Ni Empíreo, ni Séptimo Círculo. Jude no confía en nadie, solo en Dean Makes y Axel Kross, únicamente porque le parecían demasiado bobos como para ser mentes malignas.
Empíreo nunca tuvo su confianza, la noticia de que expulsaba a gente de sus fronteras por escasez de recursos ni siquiera le tomó de sorpresa, no porque lo supiese, sino que eran tan fríos que eran el patrón perfecto de villanos.
El Séptimo Círculo, sin embargo, parecía ser el lugar ideal para vivir, pero Jude no se sentía cómodo a pesar de sus buenos tratos. Podía arriesgarse a decir que pegaba más con Empíreo que con la amabilidad de ese lugar, parecía estar diseñado exclusivamente para Axel y Dean, que disfrutaban socializando con todo el mundo.
Durante su viaje, indudablemente Lexa había sido la persona con la que más a gusto se sintió, a pesar de sus sentimientos hacia Axel. Lexa era callada y reservada, incluso un poco tosca al hablar, pero no parecía vomitar amor al prójimo como lo hacían Dean y Axel. Ahora que Lexa le había fallado, había perdido ese apoyo.
Su padre les había abandonado a Bianca y a él en la base de Empíreo, ofreciéndoselos al ejército como armas. Estaba acostumbrado a que le fallasen, Lexa solo había sido una más en la lista.
Sin embargo, en su favor y a la contra de sus padres, no culpaba a Lexa. El estrago que le había causado estaba justificado, Jude sí era de los que creían en la necesidad de dañar al prójimo para conseguir la felicidad con tus allegados. Alguien excesivamente humilde lo llamaría egoísta, alguien que lo ha vivido lo llama supervivencia. Jude a pesar de la traición respetaba a Lexa más que nunca, poéticamente la veía como un ángel con grandes alas negras, el color del dolor y la oscuridad. Brillaba triste entre toda su tragedia buscando alzar el vuelo hacia su propia luz.
No podía culparla, claro que no. No desde que la vio feliz, por primera vez en mucho tiempo. Jude no era tan egoísta como para culparla por perseguir su felicidad, no tenía nada que perdonarle, aunque su confianza hubiese mermado.
-¿Te gusta? - preguntó Kalman desde su silla de ruedas.
Jude se encogió de hombros sin mirar mucho de la nueva casa que iba a compartir con Axel y Dean. Cualquiera estaría emocionado, pasar de una cama y una mesilla a un pequeño apartamento era un gran paso. A él, simplemente le daba igual.
-No es malo desconfiar de nosotros, es normal. Apenas llevas diez días aquí.
-No me fío de la gente amable, nadie te da una casa, así como así.
Su respuesta, lejos de ofender al hombre en silla de ruedas, le hizo reír.
-Creo que, en mi juventud, habría salido corriendo también - concordó. - Vienes de Empíreo, tu desconfianza y posición de alerta es totalmente justificable. No tienes obligación de quedarte, eres libre de irte si así lo consideras. Pero esta casa ya está vacía, sería egoísta dejar a los recién llegados sin un hogar.
-¿Cuál es el pago por estar aquí?
-Ayudarnos, puede ser militarmente o trabajando como cualquier otra persona en beneficio de nuestro pueblo. Se necesitan agricultores, por si te interesa - Jude puso cara de asco al imaginarse horas al sol cultivando cualquier planta. - Usualmente los que vienen de Empíreo se unen al ejército, es lo más conveniente, no es un cambio tan brusco.
-¿Conoces a Bianca Walker?
Trató de no desestabilizarse al ver la mirada apenada del hombre.
-He escuchado ese nombre mucho estos días, Carina y su equipo han estado buscándola - sus palabras no le daban buena espina por su forma triste de hablar.
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Danger: La Fuga
Fiksi RemajaLa seguridad del Empíreo es impenetrable, tanto que mientras se está dentro de las murallas puedes considerarte a salvo y vivir una vida feliz. Sin embargo, hay peligros allá fuera que cada vez ponen más a prueba la resistencia del Empíreo. Axel Kro...