12: Park Suho.

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Mirándose al espejo una vez más, Sunghoon asintió para si mismo que ya estaba listo. Agarró su colonia y se echo unas gotitas, suspirando mejor.

Faltaba unos minutos para que los Shim ya estuvieran llegando.

Salió de su habitación, bajando las escaleras mientras acomodaba la chaqueta que llevaba encima y el suéter cuello de tortuga. Cuando quiso ingresar a la cocina para probar algún bocadillo, el timbre había sonado.

── ¡Sunghoon, ve!

Girándose sobre sus talones, remojo sus labios con nerviosismo y sostuvo la perilla de la puerta. Su amor tan bonito estaba al otro lado de la puerta con su familia, y él estaba tardando en atenderlos.

Sin darse cuenta, ya estaba frente a los Shim. Sus ojos se enfocaron inmediatamente en Jake, y al mirar esos orbes de cachorro, no pudo evitar caer cada vez más embobado por el peligris.

El omega estaba precioso.

Sunghoon mostró su sonrisa, sin embargo... el omega de hebras grises lo miró con el entrecejo fruncido, mientras esos bellos cachetitos se pintaban de un fuerte carmín y se escondía un poco detrás de su padre.

El color rosa resaltaba en toda la belleza del bajito Shim, le daba un toque especial, un hermoso y tierno chico. Esas prendas y la hermosa diadema de flores que adornaban sus cabellitos, lo hacía ver un algodón de azúcar. Muy apetecible a los ojos de Sunghoon.

Min-Ki arqueo una ceja a la mirada embobada del alfa que le mandaba a su hijo, carraspeó.

── Me siento de sobra ──musitó indignado.

Sunghoon salio de su ensoñación, sacudiendo su cabeza y reírse un poco avergonzado. Miró al mayor, sintiéndose un poco intimidado.

── Sean bienvenidos. Mi padre está en la cocina.

Jake se recriminó al sonrojarse por las miradas del pálido, su corazón latiendo y poniéndolo más nervioso. Miró a su alrededor encantado, toda la mansión Park tenía cuadros de artes en las paredes, un poco delicado de tiempos antiguos. Pero el ambiente hogareño podía sentirse como un abrazo, hermoso. Le fascinó.

── Jake ──el omega se detuvo, se negó a encarar al alfa, los zafiros del pálido lo ponían débil, no sabría como explicarlo. Le asusta esas emociones, esas sensaciones cada que ve al alfa. Sunghoon rasco su nuca con nerviosismo, y acercarse a pasos lentos── Estas muy hermoso.

── Gracias.. ──al halago, Jake huyó detrás de su padre. Abrazándolo por la espalda y ocultar su carita allí, avergonzado.

¿Por qué ese halago de Sunghoon lo puso tan nervioso? 

Quería alejar esas cosquillas que sentía y actuar tan tonto, no le gustaba.

── Cachorro, ¿pasa algo?

Min-Ki miro a su hijo, esté tenia esos tiernos cachetitos rojizos.

── Estoy bien, papá.

El señor Shim, un poco desconfiado asintió.

── Ven, te quiero presentar-

── Así que tu eres el hermoso cachorro de Min-Ki ──mencionó una tercera voz, en la cocina, Jake no ocultó la sorpresa de ver un alfa mayor idéntico a Sunghoon, esa intensa cabellera platinada y ondulada, esos grisáceos orbes y una pálida piel a simple vista, oh, la sonrisa que le brindó, de forma singular y mostrando sus dientes. El hombre era alto, no tan musculoso como su padre, pero lo suficientemente dominante, ese aroma decía mucho── Mi nombre es Park Suho, pequeño. Soy padre de ese mocoso que esta entrando.

¡𝗡𝗢 𝗦𝗢𝗬 𝗚𝗢𝗥𝗗𝗜𝗧𝗢!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora