008.

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- Too bad that love, a beautiful feeling makes you blind, right Sam? -

Samantha Saint.

Ella es Samantha, mejor conocida como Sam. Samantha fue una noche a festejar con su amigo, Aidan. Samantha estaba tan ebria y quería vivir la vida al máximo que ni siquiera se dió cuenta de los graves problemas que vendrían después. Samantha no sabe qué hacer, solo piensa en correr y desaparecer. Por favor, no seas como Samantha.

Dios, es en ese momento como deseo que la tierra me trague y me escupa con los dinosaurios.

No estaba consciente del tiempo, ni las chicas que querían entrar al baño. Solo éramos yo, mis lágrimas y el ruido y unísono de los estudiantes pasando al frente.

Cada vez me llenaba de valentía, me levantaba y justo al abrir aquella puerta, un pensamiento me invadía, hacia que retrocediera y que la Samantha de antes se escondiera.

“Te ves ridícula, ¿en serio saldrás así? Hasta alguien podría vomitar fácilmente al verte.”

Ese horrible pensamiento invadía mi mente cada vez más. No quería revisar mi teléfono, no quería verle el rostro a alguien.

Pude recordar que pasé mucho tiempo viendo mis ojos rojos en el espejo, mi cabello desordenado por resguardarme en mis brazos. Me veía horrible. Siempre me veía horrible.

Me retocaba el rostro, hacía lo que fuera porque nadie me viera de tal manera. Hasta que se me ocurrió la idea de ponerme la capucha que tenía mi suéter.

Por fin salí, sentía la mirada de todo el que le pasaba al lado. Esas náuseas volvieron, la respiración se me entrecortaba y aún así me era difícil hasta pestañear.

Pero las burlas no disminuyeron, sólo aumentaron más.

Ni siquiera quise parar en mi casillero, solo me quise ir por las puertas sin que nadie o todos me vean. Quería llorar, quería lamentar por haber venido aquel día, o tal vez por haber aceptado esa invitación de Gallagher.

Tenia tantas expectativas de él, o tal vez del amor. Siempre creí que el amor llegaría a mí tarde o temprano. Que si me quedo aquí parada sin hacer nada, él de repente volvería, me abrazaría y me dijera un te amo, no lo dudes. Pero me equivoqué, dejaba ese pensamiento absurdo como si algún día me fuera a pasar, y como abracadabra ¡bum! Está pasando en este mismo instante.

Pero no, esta vez no llego nadie, esta vez no había alguien que me abrazara por atrás y me elijiera a mí. Tenía que ser consciente de la cruda realidad, tengo que estar consciente que no todo es cuento de hadas.

Seguí con mi caminata viendo fijamente mis zapatos, no estaba al tanto de dónde me dirigía o por donde caminaba, era como si ver mis zapatos era mi única solución para huir.

--- ¡Para! --- una voz que no supe reconocer al instante habló de repente, unas manos grandes me hicieron retroceder por mis hombros. Volteé a ver a la persona del porqué lo había hecho, pero era obvio, estábamos en una calle por donde transitan autos, camiones y autobuses.

Estaba totalmente en shock, literalmente un auto rozó mi pelo que escapaba de la capucha. Si no fuera por la persona, hubiera pasado algo peor.

𝐈𝐍𝐋𝐘. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora