O6: Shim Min-Ki.

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Hay un silencio.

Su padre no lo miraba, estaba tan enfocado en otra cosa que, sin saber, el omega estaba sufriendo internamente, sentía que se asfixiaba entre la preocupación y miedo, nunca ha sido regañado: ¿qué hará su papá?

── ¿Cómo se llama?

No espero esa pregunta, tampoco espero que el ceño fruncido del mayor se relajará, dando un sorbo al té preparado por el omega, y el tono suave de la voz lo tranquilizara del remolino de emociones negativas que tenía dentro. Alzó de inmediato la mirada, su padre suspiraba satisfecho al té.

── uh- ¿qué, cómo-

── El muchacho, bebé, dime su nombre.

El omega lo pensó dudoso: ¿qué le haría al alfa? ¿lo mandará, como suele llamar, al mundo del silencio? ¿tendrán una charla por lo que hizo ese alfa?

── Su nombre es Park Sunghoon

«Fue un gusto haberte conocido, no me caías bien de todos modos, espero que papá hable con el tuyo y se vayan muy, muy, muy lejos-» la despedida que mentalmente hacía fue interrumpido.

── ¿Apellido Park? ¿Huh? ¿Ese alfa que te defendió con su grupo, cariño? ──ah, ¿por qué papá estaba tan relajado? e incluso parecía feliz de lo que dice, esperando oír una respuesta que mantenga esa sonrisa en el rostro── Sí es él-

── Es él, papá.

«¿Y dónde está mi regaño? ¿no me quitarán mis dulces? ¿mi comida? ¿Me dejará ileso?» la mente del omega era un lío, no comprendía la reacción, una buena reacción, de su padre. No obstante, al querer preguntar sobre su castigo, el timbre sonó en la casa.

── Ve a ver quién es, pequeño. Hablaremos después.

Jake asintió, e impulsivamente se levantó, dejó un beso en la frente de su padre y se encaminó, pensante, hacía la puerta. Apenas tocó el picaporte, olfateo un aroma a alfa, al otro lado de la puerta había un alfa. Seguramente era un vendedor. Tendría que negar toda oferta, al menos que fuese comida, ahí compraría recién.

── Buena tardes ──saludo al abrir la puerta; sin embargo, cuando sus orbes escanearon el rostro que yacía muy cerca, ese alfa se hincó a su estatura, sonriente, casi chilla── Tú... ¡¿Qué haces aquí?!

Sé vio obligado a cerrar la puerta a sus espaldas, apoyándose nervioso en la madera, y enfrentar al alfa ¡tuvo la osadía de venir a su casa!

── Antes de que me denunciés, escúchame ──pidió de la manera más suave, buscando que el omega no lo matará ahí mismo. Lo que hacía por amor── Te olvidaste la mochila, bonito-

── No era necesario pero, uh- gracias, ahora puedes retirarte.

── También, vengo a invitar a-

La puerta detrás de ellos, crujio, fue abierta de la manera lenta, similar a una película de terror donde el espíritu está listo para asustar a sus presas; sin embargo, esto era una situación casi igual, solo que en ves del espíritu, es un alfa, el papá del omega. Jake se hizo pequeñito al olfatear el territorial aroma de su padre. Él estaba atrás suyo. Podía apostar que los orbes de su padre estaba matando al alfa que vino a verlo, más bien, dejar algo que olvidó.

── ¿Quién es él, cachorro?

── Él, uh, papá el es-

Jake pensó que el alfa estaría temblando, soltando feromonas por los nervios. No obstante, la radiante sonrisa del alfa decía otra cosa y se reverencio ante el mayor.

¡𝗡𝗢 𝗦𝗢𝗬 𝗚𝗢𝗥𝗗𝗜𝗧𝗢!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora