SAY YES Robin Arellano

Sinking for you

Gwendolyn Blake

Toda una semana sin noticias, quería soñar que ellos estaban bien, que regresarían a casa junto a mí. Aunque la realidad al despertar era otra.

Robin se mantenía a mi lado, me llevaba a la escuela y luego iba por mí, nos pasábamos toda la tarde y parte de la noche buscando a mis hermanos.

Esa mañana me sumergí en el agua helada, me dolia el cuerpo y necesitaba descansar la mente, papá me grito desde la cocina que llegaría tarde y luego escuché el ruido de la puerta. Yo solo cerre mis ojos y me sumergí un poco más,  entonces el sueño comenzó a ganarme.

Pude observar a Finney golpear una puerta, parecía asustado, detrás de él había un cuerpo tendido en el suelo, se me congelo la sangre al reconocer la cabellera rubia de mi hermana. Quise correr hacia ellos, pero el tiempo parecía congelarse a mi alrededor, de repente todo se volvió negro y mi visión demoro en acostumbrarse a la luz del día. Un patio pequeño, el mismo árbol que había visto antes, pero ahora lograba divisar los números de la puerta, intente recordarlos tanto como me fuera posible.

Cuando parecía estar a punto de ver algo más, sentí como si me ahogara y al despertar estaba bajo el agua de la bañera, como pude salí de ella y me apresure a vestirme. Necesitaba encontrarlos, porque tenía el presentimiento de que era mi última posibilidad para hacerlo.

Por estar envuelta en la desesperacion, olvide por  un instante  llamar a los chicos, luego  de regresar a la sala en busca de mi abrigo, le avise a Robin por medio del walkie talkie y él me aseguró que le diría al resto.

Tome mi bicicleta y me apresure a subir, mis botas rojas resbalaron un par de veces antes de poder pedalear, pero no tarde en recorrer toda las calles que ya conocía de memoria.

Le rogaba a Dios porque me permitiera encontrar aquella casa, pero también a mi madre que los protegiera del maldito animal que se los llevó.

Anduve al rededor de una hora bajo la lluvia, parecía que jamás encontraría la casa, sin embargo un relámpago rugio en el cielo y cuando mire hacia el frente, la figura de una mujer me hizo caer, la bicicleta rodó junto conmigo y cuando me pude levantar ella ya no estaba. Quise gritar, pero al mirar la casa frente a mi, pude notar el árbol con la figura rara y el número de puerta coincidía con el de mis sueños, subí nuevamente a la bicicleta y me dirigi a casa.

Al llegar a casa corrí dentro y busque la tarjeta que el detective me había dado, les indique donde estaba la casa y también llame a Robin. Acordamos encontrarnos ahí, gracias a él sentía que podía encontrar a mis hermanos.

Estaba asustada, pero sentía que todo acabaría dentro de poco y que por fin podría estar con ellos. Mientras pedaleaba el aire frío golpeaba mi rostro, de seguro estaba pálida y empapada en sudor, pero quería estar ahí cuando los encontrarán.

Al llegar al lugar tire mi bici, los policías se acercaron hacia mí y me llenaron de preguntas, les explique que esa era la casa de mis sueños. Me apartaron y fue Robin quien me abrazo, ambos nos sentamos en el suelo mientras esperábamos que nos dieran noticias.

Estábamos agotados, con las esperanzas rotas, pero aun así deseábamos que todo fuera real y que ahí estuvieran nuestras personas más especiales.