Matrimonio Por Contrato (Namjin) ©

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Celo:

Se encontraba súper concentrado, las horas pasaban cómo minutos estando encerrado en ese gran salón donde solo se escuchaba el sonido turbulento de la máquina de cocer. Miles y Miles de cajas rotas, nuevas, telas de diferentes tamaños, formas y texturas se encontraban al rededor. El era el único que se encontraba allí intentando terminar su nuevo traje.

Se quejó entre dientes al pincharse nuevamente el dedo, vió una gota de sangre salir de su piel. Se lo metió en la boca chupandolo, y se levantó de la silla para buscar en su quit de emergencias una curita, debería coleccionar ya que no era de extrañarse que se pinchara los dedos, ahora era parte de su vida.

Una de las cosas que odiaba de su cuerpo eran sus dedos pero a la vez los admiraba ya que con ellas podía hacer maravillas, a parte de diseños de ropa, también era un experto en el sexo aunque, eso era otra cosa.

Suspiro y vió el traje blanco casi terminado. Aún tenía muchísimas cosas que acomodar y agregarle pero ya estaba cansado por hoy.

Apago las luces y se retiro del pequeño pero elegante local. Definitivamente era el único que se encontraba allí. Cerro el negoció y se retiro a su casa compartida con su esposo.

Entro a su habitación donde se encontraba el Alfa pálido sentado en la cama con su computador, este estaba conciente que Jimin acostumbraba a llegar tarde y era muy independiente, así que no se preocupaba mucho.

Miró con atención su pareja desnudarse para colocarse la pijama, lo hacía allí por confianza y que ya estaban acostumbrados a mirarse uno al otro.

Jimin se vistió con una bata blanca floreada, se dirigió a la cama y beso a Yoongi, en eso se acostó a su lado y cerro sus ojos.

— Mh, amor~ ¿Cómo te fue el día de hoy? — pregunto Jimin adormilado mientras abrazaba el brazo del Alfa pálido.

— Muy bien cariño, un cliente hizo una muy buena compra desde Rusia y me compro casi dos mil armas — informó el Alfa mirando la computadora y su Omega.

— Eso suena muy bien...

— Te he dicho que no te quedes tan tarde en la empresa, tus ojeras se ven horribles en tú rostro — comento.

— Eso ya lo se — suspiro — y, ya te dije el porque, no me da sueño temprano sería lo mismo si regreso a casa temprano — explico el Omega pelirosa.

— Mh — el Pálido no dijo más nada y dejo que su parejita durmiera tranquilo a su lado.

(...)

Se despertó sudoroso y la respiración acelerada, su cuerpo temblaba debajo de las sábanas y su entrada y miembro estaban húmedos.

Este sabía lo que ocurría. Intento alcanzar la cápsula de pastillas pero termino en el suelo. Gimió de dolor y se abrazo así mismo intentando de calmar su necesidad de ser tocado. El olor del Omega inundaba toda la habitación hasta salir y llamar la atención de muchos Alfas que se encontraban allí.

— ¿Jin-Hyung? — apareció el Alfa joven pelinegro.

— ¡Jungkook! A-ayudame... — pidió el mayor.

El Alfa se alarmó un poco al oler las feromonas de este.

— Su celo...