11 - R E G L A S

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La pantalla se ilumina en un tono azul. La palabra 'bienvenido' resalta en blanco antes de que dar paso a la fotografía principal. Un hermoso paisaje de playa con arena dorada y agua cristalina que permite ver a los peces que nadan adentro. Hay dos carpetas en la esquina superior izquierda. 'Expedientes' y 'Experimentos' la flecha blanca del cursor se mueve hasta el primer folder y se desliza hacia abajo entre todos los documentos para entrar a otra carpeta que dice 'Incógnitas' Da un doble click y se abren al menos ocho documentos. Duda y se coloca en el que le llama la atención. Tiene un nombre sencillo de iniciales. KN. Es un documento con información escasa, algunos datos esporádicos que dan paso a una serie de fotografías. En todas, Karina usa su capucha hasta la frente y eso impide que la cámara pueda captar el color de su cabello o de sus ojos. Se mueve por ellas hasta quedarse en las que le hacen chasquear la lengua. La chica frente a un portón dorado con paredes blancas. Cierra el documento y pasa por cada archivo hasta encontrar el titulado JH. Los datos en este son todavía más escasos, pero las fotografías son numerosas. Jared está frente al mismo portón cuando regresa de la tienda. Jared saliendo en su auto. Jared en el centro comercial al lado de un chico castaño. Jared conduciendo con Karina en el asiento de copiloto. Su cabello negro no llama la atención.

Dedos golpeando la madera con gesto pensativo. Algo no tiene sentido. Cierra el documento y apaga la computadora.

§§

— ¿Qué te pasó aquí? —Jared siente un ligero escalofrío cuando Anthony pica el bulto de su brazo. Se aleja con un suave movimiento que no pasa desapercibido— lo siento.

—No, está bien. Es...una cicatriz. Me la hice cuando era más joven. Es...—tose y carraspea— una quemadura. Hice muchas locuras en ese entonces— dice con una sonrisa que acentúa sus hoyuelos. Han sonríe al verlo apresando el popote de su malteada entre los dientes.

—Yo no tengo ninguna— comenta mientras revisa sus brazos— mi vida es demasiado aburrida.

—No es aburrida. Solo no eres un idiota como yo.

—No creo que seas un idiota.

—Tal vez cambies de parecer después. —se miran segundos antes de comenzar a reír. Anthony tiene que desviar la mirada porque Jared sonriendo es demasiado para su salud mental.

Están en una pequeña cafetería a unas cuantas calles de su casa. Tony se concentraba en llenar su cabeza de teoría para su siguiente examen final cuando Red se apareció frente a su ventana con una invitación para cambiar el derecho penal por un par de hamburguesas con papas y refresco. Anthony comenzaba a disfrutar la manera en que el chico se aparecía en su vida para romper la rutina de esa forma. Piensa que puede acostumbrarse a eso, incluso a perderse en los preciosos hoyuelos que adornan su sonrisa cada vez que lo mira.
Tal vez es por eso que aprieta los labios cuando el celular del pelinegro comienza a sonar y él tuerce la boca al mirar la pantalla expulsando el aire por la nariz con demasiado ruido. A Tony no le queda otra más que mirar hacia el frente, al pequeño parque donde las parejas caminan y los niños juegan persiguiendo a sus mascotas.

—Si— responde desinteresado— ¿Estás loco? Llama a Eli y que... ¡Entonces llama a Dylan! Estoy ocupado, Luca— su mirada viaja hasta Anthony. El castaño le corresponde analizando sus expresiones— No puedo creer que estés jugando esa carta— Red suspira y se presiona el puente de la nariz con los dedos— si, si. Como sea. Estaré ahí pronto.

Cuelga y vuelve a inhalar profundo. Tony puede ver una disculpa en sus ojos mucho antes de que comience a hablar.

—Tienes que irte— dice él intentando no sonar desanimado. No lo logra.

—En verdad no tengo otra opción. Luca está solo en la cafetería y algunos de sus empleados no llegaron y...—exhala— soy su amigo. Eso es lo que él dice. Creo que es un chantaje.

[Libro 3] QuatervoisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora