Imposible | DamiAnya

VII | Sensaciones

Pronto llegaron las vacaciones, Damián se aburría en casa, sus padres nunca estaban, o si lo estaban apenas los veía, cenaron juntos solo un par de veces, y cuando lo hacían siempre faltaba uno, o su padre, o su madre o su hermano, la mayor parte del tiempo almorzaba y cenaba solo, en ocasiones cuando venían visitas importantes o cuando asistían a algún evento, debían aparentar ser una familia como cualquier otra, pero eso estaba lejos de ser verdad, aunque está vez parecían incluso más ocupados que otras veces, los había oído quejarse furiosos con alguno de sus empleados, su padre ni siquiera lo había elogiado cuando se convirtió en imperial, pensó que tal vez no había sido tan importante ya que al final logro hacerlo a la misma edad que su hermano, si lo hubiera logrado antes, quizás no hubiera pasado tan desapercibido como lo hizo, se lamentaba de no haberlo logrado, se sentía fatal, nada de lo que hacía parecía valer la pena, siempre estaba a la sombra de su hermano.

Uno de esos días, supo que los Foger habían sido invitados a su casa por su madre, por más que trato no encontrarse con ellos, se topó con Loid por uno de los pasillos, parecía perdido:

~¿Busca algo señor Forger?~

~¡Damián! Vaya, has crecido mucho, supe que te convertiste en imperial igual que Anya, ¡Felicidades!, tu padre de seguro está orgulloso de ti, eres un alumno ejemplar~

~¿Por qué se esfuerzan por parecer amables?~ pensaba Damián

Ante su silencio Loid supuso que Donovan no le había felicitado, a estas alturas ya le parecía conocerlo y sabía que era un hombre frío hasta con sus propios hijos así que trato de animarlo:

~Los padres a veces podemos ser duros con nuestros hijos, pero eso es porque, sabemos de lo que son capaces de hacer, confiamos en sus habilidades, en ocasiones lo damos tan por hecho que nos olvidamos de elogiarlos, pero ten por seguro que en el fondo nos sentimos muy orgullosos de cada uno de sus logros ...~

Ahí estaba de nuevo, tal y como lo había hecho en el pasado, trataba de levantarle el ánimo, -¿por qué?- se preguntaba, ¿realmente eran así?, ¿realmente eran amables?, Eso explicaría el porque Anya era así también, siempre ayudando al que lo necesitara, porque por más que pensará, ya no había necesidad de parecer amables, no con él que para su propia familia no era nadie, ya eran cercanos a sus padres y al parecer nunca se aprovecharon de ello, tal vez era cierto que existían personas así de cálidas.

~Gracias señor Forger~soltó en voz baja y se fue a su habitación

Volvieron las clases, y con ello un nuevo año, durante todas las vacaciones Damián no pudo reunirse con sus amigos, ambos habían estado o de paseo con sus familias o con sus novias, por eso al verlos nuevamente los ignoró, ellos inmediatamente lo abordaron:

~Lord Damián ¿Qué fue ese desprecio?~

~¿Hicimos algo mal?, ¡Por favor díganos!~

~Se olvidaron de mi ahora que tienen novia~ se quejó

Ellos se enternecieron de que los haya extrañado durante las vacaciones, se lanzaron a abrazarlo

~¡Claro que no!, Siempre seremos sus amigos~

~¡Si!, Lo sentimos mucho, prometemos dedicarle más tiempo desde ahora~

~¡Sueltenme!~ se quejaba

Luego de eso se reconciliaron y conversaban como lo hacían habitualmente, se contaron lo que hicieron durante las vacaciones, Damián al oírlos se lamentaba, parecían haberse divertido, él ni siquiera había salido de su casa, claro le habían ofrecido irse de viaje con algunos de los empleados, pero el se negó, ya no le encontraba la gracia a irse solo, era lo mismo que aburrirse en casa, al menos ahí Max le hacía compañía, aunque ya casi no se movia por la edad.