24: submission.

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Con un suspiro, Sunghoon agradeció poder arreglar la perilla, quizá nadie se daría cuenta de tremenda patada que anteriormente había dejado. Veinte minutos después, ya estaba subiendo las escaleras y sí, seguía en bóxer, aunque sus mejillas se pintarán de bermellón cuando ciertos ojitos lo miraban de más.

El aroma de Jake aún estaba en toda la casa y decir que su corazón no gritaba de estar con su bonito amor, sería mentira, ¡se sentía como un niñito con su dulce favorito! Sé encaminó por un pasillo y al momento de entrar, escuchó unas risitas y ronroneos dentro, ingresó y se quedó completamente mudo.

── Jake-... ──silenció, mirando asombrado el amontonamiento de prendas en la cama del Omega. El aroma se expandió cada vez más y su parte Alfa dejo salir feromonas para mezclarse con las del bajito. Se acerco lentamente aún estando en shock── ¿Omega?

Unas risitas de bebé lo hicieron mirar al bulto bajo los suéter y camisa gris, junto con otras prendas más. Noto unos cabellitos salir de allí hasta que Jake saco su cabecita, mirándolo con cariño y diversión.

Sus celestes ojos brillando con intensidad.

── Alfa... quiero besitos.

Sunghoon no se movió, quedándose tenso y más pálido de lo normal a unos metros de la cama, procesando lo que Jake había hecho... Recordando ciertos libros y la información: era un nido. Según algunos expertos, era muy valioso el nido para el Omega y no cualquiera tenía el derecho de entrar en él, era un refugió y sumamente sagrado, si el Omega daba permiso a su Alfa, era lo más íntimo que ellos podían hacer. Algo muy especial.

Y Jake, más bien, el bajito Omega lo había hecho para los dos.

── ¿Hoon? ──el peligris lo miró curioso, saliendo del nido y gateo hasta el de tez blanquecina, sostuvo esas mejillas y noto al Alfa temblar a su toque, no entendió. Y sin decir nada, tironeo del brazo del mayor, para que se cueste a su lado, lo único que quería era ser mimado, besado y consentido de todas formas posibles. 

Sin embargo, Sunghoon no se movió, dándole más confusión y algo de dolor en su pecho── Alfa.

── Omega, esto... esto esta mal. ──dijo, acariciando uno de esos cachetitos. Viendo con dolor como esos orbes se llenaban de lágrimas, el Omega negó, pero Sunghoon prosiguió── Amor, no estas consciente de lo que haces... ¿Por qué no traes a Jake? Él puede patearme el culo cuando reaccione y puede que no me hable cuando recuerde todo lo que su Omega hizo.

Un gruñido fue su respuesta, Sunghoon sabia que el Omega estaba entre una lucha con su lado humano, no quería aprovecharse de la situación, quería al bipolar y bonito Jake.

── Esta bien, Alfa ──seguidamente, unió sus bocas un largo rato y Sunghoon correspondió, acariciando aquel cuerpo sin sobrepasar los límites, aunque dudo un momento. El peligris mordió esos labios rojizos, sacando un gruñido al Alfa. 

Antes de que se apartarán de golpe y en menos de lo que pensó, un fuerte golpe resonó en la habitación.

Sunghoon cerro sus ojos, apretando sus labios al chillido de dolor que quiso soltar a la bofetada en su mejilla. Jake estaba sonrojado mirándolo sorprendido y enojado a la vez.

── Jake-

── ¿¡Qué me has hecho?!

── Escucha. No paso-

── ¿¡E-esto es un nido?! ──avergonzado y furioso, Jake miro alrededor. Su enorme cama estaba repleta de prendas suyas, mezcladas con el aroma de Sunghoon. Cubrió su rostro, completamente confuso y tímido, quería huir de allí. Sin embargo, al querer abandonar la cama, Sunghoon lo atrapó en sus brazos y acostar a los dos en aquel nido de aromas suyos. Bajó su mirada al cuerpo de Park, viéndolo simplemente con un bóxer y ¡Oh por Dios!.

¡𝗡𝗢 𝗦𝗢𝗬 𝗚𝗢𝗥𝗗𝗜𝗧𝗢!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora