O5: Shim Jaehyun.

1.4K 179 113
                                    

Silencio.

El timbre sonó hace más de media hora. 

Ellos seguían en la biblioteca, inmersos en la película infantil que veían. 

Sunghoon agradecía, mentalmente, que no los encontrarán y que la anciana que cuidaba del lugar no esté ahí para saber que se han saltado clases.

Siendo él que obligará al omega a quedarse.

Jake estaba hechizado con el dibujo dado, su mohín no desaparece de sus labios atrayendo con ese simple gesto la atención del alfa. Olvidándose que esta sentado en el regazo del básquetbolista, y menos quejándose de esos brazos que lo mantenía tomado de la cintura, recostando la espalda en el pecho ajeno.

¿Puede uno enamorarse más? Sunghoon comprobó qué sí, y es irónico que un omega apunto de llorar fuese una imágen imborrable de la mente pues, Shim tierno Jake lo demostró ahí sin darse cuenta. Esos ojos de cachorro brillando por las orillas debido a las lágrimas retenidas por la muerte de un personaje.

El omega es una bolita de amor.

Perfecto para el alfa Park Sunghoon.

── ¿Qué... ¿Qué haces? ──la película quedó en segundo plano por la voz temblorosa del omega, Jake quiso alejarse del tacto ajeno, estirándose y lo que consiguió fue estirar el cuello siendo que el alfa ocultarse el rostro. Rechisto── Park-

── ¿Huh?

Apretando los ojos, Jake inhalo, llenando sus pulmones por la ejerción que esos brazos hacían en su cintura y por querer eliminar ese nerviosismo de su sistema. 

Pronto, siente una lengua bastante húmeda que recorre en la unión de su cuello-hombro. Exhalo, escuchando y sintiendo la calmada respiración del alfa inmerso en él, en su olor.

── Estás... ──inhalo, removiendose sin saber que aún seguía en el regazo, quizás despertando algo que Sunghoon no captó en ese instante── Muy cerca. Estás invadiendo mi cuello. Sunghoon.

Sé dejo llevar. El alfa interno de Sunghoon se dejó ver, alzando la mirada y dejando que aquellos ámbar se encontrarán con la mirada del peligris, guardándose en el pecho la escena de aquellas manzanas que el omega poseía como mejillas, acercó su rostro al ajeno, lo suficientemente cerca, para que Jake cerrará fuertemente los ojos y apretara los labios, la nariz del alfa rozó con la suya hasta que, Sunghoon inhalo profundo, deleitándose con el dulce sabor que Jake tenía.

Nunca dejando de ver ese rostro delicado, respondiendo a cada acción que hace. Y tomó la iniciativa de enlazar sus manos, dejando la otra en la cintura. Ansío el toque del omega en él, y fueron, exactamente dos minutos para que Jake llevará, de forma nerviosa, la mano a la mejilla del alfa, empezando a acariciarla. La posición un tanto incómoda, sus caricias sacó un bajo, casi como un murmullo ronroneo y seguido de ese, un bostezo.

── Oh, no, no, no... No te duermas. ──regañó, sin saber que su voz adormilo más al alfa que, se apretó más a él y apoyando la cabeza en las hebras grises. Jake gritó── ¡Oye, levántate!

No hay respuesta más que un bufido.

── ¡No es hora de dormir! ¡Hay clases que debo asistir!

Esta vez recibió un...

── No.

Y un abrazo asfixiante casi sacándole el aire.

── No quiero.

Y nuevamente volvió a ocultar el rostro en la cabeza del omega, oliendo el shampo que usaba éste. Jesús, ¿cuánto olores exquisitos, aparte del natural, podía desprender ?

¡𝗡𝗢 𝗦𝗢𝗬 𝗚𝗢𝗥𝗗𝗜𝗧𝗢!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora