☻ 𝟚𝟘 ☻

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Recobré el conocimiento en el hospital. Me levanté sobresaltado, esta vez sin la previa confusión. Mi madre, a mi lado, acarició mi rostro con suma preocupación.

— Amor, tranquilo. Acuéstate, cielo. — apenas y podía distinguir su rostro. Me acosté y a mi lado vi a mi padre. Parado, no lograba ver su rostro pero se le notaba algo preocupado por mí.

— ¿Cómo te sientes? — me preguntó mi padre.

— Bien. — respondí, un poco más calmado — ¿Qué me pasó?

— Un pico de presión, cielo. Por una crisis ansiosa. Afortunadamente Dougie estuvo ahí para llevarte al hospital. Oh, mi amor. Me asustaste tanto. — mi padre, aún, no cambiaba de expresión.

— ¿Papá? — pregunté.

— Olvídate que verás de nuevo a McCormick.

— Papá, terminamos con Kenny. — confesé. Vi como en su rostro se dibujaba una sonrisa algo maliciosa.

— Lo hago por tu bien, Butters. — me dijo. Suspiré, pero esta vez porque tendría que aprender a vivir sin Kenny e iniciar el conocerme a mí.

Que difícil sería, que difícil es cuando Kenny no está diciéndome que hacer.

— ¿D-dónde está Kenny? — pregunté. Mi madre miró a mi padre con cara de no saber explicar lo que pasó.

— Verás, Butters. — inició a explicar papá — cuando tú tuviste la crisis, prácticamente colapsaste sobre la carretera. Dougie corrió para auxiliarte pero... la camioneta donde iban tus amigos se desvió para no pisarlo, y... chocaron con la camioneta donde iba el hijo de Thomas Tucker y algunos adolescentes más.

— ¿E-están todos bien? — pregunté. Mi padre negó.

— De la camioneta de tus amigos quedó mal uno solo. — sabía que Kenny murió en ese momento. Lo sabía perfectamente. No podía ser él el que se encontraba tan mal — y del grupo de la camioneta... uno quedó mal y otro tiene la pierna quebrada.

— ¿Sabes los nombres? — papá negó.

— Creo que en la camioneta iban tus cuatro amigos. El gordo, el pelirrojo, el pelinegro, y Kenny. — explicó mi madre — de la otra solo logré ver a la hija de los Stevens, al hijo de los Tucker, al hijo de los Black, al hijo de el señor Donovan, y... al último lo sacaron en camilla para el hospital. — tuve miedo del nombre que diría. Pero parecía ser hombre, así que me despreocupé de que fuera mujer, o sea Wendy — Tweak, creo que era su apellido. Es el hijo de los dueños de la cafetería. — no pude evitar volver a sentirme mal. Mi madre me sostuvo y miró a mi padre, mientras él iba a buscar una cubeta para que logre expulsar todo. Así lo hice — de tus amigos... el único que creo que está en el hospital es Eric, cariño.

Levanté la cabeza, creyendo que ya estaba mejor, pero cuando escuché el nombre de Eric Cartman, volví a vomitar.

— Te castigaría, pero sé que no es tu culpa. — respondió mi padre — creo yo que fui duro contigo. Durante toda mi vida. Aunque no lo creas, me duele verte así. Tan frágil.

— Te amamos, mi Leopold precioso. — me dijo mi madre, y luego me dio un beso en la mejilla — queremos que seas feliz siempre.

— Menos con un McCormick.

— Sé que no fuimos los mejores padres en tu más dulce infancia, pero...

— No salgas con un McCormick.

— ¡Stephen! — le gritó — Butters, tú siempre fuiste un niño tan bueno.

— Y marica.

— Ya, ma. Continúa. — le dejé a mi madre. Ella sonrió y continuó.

Cuando todo esto acabe ▸South Park Fanfic◂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora