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- I regret the nights I thought the mistake was me -

Samantha.

Supongo que ya te habrías imaginado cómo fue mi reacción ante aquella información, comunicado, una mala noticia, ¿o buena?

Estaba en shock, prácticamente no sabía qué pensar sobre las palabras de mi padre. Eran tantas cosas en las que tenía que pensar y hacer algo que, no sabía en dónde estaba mi mente, qué había pasado.

Era otra noche en al que sobresalían los pensamientos y colapsaba. Eran una de esas noches que odiaba con todo mi ser. Odiaba que tenía que taparme la boca para hacer que no se escuchen mis sollozos, odiaba ahogarme a mi misma entre tanta mierda acumulada. Quería saber el por qué me pasaba esto, añoraba aquellos momentos tan tranquilos, buenos y tolerables; no quería seguir sintiendo esto.

¿Irme con mamá me ayudará a alejarme de todo esto? Había una parte en la que no quería dejar todo aquí, mis amigos, la infancia, los recuerdos y a papá. Él estaba muy mal como para yo irme, ¿o es que así él lo quiso? Pero no, porque me tenía que haber preguntado. ¿No?

Bien sabía que no quería dejar algo importante aquí, que algo me decía que ya no podía vivir así sin él, pero al mismo tiempo era tan diferente, porque todo esto pasó desde que estuve con Aidan, siempre a mi alrededor se sentía tan extrañamente bien. Pero también, algo dentro de mí recordaba una y otra vez esa escena al ver ese cartel lleno de mentiras, me recordaba una y otra vez todo lo que odiaba de Aidan y la magnitud de eso. Era como si me dijera: si antes te odiaba, ¿quién garantiza que ahora no? Era cierto los sentimientos no se cambiaban de la noche a la mañana, aunque, esta vez, sabía que él no cambió esos sentimientos de la nada.

O era porque él sentía algo por mí desde un principio, o él estaba decidido de sus palabras hacia mí. Pero no, él no podía odiarme, amarme y volver a odiarme, ¿o sí?

Exhalé e inhalé, así sucesivamente como una cuatro veces. Me organizaba mentalmente y trataba de no preguntarme por qué esto me pasa a mí, traté de dejar en el olvido todas esas dudas existenciales y simplemente vivir mientras los momentos me lleven a donde sea. Lejos o cerca de aquí. Lo mejor era no pensar.

Cómo me encantaría tener ese pensamiento toda la noche, sin embargo, no podía, algo me decía que me mentía a mí misma y que esto me pasaba por razones obvias, ¿cuáles eran? No lo sabré.

***

Horas después, papá ni siquiera se había levantado de la cama para hacer sushi. Él se quedó en su habitación con la puerta totalmente cerrada. Era como si no quería verme y lo entendí, suponía que la decepción le ganaba.

Mi mochila iba vacía, total, ya no tendría más que hacer que recoger mi casillero e irme de la institución sin despedirme de alguien. No quería que los demás vean que me iba a rendir tan fácil.

Llegué y era como si esa pesadilla me invadía, como si las noches de colapso estarían presentes conmigo y que en cualquier momento aparecerían. Fui directamente a mi casillero, no vi, no pensé, no procesé, simplemente guardaba mis cosas, dejando ese casillero vacío poco a poco.

A dos casilleros a mi derecha, estaba ella haciendo lo mismo que yo, muy contenta, muy normal.

¿Tenía ganas de hablarle? No. No quería, esta vez, yo no la veía como mi mejor amiga, sino como alguien más. Mi instinto decía que esa alegría no era algo normal si ella sabía que yo pasaba por un mal momento. Al menos, tendría que acercarse y abrazarme si tan amiga era, ¿no?

---- Oh, también te vas ---- oí su voz que ahora me parecía ridícula. Un desinterés se formó en mí hacia ella, hacia todo ----. ¿A dónde?

---- Me iré.

---- Oh...

Supe que, si ella era una verdadera amiga, al menos me preguntaría, sin embargo, sentía una burla en su rostro. Algo que no me agradaba.

---- Así que, supongo que ya no nos volveremos a ver ---- dijo de nuevo ----. Te extrañaré, Sam.

¿Sus palabras hicieron algo en mí como para ir a abrazarla y decirle que todo estaría bien? No. Por supuesto que no.

No dije absolutamente nada. Dejé que ella seguía contando su historia y todo lo que le iba a faltar hacer conmigo en Minnesota. Que me llamaría cuando pudiera y que ojalá nos viéramos por ahí, sin destino.

---- Y también ---- agregó ----, perdón por no poder estar ahí por todo lo que te ha ido pasando.

Esas disculpas sonaron tan falsas, tan... burlescas.

Para ser sincera, no toleraba a nadie y si mi mente tenía que tacharla como amiga falsa, lo haría.

---- Nunca estuviste así que, no me preocupa. ---- hablé firme sin mirarla. Recogía cada vez más rápido.

---- Sí estuve varias veces para ti. Tú te estás equivocando. ---- se defendió llevando la contraria.

----Dime una sola cosa, Verónica ---- la volteé a ver. Ella en sus tacones y outfit colorido tenía una postura hecha para golpear a cualquiera que se le acercara ----. Tú sabes algo sobre esas falsas noticias, ¿no es así?

Bien, capaz te quedarás en shock y preguntarás: ¿Qué carajos, Samantha? Y yo te daré muy fácil el contexto de todo esto y con gusto te lo explicaré: Verónica era una simple chica al lado de mí todo el tiempo. Le había visto algo especial porque se había ganado mi confianza pero, algo me hizo quererla dejar de verla, dejar de ser su "mejor amiga". Con el tiempo, me di cuenta que para ella era otra amiguita más, aunque para mí era alguien especial.

Dos días antes, después de que ese problema y falsas noticias eran parte de mí alrededor, Verónica no era esa Vero que siempre me apoyaba, me quería y que ella misma me hacía sentir bien. Esta vez, ella siempre iba de la biblioteca a computación y de computación a la biblioteca. Se comenzaba a tener más relación con él y con otras chicas que para decírtelo bien, yo no les caía bien. Verónica era diferente, estaba preocupada por casi todo el tiempo cuando estaba conmigo. Era una como una Charlotte de High School Musical. Le preguntaba cómo estaba y el por qué, pero ella simplemente quería que no me metiera en sus asuntos inmaduros y que no lo entendería.

Una de tantas veces, la vi entrar a la sala de computación por sí sola, ella estaba muy nerviosa, se veía que todo lo que revelaba en esas teclas era pura furia y esa sonrisa egocéntrica que no conocía, brilló. Disfrutó hacer lo que sea que ella sabía. Poco tiempo después, se fue muy feliz y relajada. Fred me tomó por sorpresa y antes de poderle decir algo, él me había dicho que Verónica no estaba bien con ninguno de los dos y ni siquiera sabía el por qué.

Todo quedó tan a medias, tan rápido como para procesarlo, pero poco a poco yo tenía mis dudas y sospechas, hasta llevarme a la conclusión que ella tenía algo que ver en todo esto.

No por nada era su actitud de dos días antes, como la de ahora. Por algo ella ya no estaba preocupada, era porque me había sacado de su vida.

Por eso, me hice querer preguntarle si ella tenía algo que ver entre todo ese caos, sabía que tal vez era estúpido porque incluso era obvio que ella me iba a decir que no y que no sabía nada. Pero, quise comprobar si tan mala decisión tomé como para hacerle un gran e importante espacio en mi vida.

Y su única respuesta fue:

---- Sabía que solo eras una simple niñita. ---- al decir eso, cerró su casillero, tomó sus cosas y fue a la oficina del director.

Entonces sí, ella sabía algo. Una parte de mí no se sorprendería pero a otra le dolería.

Entonces sí, fui una estúpida que sólo quería tener a una amiga, sin importar sus intenciones.

Entonces sí, había confiado en la persona equivocada.


𝐈𝐍𝐋𝐘. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora