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- Love? It's what I never knew how to do when I was with you -

𝗜𝗻 𝗵𝗶𝘀𝘁𝗼𝗿𝘆...

El día de mañana, jueves, me tocaba entregar un exámen muy importante. Tenía que levantarme temprano, la impuntualidad también requerirá sobre mis notas. ¿Problema? El estúpido vecino de al lado tiene su música a todo volumen.

¿Cómo se supone que me levantaré temprano si esa música sigue desde las dos se la madrugada? ¡Ese imbécil me va a escuchar!

Ví la hora en el reloj que tenía en la mesita de noche, eran las cuatro y media de la mañana. No podía pensar en otra cosa que gritarle al vecino y bajarle a su música.

Me levanté de mi cama, me asomé en mi ventana y ahí estaba la de él, abierta y dejando salir la música por esta.

-- ¡Ey! -- grité. Estaba segura que el volumen lo tenía a más de doscientos, y aunque fuera una cantidad prácticamente imposible. Así justo se escuchaba. Aún no puedo creer como es que mi padre no se ha despertado con tanto ruido la lado.

Él le bajó a la música, se asomó por la ventana, me sonrió levemente mientras sus ojos pestañaban con pereza. Olía a alcohol hasta aquí.

-- ¿Qué? -- fue lo único que se limitó a preguntar.

-- Bájale a tu estúpida música, hay personas que quieren dormir -- dije molesta.

-- Pero todos están dormidos y-... -- paró e hizo una cara pensativo -- ¡Ooooh! ¿no puede dormir la princesa?

-- ¡Bájale a la música y vete a dormir, imbécil!

-- ¿Y si no quiero, qué? ¿Llorarás? -- preguntó burlón entre la embriaguez.

Como se notaba que le afectó que su novia lo dejara justo en el día de su cumpleaños.

-- Yo no pero tu cara parece que sí -- sonríe sarcástica -- Oh noo, ¿le rompieron el corazón al niñito y ahora no cree en el amor? es una lastima -- fingí llorar.

-- ¿Tú qué sabes? ni siquiera me conoces lo suficientemente Saint -- Me miró retante.

-- Sí claro lo que digas, Gallagher -- le resté importancia -- Ahora bájale mil a tu depresión y la música, ¡quiero dormir! -- recalqué.

-- No es depresión, pero claro, ¿tú qué vas a saber del amor si ni siquiera haz tenido novio? -- preguntó irónico.

-- ¿Y tú qué sabes de mi vida? -- lo fulminé con la mirada.

¿Quién se creía para decir tal cosa tan personal? Él ni siquiera me conocía.

-- Exacto -- sonrió -- Tú te quedas desde ese lado de la calle y yo de este -- señaló cada lado -- No nos conocemos ni sabemos nada uno del otro Saint, ¿entendido?

-- Yo no-...

-- Está claro que lo tienes entendido -- iba a cerrar la ventana, pero paró su acción -- Hasta pronto muñeca -- me guiñó el ojo y se metió de nuevo a su habitación.

-- ¡Saluda a Sara de mi parte! -- le grité. Él asomó su dedo del medio y se volvió a meter.

Sara era su novia, cuya chica le termino ayer en su cumpleaños.

¿Cómo sé su nombre? por favor, compartimos ventana, era claro que lo gritos se iban a escuchar.

Pero no gritos de lo que las mentes sucias piensan, gritos de pelea.

Al manos agradezco que eso por fin terminó.

...

Veía desde mi ventana como el sol se iba haciendo ver por las montañas.

𝐈𝐍𝐋𝐘. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora