Matrimonio Por Contrato (Namjin) ©

<4>

Derrota:

Me distraía jugando detrás de mi cama con mi vieja consola que la había encontrado, suerte que tenía carga, ahora sin teléfono no sabía que hacer cuando me siento aburrido.

Alguien entro a la habitación, asome la cabeza por arriba de la cama y al ver quién era rápidamente me escondí debajo de la cama.

Escuche a Namjoon soltar una risa.

— ¿Es en serio? ¿No estás grande para hacer ese tipo de juegos? — dijo con gracia.

Yo bufé.

— ¿Y no estás grande para que tus padres te busquen pareja? — ataqué arrogante.

Sentí como me agarraban de los pies y me arrastraron afuera de la cama, me tope con su rostro burlón, fruncí el ceño y le saque la lengua.

— Oye, ya no tienes nueve años — recordó sin soltarme los pies.

— Mh, puedo actuar como a mí se me pega la puta gana — contesté.

— Hey, hey, no te vez bonito cuando dices groserías — me levanto y me sentó en la cama como si de un niño se tratará.

— Entonces las diré todo el tiempo para que te dejé de gustar — murmuré mirando a otro sitio.

— Eso será imposible, porqué grosero o no, sigues siendo tierno y adorable — dijo con una mini sonrisa.

No sé cómo terminamos en esa posición, yo sentado en la cama, el en cuclillas en el suelo y con mis piernas encima de sus hombros, me incomodaba mucho estar así pero a él le parecía no importarle.

— ¿Que haces...? — pregunté intentando bajar mis piernas pero el las sostenía.

— Hoy irás a tu nuevo hogar, uno muchísimo mejor que la pocilga dónde estabas — dijo sonriente.

— Mh, pues me gustaba la pocilga dónde vivía, era tranquila y sin ti — recalque tajante.

El frunció el ceño, sabía que lo hacía enojar tan fácil. De pronto me empujó a la cama quedando encima mío, yo me puse rojo y luché para que se quitará ya que pesaba, el me miraba firme y sin ninguna emoción.

Lo encare y lo mire igual.

— ¿¡Que rayos haces!? ¡Quítate de encima! ¡¡Ma-!! — intente gritar pero el me tapo la boca.

— No grites, no te haré nada malo. Por ahora — dijo quitando su gran mano de mi boca, pero comenzó a tocar mis labios.

— ¡Bajate! Pesas — dije algo incómodo, el aún tenía mis piernas en los hombros dejándolas abiertas por completo. Comencé a temblar y temí por si me hiciera algo.

— Tus labios son... Lindos y suaves... — comento sin dejar de tocar mis labios con su pulgar.

Comenzó a acercarse a mi rostro, instantáneamente lo voltee a un lado y apreté mis labios.

— P-por favor quítate, no me hagas nada... — rogué poniendo mis manos en su pecho para alejarlo, pero era muy fuerte y pesado, muy diferente a Ken.

— Has adelgazado mucho, pero aún así no dejas de ser lindo, creo que eres más hermoso de lo que recuerdo — dijo contra mi oído y al final planto un beso en el, sentí un cosquilleo en esa zona recorriendo mi cuello.

— ¡Oye, déjame! Bajate... P-por favor, no me hagas nada — chillé.

— Espera, ¿No me digas que no has tenido tu primera vez? — preguntó sorprendido y burlón.