013.

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- And when I had a beautiful sky in front of my eyes, I decided to see you -

Sam.

que si esto estaba mal, correría, te juro que estaba a nada de hacerlo en cualquier momento, pero su sonrisa me enrollaba en el pensamiento de quedarme, de quedarme por lo menos a ver sus ojos unos cincos segundos más. Lo malo es que esos cinco segundos se sumaban cada vez a querer que sea una eternidad.

El cielo estaba lindo, recuerdo que siempre me emocionaba por ver al menos unas nubes teniendo alguna forma aleatoria, pero esas nubes ahora estaban en él. No podía parar de verlo aunque él siga admirando el dulce viento que nos rodeaba junto al silencio.

---- Ví que el cielo tenía este tono aunque eran las diez de la mañana, por eso decidí que tú seas mi compañía a admirarlo y te olvides de todo eso por un rato. ---- sus palabras me hicieron ver el lindo cielo frente a nosotros, y sí que era hermoso.

El enojo pasó mientras veía las blancas nubes y ese color anaranjado que ya tenía el cielo. Era como si una emoción pasó por mi cuerpo al verlas.

El silencio era dueño de nosotros en este momento, y lo agradecí por una milésima de segundo, a no ser por su voz.

---- Lo siento ---- fue tan de repente su voz de arrepentimiento que casi me hizo saltar del susto ----, perdón por todo lo que te han estado haciendo y lo que pasó ayer. Eso fue... algo que ni siquiera yo sé lo que me pasó, y me quiero perdonar por eso. ---- no sabía exactamente a qué se refería, pero una gota de felicidad invadió mi sonrisa.

Sus ojos dijeron lo que él no pudo decir en el momento; esos brillos en ellos me mostraba la sinceridad con la que me hablaba, mostraba que sus disculpas eran sinceras y que yo, era una persona un poco especial para él.

O eso creí yo.

---- Claro, te perdono Gallagher. ---- me mentalicé mil veces de que no podía guardarle rencor especialmente a él. Al fin y al cabo, eso nunca me llevaría a nada.

Ese momento en el cual para mí era "especial", la voz de la asistente del director nos llamó a ambos desde lejos, y mientras ella nos veía con una sonrisa inocente, el docente al lado suyo nos miraba fijamente, sabiendo el por qué teníamos que ir a la dirección, sin embargo, no lo hicimos.

---- Nos llaman. Vamos. ---- Aidan, el cual no veía venir su acción, me agarró de la mano y empezó a trotar para dirigirnos a la asistente y docente. A mí, ni siquiera me dió tiempo de reaccionar. Olvidé ese momento y el lindo cielo por las regañadas que me daría mi padre si lo llamarían por octava vez en el año.

En silencio los cuatro nos dirigiamos a la dirección, la cual estaba más que consciente que sería un caso perdido gracias al apretón de Aidan. Él me daba esa confianza, hacía que los nervios se vayan con simplemente tener nuestros tactos unidos. En cambio para mí, estaba en el palacio de Elsa sintiendo su mano fría y a la vez cálida.

Mi mirada chocó con nuestras manos juntas, y podía jurar que lo más hermoso que había visto en el mundo. La de él era un poco más grande que la mía, pero se veían perfectas encajando a la par.

---- Deja de mirar nuestras manos, ¿o es que nunca le agarraste la mano a alguien que no sea tu papá? ---- un pequeño susurro llegó a mi oído, lo cual hizo que saltara del susto.

𝐈𝐍𝐋𝐘. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora