I tell you yes

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Narrador omnisciente

Cuando las clases finalizaron, Gwen se dirigió a casa de su amiga Susie, Wendy en cambio fue junto con Robin a la plaza. El menor de ambos decidió invitarla a dar un paseo, no la presionaria para obtener una respuesta a su propuesta.

El pequeño parque al que fueron no se encontraba lejos de la escuela, Wendy compro dos helados de crema y ambos jugaron una carrera hacia las hamacas, Robin fingió doblarse el tobillo para dejarla ganar.

-¡Oh, vamos! Sé que me dejaste ganar...- Ella lo acuso y él solo fingió no entender, tomando asiento en una de las hamacas, Wendy se sentó a su lado.

El silencio entre ambos era agradable, no necesitaban decir mucho para entenderse, pero luego de un rato Robin decía uno que otro chiste mientras aprovechaba que ella se distraía para robarle un poco de helado.

-Entonces Finney abrio esa rana y creo que jamas podre quitar la imagen de mi cabeza, ¿sabes a lo que me refiero?- Para ese momento ya eran al rededor de las cinco de la tarde, solo estaban perdiendo el tiempo el uno con el otro, eso era lindo.

Wendy se levantó de la hamaca, logrando que Robin dejara de hablar sobre su clase de biología y de cómo su hermano no había si quiera pestañado, él la observo con confusión por su repentino movimiento.

-Lo pensé...- Las palabras escaparon de su boca sin tener tiempo a buscar las más adecuadas -Creo que eres un chico muy lindo, amable e increíble. Para ser honesta no podía tomarte en serio al comienzo, pensé que solo bromeabas... Pero yo de verdad quiero que sepas que me gustas-

Para ese momento, Wendy había apoyado sus manos en las cadenas del columpio donde estaba Robin, no era buena expresándose y eso le parecía encantador al castaño.

Él estiro sus manos, tomando las mejillas pálidas de la chica, sus dedos acariciaron suavemente su piel para luego acercarla a él.

Robin jamás podría olvidar la sensación del sol contra su piel y los labios suaves de Wendy sobre los suyos, podía jurar que en ese preciso momento su estómago dolió como los mil infiernos pero al mismo tiempo fue inundado por miles de pequeñas descargas eléctricas.

...

Cuando la noche comenzó a asomarse, Robin la acompaño a casa, no queria que nada le sucediera y también era una vil coartada para estar más tiempo a su lado. Ambos caminaron en silencio, sus manos entrelazadas y hombros chocando sutilmente, sus corazones latian con rapidez mientras se acercaban a su destino.

Al llegar a la vivienda sus mano se separaron, él dejó nuevamente una caricia en su mejilla y un beso en la comisura de sus labios, ambos estaban tan avergonzados como emocionados.

-Nos vemos luego...-

Ella sonrió y agitó su mano con emoción, entrando por el camino de piedra a su casa, pero al cruzar la puerta su alma se destruyó en miles de pedazos.

-¿Wendy, dime que has visto a Finney?- Su padre rogó con ojos llenos de lágrimas, ella deseo que él solo estuviera ebrio aunque no fue así.

-No, no desde la escuela...-

SAY YES  Robin Arellano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora