21: celo.

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Mirando el celular, Sunghoon suspiró al ver la temprana hora, las clases terminarían dentro de 30 minutos. Sé encaminó hasta la salida, mordiendo sus labios a los nervios, esperaba que Jake lo atendiera y no su padre, aunque el Señor Shim le diera el pase a la relación con su hijo.

Escuchó un jadeo de frustración a unos metros, el profesor Soobin estaba teniendo unos problemas con su maletín y carpetas en manos, inmediatamente se acercó, recogiendo las hojas esparcidas en el suelo.

── Profesor Choi ──haciendo una reverencia, el mayor con una sonrisa apenada, le entregó las carpetas más pesadas. Sunghoon las sostuvo── ¿Esta bien, profesor Choi?

── Gracias, estaba a nada de hacer un desastre ──acomodó sus lentes, suspirando── Alumno Park Sunghoon.

── ¿Esta apunto de irse? ──Sunghoon conocía al hombre de mayor edad, era el profesor más conocido en la institución, Choi Soobin. Un Alfa con algunas canas en su cabellera oscura, a opinión de muchos alumnos, incluso profesores, seguía viéndose guapo como en la adolescencia── Si quiere puedo ayudarle acomodar esto en su vehículo.

── Eso es lo que más necesito ahora.

Con una sonrisa, ambos fueron al estacionamiento del lugar.

── Alumno, ¿usted esta al tanto de la ausencia del alumno Shim Jake? ──esa pregunta despertó inmediatamente la atención del pálido, recordando que tenía que apurarse.

── No ha venido a clases en dos días, esta pensando en... En ir a verlo en su casa.

El mayor asintió, remojando sus labios y buscar unos exámenes en el portafolio. Al sacarlo, lo extendió al pálido quien lo miro confuso.

── Son sus notas, me gustaría que pudieras entregarle. El alumno Shim, rara vez falta a clases; sí es un resfriado o su celo.

Ante lo último, Sunghoon avergonzado y ruborizado asintió, un pequeño cosquilleo en su estómago y..

── Hoy mismo le entrego esto, profesor Choi ──sé despidió del mayor, sostuvo las tiras de su mochila para trotar hasta la mansión Shim.

Ansiaba ver al Omega.

. . .

Jake mofo, era la cuarta vez que salía de ducharse, era incómodo cargar con cierto problema. Sin embargo, su Omega se calmaba unos cuántos minutos hasta volver a sentir ese calor que hacia estragos en su pequeño cuerpo.

Tenía puesto un camisón blanco hasta los muslos y un bóxer negro, bajando por las escaleras en busca de su leche de vainilla. Sé estremeció al frío suelo, haciendo que su cuerpo se encogiera y ponerse más extraño.

Al estar en la cocina, agarro una silla y la arrastró hasta el almacén donde habitada dos grandes cajas que tenían su leche favorita. Subiéndose a la mencionada, hizo puntillas y agarró una caja, bajo con cuidado y lo situó en la mesa. Peleo un poco al abrir el paquete, dejando varias cajitas de leche a su vista, guardo unas cuantas en el refrigerador y decidió llevar dos a su habitación junto con unas galletas que había preparado su hermano y su padre.

A punto de subir las escaleras, un fuerte dolor lo hizo caer, Jake jamás se hubiera esperado que su celo fuera más fuerte, doloroso y necesitado que otras veces. Jadeó, respirando irregular y dejando que unas lágrimas cayeran por sus mejillas.

Su Omega olfateo un aroma familiar, lo hizo tensarse y deseo que no fuera la persona que cruzó por su mente.

── Alfa...

Sé avergonzó de mirar la erección que tenía, cubriéndose con el camisón grande y abrazarse, negándose a las súplicas de su Omega mimoso.

Sin embargo, el timbre de su casa fue tocado, dejándolo mudo.

── ¡Jake! ¡Soy Sunghoon, vine a verte!

Jake apretó los párpados ante sus ojitos llorosos, negándose a su Omega.

Pero su corazoncito lo traicionó, su mente recordando las sonrisas de Sunghoon, no pudo evitar el cambio de sus ojos a un color celeste cristalino y brilloso como un mar reluciente.

Su Omega había tomado el mando de su cuerpo.


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doble act 😽

¡𝗡𝗢 𝗦𝗢𝗬 𝗚𝗢𝗥𝗗𝗜𝗧𝗢!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora