☻ 𝟚𝟠 ☻

280 19 63
                                    

Me negaba a creer que de esos labios que me habían besado, y aquellos ojos que con tanto amor me miraban, habían salido tantos momentos horribles.

Mi mente los había bloqueado a todos como un trauma, mi ansiedad viene de esos cuatro y con esos cuatro terminará.

Controlé mi impulso de tirarlo de las gradas, únicamente me solté de él, me paré, y me retiré. Kenny me miró confundido.

Pasé el resto del día encerrado en el cubículo del baño. Deseando desaparecer y que esto realmente fuese una especie de broma por parte de mi cerebro.

Mi corazón decía que Kenny sí había cambiado, el ver a Bebe llorar le decía a mi cerebro que no.

Me dolía tanto estar así, pero más me dolía saber que ahora todos odian a Bebe por algo que si yo hubiera sido rencoroso, también lo hubiera hecho.

— ¿Leopold? — escuché. Abrí la puerta y me encontré a Clyde Donovan. Me sorprendió verlo ahí — hola.

— H-hola. — susurré. Detrás de él aparecieron Jimmy, Tolkien, Nichole, Tweek, y... ¿Craig?

— ¿Podemos entrar? — preguntó Clyde. Esto de que no era muy inteligente es verdad, íbamos a entrar muy apretados.

— Adelante. — respondí yo, aún más estúpido. Acabamos entrando todos, sumamente apretados y como sardinas.

— Bueno. — inició Clyde, aunque no lo podía ver por tener la axila de Tolkien en mi cara. Por fortuna, la mayoría se habían puesto desodorante, así que no había un olor desagradable. Tolkien movió un poco el brazo y tomó la mano de Nichole con fuerza.

— Miren que yo pensaba que Clyde era estúpido, pero al parecer yo tampoco hago mucha diferencia. ¡Nos estamos muriendo aquí! — exclamó Tolkien, y después salió junto con su novia del cubículo. No tardamos en caer todos de ahí — párense y vayan al grano.

Fue gracioso ver que Clyde, quién todavía tenía ese grano prominente en su mejilla, fue el primero en hablar.

— Te pedimos disculpas, Leopold. ¡Más que nada como personas, que como jugadores o como tus compañeros de clase! Durante tantos años estuve enceguecida por Barbara, que no pude ver que me había vuelto Kronk de Las locuras del emperador. ¡Yo antes era inteligente! ¿No es así, chicos? ¿Chicos? — nadie respondió. Clyde recapituló — en fin. Lo siento, Leo. No creo que pueda perdonarme esto, mi madre estaría decepcionada de mí si... viera en lo que me he convertido. De niño miraba Heathers, y decía. ¡Oh, que patanes son Kurt y Ram! ¡Que bien que Jason Dean los mató! ¡Y mira! ¡Acabé siendo Kurt y Ram! ¡Y saliendo con Heather Chandler versión pirata! ¡¿Entienden la gravedad de eso?! ¡Versión pirata! ¡Heather Chandler!

— Bueno, yendo al punto. — interrumpió Tweek. Nunca lo había visto tan sereno — yo creo que... nunca te escuchamos porque el grupo de cuatro siempre nos hizo creer que eras un bobalicón. Pero, ¿Sabes qué? Eres un buen chico, Leopold. Que nadie te haga creer lo contrario.

— Leopold, he crecido con comentarios de que era una chica fea. Era una chica muy insegura, y estaba perdida. Definitivamente la situación con Kyle y Cartman en aquel partido de básquet me hizo jurar que si llegaba a volver a confiar en un hombre, sería cuando esté mejor de mi autoestima. Tus comentarios bonitos ayudaron mucho. Siempre tienes una palabra bonita para decir. Y eso lo valoro tanto. Sin ti, definitivamente no estaríamos festejando un año más con Tolkien en una semana. Tolkien es el amor de mi vida. Y tú, Leo, tú eres nuestro ángel. Nuestro cupido.

— Leopold. — me llamó Craig. Volteé a verlo — ya sabes. Perdón.

— No pasa nada. — les disculpé — si me perdonan, creo que tengo que volver a casa.

Cuando todo esto acabe ▸South Park Fanfic◂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora