien casi de manera inmediata empieza a llorar. — te lo advierto, lárgate ahora de mi casa.

— Estaré cerca, por qué sé que van a necesitarme — dice por último antes de dar un paso hacia atrás y comenzar a caminar alejándose de la casa manada.

¿Que mierda es esto?.

Comienzo a mecer al bebé en mis brazos, quién poco a poco deja de llorar más aun así extendiendo los brazos a su madre. Kylan cierra la puerta de un fuerte golpe y gruñe con profundidad.

— ¿Se puede saber por qué no has dicho nada? — pregunta Taylor dirigiéndose a su padre. — ¡era tu momento, papá!.

Miro al padre de Kylan, el suspira y niega con la cabeza.

— ¿No qué? — insiste la rubia. — mierda, ella nos abandonó y aún asi puede entrar a esta tierra como si aún fueran suyas, ¿por qué los guardias le han dejado pasar?.

— Iré a averiguar eso — anuncia Kylan con seriedad, me da una mirada que logra calmarme un poco. — ¿puedes llamar a Trent y pedirle que te acompañe con el nuevo profesor?.

Asiento sin rechistar, Kylan se acerca y besa mi frente, cierro los ojos y el me besa de nuevo. — Todo estará bien, lo prometo.

Kylan desaparece en cuestión de segundos, escucho sus gritos molestos afuera alejándose poco a poco, Taylor resopla y me quita al bebé de los brazos con suavidad.

— ¿Estás bien Maya? — pregunta alzando una ceja. — si no quieres salir es válido.

— No, no, porfavor, esta todo bien — niego rápidamente. Una chica de limpieza comienza a subir las escaleras, me giró y la alcanzo rápido. — ¿puedes despertar a Trent y decirle que baje?.

Con un asentimiento de cabeza la chica se aleja, yo suspiro y regreso mi vista a Taylor, quien sigue discutiendo con su padre mientras mece al bebé en sus brazos.

Las palabras de la madre de Kylan me han dejado preocupada, y creo que no es para menos, ha sido muy clara en cuanto a sus deseos para mi y su hijo, ¿pero por qué? La mujer ni siquiera me conoce personalmente, no entiendo su postura en cuanto a mi.

Trent baja las escaleras algo adormilado y poniéndose una camiseta.

— ¿Que pasó? — pregunta apenas conectamos miradas.

— Voy a recibir a un profesor de otra manada, ¿me acompañas? — pido, a lo que el asiente. Paso ente Taylor y su padre musitando un "compermiso" que ambos ignoran. Logró salir de la casa con Trent detrás de mi, apenas nos alejamos unos pasos me giró. — la madre de Kylan vino.

— ¿Qué?.

— Si, estuvo aquí hace unos minutos, le dijo a Kylan que ha venido por qué no me quiere cerca de él y algo sobre que está manada no puede quedarse sin luna otra vez — digo rápidamente, al final tomo aire y suspiro. — ¿Que pasó con ella, Trent?.

— No me corresponde a mi decirlo — dice rápidamente, comienza a caminar lentamente alejándose un poco más de la casa, le sigo. — pero sé que cuando fue su ceremonia de iniciación, le pasó exactamente lo mismo que a ti — apunta mi cabello. — Semanas después ella se casó con el Alpha, un año después nació Taylor, dos años después Kylan y cuando Taylor tenía 6, ella se fue, y nadie supo a dónde, o por qué, ni siquiera el Alpha, quien la buscó por años, hasta qué de pronto sólo ordenó que la búsqueda se acabará.

— ¿Solo así? — pregunto incrédula, Trent asiente. — debe haber más sobre ella.

— Probablemente, pero el único que sabe es el padre de Kylan — alza los hombros. — y no es conocido precisamente por ser muy abierto con sus sentimientos.

Resoplo desanimada.

De alguna forma debo de encontrar la manera de saber más sobre la madre de Kylan y sobre el regalo sagrado que tenemos en común. Suena a un misterio que definitivamente quiero resolver.

— ¿Luna?.

Me giró y veo a un hombre de al menos 25 años, tiene gafas y cabello rizado, sostiene un maletin colgado de su hombro y tiene detrás de él un chico que carga sus maletas.

— ¿Eres el profesor de la otra manada, cierto? — me apresuro a extender mi mano para saludarle.

— Así es, mi nombre es Keith — se presenta y toma mi mano con firmeza.

— Mucho gusto, Keith — sonrió. — Kylan no está disponible ahora, pero con gusto te mostraré la escuela yo misma.

— Si, lo he visto en la entrada de la aldea, no muy feliz he de decir — comenta.

— Si, bueno, así es el — alzo los hombros con inocencia — ¿Me acompañas?.

— Si, bueno, así es el — alzo los hombros con inocencia — ¿Me acompañas?

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