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Desconocido amistoso:

       El cielo estaba nublado y el frío mañanero hacía presencia en las calles de Seúl.

El reloj marcaba las 06:00AM. Se había levantado temprano ese día a pesar de siempre dormir hasta muy tarde, aunque está era una excepción.

Con un ramo de flores coloridas en su mano izquierda mientras que la otra estaba escondida en su bolsillo de su enorme chaleco negro para el frío. Su respiración salía neblina pero estaba acostumbrado al tipo de clima de Seúl.

Entró al lugar donde en la gran pared de cemento color gris, tenía un cartel de letras doradas que decía: Cementerio Nacional Seúl.

Había notado varias remodelaciones que le hicieron al lugar después de la última vez que vino. Avanzó por el corredor al rededor de aquellas tumbas, algunas estaban muy bonitas, decoradas con flores y frutas de ofrenda  y otras... Sólo estaban olvidadas, sucias y llenas de ramas de monte. Tristemente había gente que no le importaba a sus seres queridos o que aún no superan la perdida para aceptar que ya no estaban con ellos... Algo así como le sucedió a él cuando murieron sus padres.

Se detuvo en frente de dos tumbas que tenían algunas flores ya marchitas y, dos portaretratos con dos imágenes de lo que una vez no tan lejana fueron sus queridos y amados padres...

Le dió algo de tristeza por qué está este algo sucia y sin falta de mantenimiento, había estado algo ocupado estos meses.

Extendió su mano hacía un porta retratos de la tumba del lado izquierdo, la agarró y comenzó a quitarle el polvo ahora mostrando con claridad una mujer de pelo negro con sonrisa amplia, la sonrisa más clara y hermosa que haya existido, según él.

Le dedicó una sonrisa de boca cerrada a la imagen, aunque esta refleje total tristeza, habló:

— Hola madre... — Dijo en un hilo de voz aquel Alpha azabache aún sonriendo con tristeza — Lo siento por no haber venido mucho antes... Y lo peor es que no tengo ninguna excusa lógica por mi ausencia de estos meses... — Declaró suspirado mientras acariciaba el marco de madera clara y polvorienta.

Fue a la vigilancia del lugar donde pidió instrumentos de limpieza, con ellos limpió y con las flores que trajo, remodeló las tumbas de sus padres, no como desearía pero al menos estaban mejor que antes. Estaba decepcionado por aún no poder darles lo mejor a sus padres, ellos se merecen muchísimo más de él podía lograr... Pero, su madre siempre decía que cualquier cosa que gane en su vida, a pesar de ser insignificante, que lo valorará positivamente para alcanzar lo grande.

Su madre siempre ha sido por como todos acostumbran a decir “Pobre”, pero pobre de dinero, ya que por corazón y ser humano era multimillonaria. Solía decirle su padre a su madre.

Sonrió inconsciente por aquellos recuerdos que valen más que oro para él.

— He encontrado trabajo, deje el estudio, ahora solo quiero ganarme la vida por mi mismo y escapar de una vez por todas de la casa de mi tía HaeJin — Aseguró en tono sereno pero determinante.

Su tía podría actuar dulcemente con él — Solo cuando hay personas de visita —, pero cuando están solos... Lo trata como un sirviente... Un ser despreciable. Y no seguiría tolerando ser tratado como basura, su tía era el ser humano más desgraciado que habitaba en la tierra.

Matrimonio Por Contrato (Namjin) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora