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Huida (Parte 2):

SeokJin:

Salimos de la ciudad, el viaje me pareció eterno, ya la oscuridad había reinado el cielo, al igual que el frío al ambiente. No sabía cuántas horas habíamos viajado, pero ahora ansiaba en poder acostarme y arrullarme en una caliente cama, hasta que el automóvil finalmente se detuvo, despertándonos a mí y a Jimin —El cual también estaba cayendo ante el sueño—, dirigí la mirada hacía la ventana, aunque solo pude observar una calle completamente sola a media nada.

—Llegamos, Hyungs —Jungkook se encontraba en el asiento del copiloto, vigilando el viaje, dejando al menos que pudiéramos descansar en el viaje.

Jimin se acomodó los anteojos al mismo tiempo que se limpiaba el hilo de baba que salía de su comisura y miró hacía la puerta.

—Muy bien… —Salió un largo suspiro de los labios abultados y rosados de Jimin, al mismo tiempo que liberando un humo blanco debido al frío que se colaba desde afuera —Andando.

Salimos y lo que pudieron observar mis ojos fue una pequeña casa algo antigua y claramente abandonada. La única casa en medio de toda la carretera sola y oscura.

Jimin soltó un jadeo exagerado al mirar el lugar, luego se dirigió al chofer.

—¿Qué significa esto? ¡Este no puede ser el lugar, ni en un millón de años! — Exclamó con una pisca de enfado.

—P-Pues así es, Señor… Esta es la dirección que me dio su asistente —Respondió dudoso el chofer, sacando su móvil para mostrarle la evidencia que decía la verdad. Jimin soltó nuevamente un suspiro cansado.

—Es la zona más alejada de la ciudad, y también carente de buena conexión Wiffi —Intervino Jungkook, sosteniendo mis maletas junto con otras que supuse que eran las cosas de Jimin.

—Espero que hayas escogido bien, Félix —Murmuró suspirando por décima vez, se le notaba claramente que se encontraba frustrado—. Bueno, entremos, antes de que este frío me llegue a congelar el cerebro…

Dio pasos hacia delante, dirigiéndose a la oscura casa, yo sin duda seguí detrás del.

—Uhg, ¿Dónde se prende la luz en esta maldita cosa? —Se quejó Jimin al abrir la puerta y entrar buscando el interruptor, pero yo solo busqué entre la pared cerca de la puerta y lo encontré, inmediatamente encendiendo la luz—. Ah… —Se volteó hacia mí, haciendo una mueca y golpeándose la cabeza—Que idiota soy…

—¿Tú tampoco sabías a dónde íbamos? —Le pregunté acercándome observando el lugar con curiosidad para luego verlo a él.

—Lo dejé en manos de mi asistente, pero tampoco pensé que me encontraría un cerro —Dramatizó, sacándome una risa, era obvio que Jimin no estaba acostumbrados a este tipo de espacios, y por eso se sentía incómodo.

—Yo digo que eligió bien —Comenté levantando una comisura si dejar de ver alrededor, no estaba mal la casita, solo le hacía falta algo de mantenimiento, pero tenía todo lo necesario para poder quedarnos. Tomé a Jimin por los hombros regalándole una serena sonrisa.— Tranquilo Jimin, todo estará bien. Cálmate —Musité brindándole caricias en sus brazos, haciendo que abandonara un poco de tensión.

—Sí, sí… Dios, lo siento… es que… Todo esto... —Cerró sus ojos y soltó un suspiro entrecortado, ordenando sus pensamientos y palabras para volver a hablar—. Me siento bastante nervioso y tenso a que por algún simple detalle nos vayan a encontrar… Todo… mi esfuerzo, sería en vano y… volveremos al infierno —Bajó la mirada, mordiéndose el labio.

Lo entendía, yo también me sentía algo fuera de lugar con toda esta situación, lo he vivido, y sé que en cualquier descuido podían encontrarnos nuevamente.

Matrimonio Por Contrato (Namjin) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora