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- That "girl" didn't know what love really felt like -

Sam.

Me había quedado sin pensamientos algunos. Tantas veces que negué el momento en el que él podía sentir algo por mí, hasta que pasó.

Acostada en mi cama a las tres de la madrugada, ya no sabía en qué más pensar, estaba en un completo estado de paralización. La frase de me gustas pasaba por mi mente cada vez más, no dejando pensar en otra cosa, ni siquiera en dormir.

Sus mensajes de buenas noches, sus ojos verdes, su actitud, su forma de ser era lo que más me llevaba al punto de creer que alguien como él le gustaría alguien como yo.

O era Aidan o era yo.

Y era obvio eso, éramos los dos.

Por eso algo me decía sobre lo ilógico que era sentir esas "mariposas" en el estómago al verlo, mi corazón latiendo a mil por segundo cuando lo veo, o ese interés de saber cómo estaba él, sabía que eso no era de amigos, nada de eso era de una amistad, sino que lo veía como algo más.

¿Pero cómo me va a poder gustar? No tiene sentido.

Pues me obligué tanto a verlo como un amigo, como otra persona más en mi vida que, ahora es más difícil llevar el pensamiento.

El pensamiento dicho y en persona: Aidan Gallagher.

Era algo obvio lo que pasaba, desde aquel primer día que vi a Aidan sonriéndome, desde aquel día que estuve en su habitación mirando las estrellas de su techo, desde aquel día que lo conocí bien y no por unas ventanas. Era día en el que me había enamorado de él. Pero, siempre fue el "vecino el cual tenía que humillar" que, nunca me di cuenta que ese vecino, me gustaba.

Digo, ¿qué?

Por fin lo acepto y me doy cuenta de las cosas que en verdad había sentido. Lo que me había hecho sus ojos y su sonrisa.

Ahora sentía una piedra menos encima en la bolsas de los problemas. Pero él sentido de todo esto es... ¿Cómo se supone que se lo diré?

Él lo hizo de una forma tan inesperada que, sin verlo venir me agarró desprevenida. ¿Será mejor hacerlo yo también? No. Sin duda pasaré más vergüenza que él.

De tantos pensamientos en la madrugada, salí con la idea de qué era mejor hablarlo en persona en vez que pensarlo en mi cama haciendo nada. O al menos él no estando aquí.



A la mañana siguiente, era otro día como cualquiera, no había casi nada extraño, lo único que en serio me parecía extraño era no ver a Aidan por ningún lado. Y, aunque decidí no darle demasiada atención a eso, era inevitable no poder pensar en él cada vez que veía las gradas de la preparatoria.

No dormí casi nada pensado en estos momentos, en qué le diría o cómo y de ver el hecho que él no había venido, muy en el fondo me calmó aquellas aceleraciones de mi corazón.

Las risas de Verónica estaban por casi toda la cafetería gracias a mi chiste de malos recursos. Eran uno de esos chistes que, tratan de salvar el momento incómodo que lo único que logra es, ponerlo más incómodo.

---- Agradecería si guardaras silencio. ¿Podrías? ---- pedí sarcásticamente. Mis mejillas estaban en vergüenza gracias a las miradas que nos daban casi la mayoría.

𝐈𝐍𝐋𝐘. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora