Golden boy

4.3K 350 159
                                    

Wendy Blake

Claro que era consiente de que Moose era un idiota, es decir, el chico golpea todo lo que ve y apenas puede escribir su nombre sin equivocarse, pero tampoco creo que desfigurar el rostro de alguien sea lo normal. Al menos se rumorea que no fue tan grave, pero tan solo pensar en que pudo ser peor era espeluznante.

Ese día me estaba costando concentrarme, estaba en mi tercera clase y mi cuaderno estaba vacío, ahora tendría que pedirle ayuda a Finney para poder completar los ejercicios de matemática.

Escuche mi nombre justo cuando estaba por dormirme en mi asiento,  al parecer el profesor había notado mis intenciones y ahora me preguntaba como resolver una ecuación, fingí observar mi cuaderno en busca de una respuesta como una tonta idea de que podría escaparme de su pregunta, lo que claramente no sucedió. Bruce Yamada, que se sentaba junto a mí, me dejó ver la respuesta en su cuaderno y yo le agradecí internamente antes de responderle al profesor.

En más de una ocasión Bruce me había salvado de momentos incómodos, sin embargo no teníamos una amistad, ni siquiera podíamos llamarnos conocidos, solo sabía que jugaba béisbol porque vi su partido contra el equipo de mi hermano menor.

Luego de ese incómodo momento la clase continuó con normalidad, intente no dormirme y luego solo junte mis pertenencias para ir a casa, aunque primero debía ir a comprar las cosas para la cena y obligar a Finney a cargar las bolsas.  Estaba caminando hacia la salida del salón cuando Bruce se interpuso en la puerta, sonriendo torpe y encantadoramente,  miré detrás de mí por si estaba frente a alguna persona, para mi sorpresa no fue de ese modo. –¿Necesitas algo?– Sabía que no estaba siendo la persona más amable, pero no podía llegar tarde a casa hoy porque papá tenía horas extras en el trabajo y cuando eso sucede la regla es clara, no podemos estar fuera de casa luego de las siete de la tarde.

–Lo siento, no quise invadir tu espacio, pero quería preguntarte si necesitabas ayuda con esta materia– Sus manos se deslizaron por las correas de su mochila, otras personas pasarían por alto ese gesto, pero para alguien que observa al resto y se mantiene en la postura de observador, no es algo difícil de notar –Lo que quiero decir es que pareces distraída, Dios...no quise decir eso, lo siento. Solo me refiero a que habrá un examen dentro de poco y me gustaría saber si quieres ayuda–

Suspire, sonriendo al final,  no es que me pareciera algo lindo, más bien la situación me era totalmente vergonzosa  –Está bien, agradezco tu ayuda, creo que estudiar en grupo me sería útil– Dije mientras buscaba un boligrafo en mi mochila, cuando lo tuve anote el número de mi casa y se lo entregue –Llámame cuando tengas algo de tiempo disponible, podemos juntarnos a estudiar en mi casa– Luego de que Bruce afirmara que lo haría, me fui.

Los pasillos se estaban vaciando, todos querían ir pronto a casa porque es viernes y parece estar a punto de llover, espero que la tormenta se desarrolle luego de que hagamos las compras.

Gwen me esperaba en mi casillero, pero en cambio Finney no estaba y eso no era normal –¿Donde esta Finney? Pense que sus salones estaban cerca– Pregunte, abriendo mi loquer para dejar algunos libros.

Gwen se encogio de hombro, apoyandose en los otros casilleros –No lo he visto, pensé que había ido a buscarte–

Tome las llaves de la casa y las guarde en mi mohila, cerrando el candando del loquer antes de comenzar a caminar, me dirigi a la salida y ahí estaba. Finney siendo golpeado en el estomago y Robin golpeando a otro chico, uno pelirrojo. Gwen solto su mochila, tomó una piedra y corrio hacia el chico que golpeaba a Finney.

Me afirme a mi mochila con una mano, golpeando por la espalda al otro idiota que se acercaba a mi hermanita. Cuando se dio la vuelta me proporciono un golpe en la nariz y ante mi queja Robin dejo al chico inconciente en el piso, girandose para noquear al otro idiota que me había golpeado.

La pelea termino cuando el cielo trono y la lluvia comenzo a caer como un dilubio, los chicos corrieron a sus casas y nosotros igual. Mi rostro dolia, a Gwen le sangraba la boca, Finney tenia más golpes de lo normal, pero el unico intacto era Robin a pesar de sus nudillos.

Los cuatro nos dirigimos a casa, Robin vino por incistencia de Finney, al parecer su madre trabajaba hasta tarde y su tío no podia cuidarlo hoy. Llamaria a papá para avisarle.

–Supongo que podemos pedir pizza, hare las compras mañana temprano– Le hable a Gwen cuando entramos a la casa.

Finney fue al baño por toallas, estabamos todos empapados de pies a cabeza –Lamento venir de ultimo momento– Robin no me desagradaba, pero me parecia una persona dificil de entender, aunque agradecia que defendiera a mi hermano como si fuera el suyo.

Deje mis zapatos mojados en la entrada, caminando descalza hasta la sala de estar, no queria mojar las alfombras –Está bien, Finney te invito y eso no nos molesta– Tome el telefono de la pared, marcando al trabajo de papá para pedir permiso y cuando hablamos él no dudo en decirme que Robin podia quedarse, pero que mañana hablariamos al respecto. Luego de colgar llame a la pizzeria de siempre y encargue una familiar.

Finney ya estaba bañado y Gwen acababa de entrar al baño, Robin en cambio se encontraba parado en la entrada aún, algunas veces me preguntaba que tenía en la cabeza.

–Pasa, no puedes quedarte a dormir en la entrada toda la noche– Al ver que parecio no escucharme fui hasta él, tomandolo por la muñeca para arrastrarlo dentro– Finney, prepara ropa para Robin y muestrale donde esta el baño– Solte su muñeca cuando llegamos a la habitación de mi hermano, luego me gire para irme pero por un instante me detuve a observarlo y note su rostro rojo, quise preguntar si estaba bien pero Finney abrio la puerta e invito a Robin dentro.

Cuando Gwen me llamo desde el baño supe que se había olvidado de la ropa en el cuarto.

–¡Ya voy!–

SAY YES  Robin Arellano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora