VIII | Aceptación

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Las clases estaban por comenzar, Damián se apresuraba para llegar a tiempo, se había quedado dormido, eso no era propio de él, sus amigos al verlo que no se levantaba lo fueron a despertar, pero para cuando despertó y fue consiente, ya se había hecho tarde, les dijo que se fueran sin él, no querría perjudicarlos, corrió por los pasillos para alcanzar a llegar antes que el profesor, y entre tantos alumnos que se encontraban en su misma situación, no se percató y choco contra Anya que cruzaba la puerta haciéndola caer.

De inmediato todos los ojos se dirigieron hasta el estruendo que se hizo cuando cayó al piso, como consecuencia los murmuros no se hicieron esperar:

~¡Otra vez cayendo al piso!~
~La tonta de Anya de nuevo... ¡No puedo creer que alguien como ella sea una imperial!~
~¿Acaso lo hizo a propósito para que Damián le ayude?~
~No lo dudaría, siempre está tratando de llamar su atención~

Damián la miró con los ojos abiertos en el suelo mientras ella se recomponía de la caída, y luego miro a sus compañeros que lo cuestionaban con la mirada como preguntándole -¿Qué es lo que iba a hacer?-, la respuesta era sencilla, se burlaría de ella, pero ¿por qué lo dudaba?, No quería hacerlo pero... ¿Por qué ella siempre lo lograba hacer titubear sobre sus acciones?, ¿Por qué solo con ella después sentía arrepentirse de sus palabras?, Frunció el ceño y dijo:

~¡Párate tonta!, Estorbas en mi camino...~

Ella levanto su mirada y sus ojos verdes lo miraron como dudando de lo que había dicho, con la boca entre abierta, para luego cerrarla y apretar sus dientes y fulminarlo con los ojos, se puso de pie, sacudió un poco su ropa y camino con pisadas fuertes hasta su puesto, entre medio se escuchaban las risas del resto de los alumnos que se extasiaban de su desgracia, los que simpatizaban con ella guardaron absoluto silencio, Anya estaba acostumbrada, pero está vez fue diferente, se sintió realmente avergonzada, humillada, con ella misma tal vez. Becky le preguntaba si estaba bien y en voz alta se quejó:

~No solo llega tarde, empuja a una dama, no la ayuda a pararse ni pide disculpas... ¡Qué caballero Desmond!~ lo último lo dijo con ironía

Damián simplemente se sentó entre sus amigos, ellos lo felicitaban por su actuar, extrañaban que ya no fuera como era antes, despejaron las dudas que tenían sobre ellos, el por su parte estaba lamentándose por lo que había dicho, más tarde a solas se disculparía con ella, pero por ahora el profesor carraspeaba su garganta para captar la atención de todos y dar inicio a su clase.

...

Ni durante la tarde, ni el resto de los días pudo si quiera hablar con ella, lo desprecio cada vez que intento acercarse, lo evito por completo, en las clases, durante el receso o en el salón de imperiales, incluso cuando la tomo por la muñeca forzandola para que lo escuchará pero ella se safo aún con más fuerza y con un tono de voz serio le dijo:

~¡No me vuelvas a tocar!~ y se alejó

Se sentía como un idiota, ¿Por qué le importaba tanto?, ¿Por qué se humillaba ante ella?, ¿Por qué se había molestado tanto? No era la primera vez que le decía algo como eso, ya llevaba días así y él... Y es que él solo quería que las cosas fueran como antes, quería disfrutar de estar junto a ella por las tardes, quería ver nuevamente su sonrisa, esa que le dedicaba cada vez que sus miradas chocaban, quería relajarse en su compañía, y es que ella lograba transmitirle tanta paz, hacía que se le olvidarán todas las cosas cuando estaban juntos, quería tenerla, necesitaba de ella, la extrañaba. Durante el receso la vio rechazando a un chico, volvió a repetir la misma excusa que la había oído decir antes, alguien más le gustaba, y si ese alguien era él, ¿Por qué entonces era tan testaruda?, Con mayor razón debería escucharlo, ¿Por qué justo ella era tan distinta a las demás?, Recibía confesiones a diario, todas siempre buscaban elogiarlo, o acercarsele, pero en cambio ella lo evadia, ¿Acaso estaba equivocado?, Es verdad, podría estarlo, ella definitivamente no podría amarlo ... no después de como él actuaba con ella, no solo por lo de la caída, si no por todo, era un idiota y siempre la terminaba insultando, ¿Cómo podría gustarle alguien así?, entonces ¿quién será el dueño de su corazón?, ¿Cómo podría saberlo? se preguntaba, tal vez debía demostrarle que él podía ser mucho mejor que cualquier otro, ¿Pero que estaba pensando?, ¿Tan desesperado estaba?, Debía calmarse...

Imposible | DamiAnyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora