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Hope World:

Un tal rubio de raíces azabaches veía el gran ventanal donde se reflejaba todo Seúl, en medio de la oscuridad, tenía una maliciosa sonrisa característica en su rostro no tan definido, ya que por ser mitad asiático y mitad americano sus rasgos no eran nada parecidos a los demás, pero eso no quería decir que no era todo un encanto. Cualquier Omega podía rendirse a los pies de ese sexy Beta.

Extendió su copa de Champagne y se la llevo a su boca, bebiendo un moderado trago, ¿Quién diría que ser el jefe de la mafia sería complicadamente divertido? Tenía que felicitarse, pues era uno de los primeros Jefes de la mafia estando tanto tiempo a mando y sin ser descubierto por la policía. A veces le tocaba reírse en la cara de aquellos payasos con uniforme, eran tan idiotas para no darse cuenta que él les pateaba el trasero y ni se daban cuenta.
Río levemente con gracia y bebió otro trago, el silencio fue interrumpido por el ruido de la puerta del salón oscuro, abrirse. Escuchó unos pasos de tacón dirigiéndose hacia él hasta detenerse unos metros de su persona.

— Habla G-Dragon — Musitó el rubio sin despegar su vista celeste al ventanal.

—Tiene una llamada, mi señor — Informó el mencionado extendiéndole el móvil al Beta.

— Mh, contesta — Ordenó prendiendo un cigarrillo.

—Sí Señor — Acató la orden y atendió la llamada que estaba en espera — El señor no puede atenderlo ahora, ¿Qué quiere? — Le preguntó a la otra persona de la línea telefónica.

Solicito su equipo, quiero hacer un secuestro — La voz saliendo del dispositivo se escuchó por toda la sala.

Él conocido como G-Dragon frunció el ceño extrañado.

— ¿Cómo que solicitas nuestro equipo? Suenas joven… — Inquirió G-Dragon no teniendo buena espina, miraba su jefe quien seguía bebiendo su copa tranquilamente.

Eso no importa, necesito hablar con tu Jefe, Bang-Chan — Respondió la otra línea telefónica, sonaba arrogante y confiado, pero el Alpha del salón aseguraba que era solo un chico por su voz.

Espero alguna señal de su jefe y luego habló:

— ¿¡Qué clase de niño se atreve a llamar a uno de los más grandes y peligrosos narcotraficantes cómo Bang-Chan!? — Reclamó.

Tengo suficiente paga para contratar su equipo — Sonó tranquilo y seguro, haciendo llamar la atención del tan nombrado.

— … ¿Y qué es? — Habló finalmente el Beta rubio que se había levantado y le arrebato el celular al Alpha de cabellos pinchudos.

La fortuna Kim — Anunció — Kim Namjoon — Resonó por toda la habitación oscura.

El Beta y el Alpha se miraran entre sí sorprendidos. El rubio se aclaró la garganta y apegó el teléfono a su oreja.

— ¿Estás seguro de lo que hablas niño?— Cuestionó aspirando el humo de su cigarrillo para después de unos segundos expulsa el humo blanco — Espero que no sea una absurda broma niño. ¿Cómo estas apostando a la fortuna del empresario más popular del país? ¿Acaso tienes acceso a ella? — Interrogó caminando de un lado a otro.

Ah no, ustedes mismos pueden acceder a ella si hacen su trabajo — Advirtió.

El Beta miró al Alpha azabache con indiferencia para luego responder:

— Bien, haremos lo que digas pero a nuestra manera — Y colgó la llamada guardando el teléfono y prendiendo otro cigarro.

—¿Está seguro de haber aceptado Jefe? — Inquirió aun inseguro — y si, ¿Es alguna trampa o algo? — Insistió más angustiado.

Matrimonio Por Contrato (Namjin) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora