15 - L A T I D O S

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El sueño es pesado, Jared tiene problemas para salir de él cuando la luz ilumina su habitación. Se gira sobre su costado y suelta un ligero gemido. No se siente tan adolorido como el día anterior cuando llegó del hospital. Su cuerpo pareciera recuperarse de forma lenta, los doctores lo llaman 'extraño' porque reacciona diferente, como si el daño estuviera hecho de otra manera. Red sabe que los golpes físicos no son el problema, sino el daño que hizo la Umbra a su cuerpo y a su magia. Apenas logra sentarse con torpeza antes de que Luca se asome por su puerta. Jared rueda los ojos, exhalando.

—Si, Luca. Sigo vivo. Igual que hace dos horas cuando viniste a revisar si estaba respirando.

—No hice eso.

— ¿Crees que no siento cuando te acercas para escuchar mi respiración? Si no tuvieras novio, pensaría que intentas aprovecharte de mí.

—No eres mi tipo— Van entra y abre la cortina de la ventana provocando un sonido de protesta del pelinegro que tiene que entrecerrar los ojos ante la luz— Hay agentes afuera, quieren hablar contigo sobre lo que sucedió y no van a irse hasta verte.

Jared asiente, ha estado aplazando hablar con la policía porque no sabe qué es lo que van a preguntar ni qué es lo que va a decirles. Y tiene, de alguna forma, un temor latente dentro de su pecho. Ahora que es consciente de la magia recorriendo su cuerpo teme que esta pueda revelarse sin el menor aviso. No sabe qué la hará detonar, pero por el momento tendrá que mantenerse tranquilo. El americano sale de la habitación y regresa a los pocos minutos seguido de dos hombres altos. Ambos usan un traje negro y sus rostros son inescrutables. Detrás de ellos entra un sujeto más bajo, con una playera blanca sucia doblada hasta los codos. Usa lentes, su ropa luce desgastada y manchada, igual que si no la hubiera cambiado en días. Los hombres de traje se detienen frente a la cama y el hombre de la camisa, detrás de ellos, pegado a la pared.

—Es un asunto confidencial— dice uno de los hombres cuando Luca se queda dentro de la habitación.

—Está recuperándose, no voy a dejarlo solo—responde con el mismo tono indiferente.

—Estaré bien, Luca— Red no lo mira, está analizando a los hombres frente a él—Ve.

Van obedece de mala gana y cierra la puerta detrás de él. Los hombres hacen lo que parecen ser preguntas de rutina. Cual es su nombre, su ocupación, hace cuanto vive en ese lugar y desde cuando conoce a sus amigos. Uno de los hombres se pasea por la habitación mientras el otro cuestiona sin moverse. El sujeto junto a la pared hace anotaciones en una libreta y apenas levanta la cabeza de vez en vez. Jared dice que sus padres murieron cuando era joven en un accidente. Sobrevivió solo y como pudo. No recuerda el incidente.

—Sus amigos dicen que estaba consciente. Incluso les habló mientras la criatura lo tenía sujetado.

—Sí, es lo que dicen. También dicen que me golpeó contra la pared y eso afectó mi memoria— responde sin titubear. No puede dudar, no puede ni siquiera hacer una modificación en el tono de su voz porque entonces sabrán que todo es una mentira— así que no lo recuerdo.

— ¿Qué es lo último que recuerda?

—Un temblor. Estábamos celebrando algo, creo. Dijeron que estaba temblando. Es todo.

El hombre asiente. Parece que le cree o eso es lo que aparenta. Red contiene la sonrisa victoriosa, está seguro de que ese interrogatorio está por terminar.

— ¿La conoce?—el hombre que se pasea le entrega una fotografía. Jared ladea la cabeza fingiendo. Es Karina. Parece ser una fotografía de alguna cámara de seguridad porque la imagen es borrosa y opaca. Apenas se le reconoce debajo de esa sudadera holgada. Jared niega— sus conocidos aseguran que estuvo aquí esa noche. Que lo hechizó de alguna forma. Quizá por eso no logra sanar. Su doctor dice que su proceso es más lento de lo normal.

[Libro 3] QuatervoisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora