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La Discoteca:

—¿Qué? —Espetó Yoongi, frunciendo aún más el entrecejo, molestándole de cierta manera la sonrisa burlona del Beta. Presionó el gatillo levemente, asustando un poco al contrario—. Te mataré hijo de-

—Yoongi.

Tanto el mencionado como Hoseok, voltearon al escuchar la tercera voz, notando a Namjoon despierto sentado en la cama, mirando a ambos seriamente.

—Deja a Hoseok. Ya vámonos —Dijo el Alpha moreno antes de levantarse y dirigirse a la salida de la habitación.

—Él sabe dónde está Jimin y Jin.

Al escuchar el último nombre mencionado, Namjoon paró en seco, dejando un ambiente de silencio extraño en toda la alcoba, desconociendo la reacción de este, y esperando con ansias.

El de labios gruesos soltó un suspiro sonoro, bajando la cabeza para luego apretar sus puños:—No. Sé que no lo sabe.

—¿Qué? —Yoongi puso los ojos en blanco—. Claro que sí, ésta sucia rata quiere jugar con nosotros. Ayudó a Jimin a escapar y no quiere decir donde carajos están —Señaló al aludido con la pistola.

—No es cierto…

Hoseok levantó las cejas al escuchar la respuesta de Namjoon.

—¿Por qué estás tan confiado? —Insistió ya harto, soltando gruñidos.

—Porque sé que no haría eso… —Contestó. Llevó la mirada al Beta, quien se encontraba anonado sin poder articular alguna palabra—. Ya vámonos, le estamos quitando tiempo a Hoseok.

El Alpha pálido parpadeó estupefacto, pensando que su compañero no podía ser más ingenuo —Odiaba eso—, apretó sus puños, enterrando sus garras en sus palmas, haciendo que la sangre corra por sus nudillos y termine derramándose en el suelo. Soltando un gruñido completamente insatisfecho, miró al Beta a su lado para tomar su hombro de forma brusca, obligándolo a que se acerque a él. Sintió un escalofrío al sentir la caliente respiración del Alpha en su oreja, tragando grueso al escuchar los gruñidos que provenían de su boca.

—Hierva mala, nunca muere —Susurró—. Sí intentas meterte en mi vida, vas a terminar muerto de la peor manera posible y nadie sabrá de la causa de tu maldito fallecimiento.

—Púdrete, Min —Gruñó Hoseok—, No te tengo miedo y no lo sentiré por más que lo intentes.

La risa agria hizo cosquillas en su oreja al decir aquello.

—Me gusta que la gente finja falsa determinación. Es más divertido a la hora que están al punto de la muerte, suplican e imploran que no las mate, prometiendo y jurando en vano, al ver el final acercarse, se dan cuenta de sus equivocaciones y tratan de remendarla pero ya es tarde para eso —Sonrió cínico.

—Creo que lo tomaré en cuenta —Dicho eso, se alejó del Alpha, dejando ver la sonrisa arrogante pintada en sus labios que acostumbraban a verse con una sonrisa radiante y llena de euforia, sin embargo, esta es la excepción—. Lárgate —Demandó, señalando la puerta.

Yoongi le dirigió una última mirada de odio, para luego obedecer, pero a punto de cruzar la puerta, se voltea de golpe y saca la pistola para disparar.

El Beta se sobresaltó al estar en el suelo, cubriendo su cabeza, a los segundos, dejó de cubrirse y desesperado buscó con la mirada en donde atinó la bala. Sus ojos se pusieron en blanco al mirar el retrato de su padre, que en medio de su rostro, tenía un agujero con bordes quemados a causa del disparo.

Miró a Yoongi estupefacto, quien sonreía de manera satisfactoria y enfermiza.

—Así mismo, de la misma forma en que murió la porquería de tu padre, yo te mataré —Llevó la pistola a su pecho, señalándose—, De la misma forma en que MI padre lo hizo con el tuyo.

Matrimonio Por Contrato (Namjin) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora