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La casa de Namjoon:

Bajé las escaleras desanimado, eleve mi vista y me encontré con mis padres juntos los señores Kim, me costó mucho mirarlos a los ojos, pero no podía irme antes de disculparme con ellos, eran mis padres y aunque hacían cosas que no me gustaban... Los amaba y les debía muchas cosas.

— Sí me casaré con Namjoon — hablé estando frente a ellos. Ellos hicieron un sonido de emoción pero los interrumpí — Solo por su bienestar, yo los quiero mucho y les debo muchas cosas que hicieron por mí. Lo siento por hablarles tan mal modo — añadí cabizbajo.

Ellos se miraron entre si y me sonrieron para rodearme con sus brazos y juntarme en un abrazo. sentí mis ojos arder.

— Tranquilo hijo, y no estamos haciendo esto por nosotros. Lo hacemos para que tengas lo mejor ¿Oíste Jinnie? — dijo mi madre acariciando mis cabellos.

— Creo que también deberías disculparte con los Señores Kim — comento mi padre.

Mire a los mencionados que me miraban con seriedad, y me aterraba mucho la señora Kim, pero no tenía otra opción qué enfrentar su mirada.

— Lo lamento por mi inapropiado comportamiento señor y señora Kim — hice una mini reverencia y bajé la cabeza — En verdad estoy arrepentido...

— No hay nada qué perdonar, al fin abriste los ojos y bajaste de aquella nube en la que estabas. Casarte con mi hijo es la mejor decisión — dijo con voz dura —. ¡Ahora has feliz a mi hijo yernito! —  exclamó cambiando drásticamente de emoción.

Mis mejillas se acoloraron y sentí estallar allí mismo, no me agrado para nada ese apodó, ni siquiera tenía nada con ese idiota y ya me decían " yerno".

— Adiós Señores Seok, es un placer traer a su hijo de vuelta. Prometo cuidarlo, amarlo y que use las mejores prendas más costosas y lujosas — hablaba y yo quería matarlo, era como sí nos estuvieran aceptando de estar juntos o bueno, eso fue desde el inicio, pero no me agradaba nada, mi pecho dolía y quería llorar.

Mis estúpidos padres ahuyaron con ternura y se despidieron de mi con un beso, luego no tuve más opción que seguir hasta la limusina negra.

Jungkook abrió mi puerta que agradecí sin muchos ánimos, me tocaba nuevamente sentarme junto a ese Alfa cara de culo, hice cómo hace rato y mantuve distancia. Había algo raro en la limusina y era una bandeja en medio del frente del asiento, llenó de chocolate en forma de osito.

Quería comer, tantas emociones me hicieron tener hambre, pero me daba mucha pena pedir o agarrar, tampoco que me gustaba pedirle comida a la gente ya qué siempre procuraba de tener mi nevera llena.

— Jin, ¿Quieres? Eran tus favoritos de niño, ¿Aún lo son verdad? — Pregunto Namjoon señalando la bandeja.

¿Eso era para mí?

Lo miré inseguro y asentí.

— Bueno, puedes comerlos si quieres, los compré para tí — y después de decir eso comenzó a hablar por celular de cosas de negocios que no entendía para nada.

Algo se removió en mi pecho al saber que compro eso para mí. Digamos que de pequeño me gustaba los dulces y pedía a cada rato cualquier cosa que me gustaba, las galletas con leche, chocolate en forma de osito y las fresas.

¡Toma uno! Joder, dile algo al menos!!!

Matrimonio Por Contrato (Namjin) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora