42: magic.

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El recorrido a casa fue entre peleas y gritos, Jaehyun marcando a Jake con su aroma, en el proceso inundó el vehículo con su aroma. Min-Ki bufo.

—Me asfixias, imbécil.

—¡Vocabulario, cachorro!

Jake puchero, poniendo sus ojitos llorosos al momento que su padre le alzó la voz y Jaehyun seguía comportándose como un niño.

— Nunca, por favor, vuelvas a gritame, p-papá.

Min-Ki supuso que ya no había remedio. 

Inhaló escuchando los hipidos de su bebé más pequeñito y su otro bebé revoltoso que continuaba soltando su aroma.

Ser padre a veces tenía muchas consecuencias.

Jake era muy consentido, bastante mimoso y lo que quería, lo tenía.. Fácil.

En ser protector y consentir a sus bebes fue algo en lo que nunca se arrepentiría.

Jaehyun era alguien terco, demasiado consentido al ser su primer hijo, mimoso y sensible en sus tiempos. Otra cosa fácil era que no pensaba dos veces antes de actuar.

Primer hijo... Un sabor amargo de su pasado apretó en su pecho, no se arrepentía de sus hijos, jamás podía negarse a las sonrisas que esos bebés lograron sacarte, aunque las decisiones que tomaron sobre su vida, lo complicaron tanto.

Es feliz, ya estaba feliz con tantas cosas, orgulloso de que sus recuerdos buenos hayan logrado superar los negativos.

"Si nuestra vida hubiera sido diferente, Min-Ki. 

¿Me hubieras aceptado como tu pareja? ¿Corresponderías a mi beso?"

Min-Ki suspiro, mirando por un momento sobre el retrovisor del vehículo a sus cachorros dormir abrazados, sonrió con sus ojos llenándose de lágrimas sin poder evitarlo. 

Detuvo su rumbo en una calle solitaria, la noche estaba fresca y el viento se mecía como caricias a su cuerpo al momento que bajó del coche. Y se acercó al parque que había a unos cuántos metros.

¿Estaba bien sacrificar tanto por la felicidad de sus bebés? Jake y Jaehyun eran muy felices con él, Jake era feliz con Sunghoon y Jaehyun estaba tan cerca de encontrar a su otra mitad.

Suspiro, poniéndose en cuclillas y miró su reflejo en las cristalinas aguas, viendo a su antiguo yo, aquel que estaba tan destrozado y traumado desde niño, le sonreía a través de los golpes en su pie, a través de aquellas lastimaduras en su espalda para ser buen Alfa y no desviarse del camino.

Escucha un vehículo estacionarse cerca del suyo, se puso de pie inmediatamente y al olfatear, se detuvo de golpe, quedándose tenso cuando Suho caminaba a él con esa bonita sonrisa que
descontrolaba su corazón.

— ¿Qué haces aqui? —intentó torpemente secar sus lágrimas, siendo visto por Suho; quien solo suspira.

—Creí, creí que ya estabas...— Min-Ki hablo nervioso.

—¿Durmiendo? ¿Cómo podría dormir cuando algo dentro de mi, me obligaba a venir a verte?

Y aunque lo negaran, ambos Alfas podían sentir lo sincronizado que sus corazones estaban. 

Suho se atrevió a abrazar al Alfa Shim de la cintura, aspirando su aroma y susurrando en su cuello.

— ¿Qué has decidido, cariño?

— No es lo que yo decida... Es lo que yo deseo, hyung.

Ambos se miraron con esa sensación de cálidez, pero a la vez un dolor asfixiante.

Min-Ki negó con una mueca, sus labios temblando y sus manos inconscientemente formaron puños, tratando de buscar las palabras correctas con un nudo en su garganta— ¿C-crees en la magia, Suho?

—Mamá no era de contarme tantos cuentos. Pero desde niño siempre creí en la magia, yo pedía una vida a tu lado cuando te cuidaba, Min-Ki —suspiró, tratando de secar las lágrimas que caían de ese bonito rostro aniñado— Cariño...

— Sólo deseo la felicidad de ellos, Suho —dijo sincero. Lo miró a los ojos y sollozó un poco.— N-no puedo estar contigo. Al verte... S-solo recuerdo como papá me amenazaba, s-si yo quería correr a tus brazos, él iba a matarte. Eso... Eso nunca saldrá de mi mente.

Con un punzante dolor en el pecho, Suho lanzó un suspiro, viendo como Min-Ki temblaba en sus brazos y esos preciosos ojos destrozados por un pasado que lo marcó tanto. 

Si él también era sincero, tampoco podía olvidar aquellas amenazas de su padre, aquellos golpes y estar cerca de morir por el simple hecho de querer estar con la persona que tanto sigue amando.

— Min-Ki nuestro amor es único, un amor tan sincero, me encantaría haberlo demostrado contigo... Como nuestros hijos.

— Ellos pueden tener un amor tan sincero, Suho. Sólo deseo que tu hijo y mis cachorros tengan un amor que disfruten... Un amor...

— Un amor que nosotros no pudimos vivir, cariño.

La verdad de aquellas palabras dolía, ardían en sus pechos como agujas introduciéndose en sus corazones y lo único que Suho no pudo aguantar más, es besar esa única vez los labios de Shim Min-Ki, un beso tan suave y único que disloco a sus Alfas.

Y con ese simple hecho.

Por otro lado.

Sunghoon dormía plácidamente mientras que, sin darse cuenta, el osito de cristal que Jake le regalo, el cual cuidó como la gema más preciosa desde su infancia...

Brillo hasta esfumarse.






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¡𝗡𝗢 𝗦𝗢𝗬 𝗚𝗢𝗥𝗗𝗜𝗧𝗢!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora