13. Yo también llore como tú

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—Arréglate, te llevaré a desayunar — el muchacho dejo un beso sobre la mejilla de su novio y se levantó de la cama hasta el armario tomando algunas de sus prendas.

La situación entre los dos estaba tomando un buen rumbo, parecía que todo iba a cambiar y aunque todavía no hablaban del dolor que Bright mantenía en su corazón, era solo cuestión de tiempo para que aprendiera a confiar en él. Win sonrió y se levantó de la cama, hacia el baño parecía todo tan diferente que simplemente podía ser considerado un sueño, Bright quería cambiar las cosas y aunque estuviera mostrando su arrepentimiento por lo sucedido era una buena señal.

Bright salió de la habitación, se cambió de ropa y se sentó en el sofá a esperar que Win saliera, en sus manos estaba su celular observando cada una de las fotos que tenía junto a él, cada sonrisa era tan sincera, cada momento único se estaba rompiendo por una supuesta venganza y por recuerdos que no abandonaban su cabeza, quería hacer las cosas bien, ahora lo comprendía, todo el amor que sentía había sido escondido por el resentimiento al recordar el daño que sufrió, pero nunca dejo de amarlo.

Quería mejorar su comportamiento, pues su corazón lo necesitaba y sus sentidos dependían de él, por eso quería abrazarlo, besarlo, decirle librementecuánto era su amor, pero la cabeza no se lo permitía. Sus recuerdos estaban ahí a cada instante repitiéndole miles de veces que nunca será suficiente para alguien como él y que existía la posibilidad que Win aún jugara con sus sentimientos otra vez.

Su teléfono comenzó a vibrar y le sacó de sus pensamientos cuando vio el nombre en la pantalla. Hace mucho tiempo que no estaba en casa y con seguridad su madre estaba furiosa, era solo un mensaje explicando que debía estar en casa a las dos de la tarde, estaría en problemas, pero valía la pena, estar junto a Win era lo único que su corazón pedía aunque después volviera a lastimarlo.

—¿Nos vamos?

Bright se levantó del sofá deteniendo su mirada en el castaño, lo recorrió de pies a cabeza con una sonrisa, admirando cada detalle perfecto de su cuerpo, su cintura que lo tentaba a tocarlo a cada momento, sus brazos tan delicados que solo buscaban aferrarse a su pecho y esa sonrisa que parecía ser la misma de hace mucho tiempo.

—Llamarás la atención de todos en la universidad — espetó con una sonrisa divertida.

—Pero yo solo quiero llamar tu atención — menciono con timidez sin poder mirar fijamente los ojos del pelinegro.

—¿Acaso no te parece suficiente con ser el protagonista de mis sueños? — hizo una mueca confundida acercándose al castaño — Te ves hermoso, vamos a desayunar — dejo un beso sobre sus labios y entrelazo su mano con la del menor sin dejar de sonreír.

Win se quedó sorprendido ante todo lo que había escuchado ¿Por qué había cambiado tan de repente? No lo entendía, pero su corazón sentía por fin estar recuperando al chico que lo había enamorado hace meses.

—Entonces ¿Haz comenzado con tu proyecto?

Al llegar el pelinegro de inmediato pidió al mesero que los atendiera, la comida llego y después de dedicarse la última sonrisa comenzaron a degustarla, había prometido ayudar a Win y lo cumpliría, quería que su novio presentara un excelente trabajo y saliera con un reconocimiento gracias a su beca.

—Lo intento pero con todo lo que ha pasado últimamente no he podido conseguirlo — justifico con pequeño puchero.

—Desde ahora te dedicaras a eso, se que además tu proyecto tienes deberes que hacer y no quisiera que acumularas mucho trabajo.

—Eso quiere decir que me ayudarás ¿Verdad?

Bright se quedó callado durante algunos segundos perdido en ese brillo que emitían los ojos de su novio, una ilusión crecía dentro de él nuevamente y se reflejaba en el, pues ese era el mismo brillo que reconocía en sus ojos cuando se miraba al espejo y pensaba en Win, suspiro pesadamente negando con la cabeza evitando que sus recuerdos arruinen otro momento dulce.

Maldito Primer Amor│BrightWinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora