Malcolm cerró la puerta de la cabaña mientras Annabeth y Elia se ponían el pijama en los baños de la cabaña.
Elia salió con una camiseta de pijama que le quedaba como un camisón.
-Ya puedes entrar a cambiarte. -Le dijo al salir sin ni siquiera mirarle, apartó la daga que ya tenía una vaina y se tumbó en la cama. Antes de que sus hermanos le diesen las buenas noches se había quedado dormida agarrando la empuñadura de la daga.
Se fueron a dormir dándole vueltas a la profecía.
Bruja encantada... Siete elegidos...hijo del herrero... Fin de la tierra... Muerto está... La bruja encantada será quién el destino final decidirá.
Y entonces empezaron los sueños.
Elia se encontraba delante de un faro con un acantilado escarpado a sus espaldas, el paisaje era precioso, se veía el océano Atlántico y el agua se perdía en el horizonte mientras el sol teñía el cielo de los colores del atardecer. Hacía un tiempo maravilloso y ni se veía ni una nube en el horizonte. Todo era perfecto, hasta que llegaron.
Ellos.
Los monstruos sacados de lo más hondo del tártaro.
Eran horribles, indescriptibles.
Y se acercaban hacia ella. Elia buscó a tientas su daga sin poder apartar la mirada de ellos, se quedó quieta cuando se dio cuenta de dos cosas: la primera que no tenía su daga y la segunda quién guiaba al ejercito enemigo.
Nyx.
La mismísima diosa de la noche y la oscuridad.
Elia empezó a hiperventilar, solo había una cosa que superase su miedo a las arañas. Su miedo a la oscuridad.
Empezó a ver borroso y a marearse mientras intentaba mantenerse en pie, empezó a oír como la llamaba alguien.
Y todo se volvió oscuro.
Abrió los ojos y parpadeó una par de veces para que se le aclarase la vista y se acostumbrara a la luz que entraba por la ventana.
Annabeth y Malcolm estaban junto a ella con cara de preocupación.
-Estabas gritando en sueños. -Le dijo Malcolm.
-¿Qué has soñado? -Preguntó Annabeth a la vez.
-Nyx. -Respondió simplemente Elia.
Malcolm y Annabeth intercambiaron una mirada de preocupación.
-¿Puedes contarnos algo más detallado?
-La tierra fin del mundo es Finisterre y Nyx estaba allí con un ejercito enorme de monstruos.
-Será mejor que vayamos a desayunar y se lo cuentas todo a Quirón seguro que le interesa para entender la profecía.
Elia asintió. Cuando se levantó fue consciente de que aún estaba agarrando la daga de hierro Estigio y de que durante la pesadilla había hecho tanta fuerza que los signos se habían quedado grabados al revés en la palma de su mano de forma que parecían letras de un idioma incomprensible y antiquísimo.
Se duchó, vistió y peinó. Cuando salió por la puerta casi se había olvidado de todo lo que había pasado desde que llegó al campamento Mestizo.
Fuera estaba todo muy tranquilo aún, excepto una cabaña que a Elia le recordó instantáneamente a las casas de muñecas que veía en las jugueterías cuando era pequeña. Era rosa con los marcos de las ventanas blancos, las cortinas eran de encaje, verdes y azules pastel. La cabaña de Afrodita indudablemente.
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La nueva Generación [PJO, HoO]
FanfictionUnos años después de la guerra contra Gaia, llega una peculiar semidiosa al campamento mestizo. Su nombre es Elia, tiene siete años, habilidades misteriosas por descubrir y una profecía (y misión) para ella y los Siete de la profecía. ¿Qué ocurrir...