-Despierta, Elia, despiértate.
Las palabras sonaban lejanas en su cabeza, no podía enfocar los ojos y tampoco mantenerse consciente.
-Elia, vamos.
Abrió los ojos e intentó incorporarse.
-No te levantes. -Dijo Piper. -Te vas a marear.
Estaban en la habitación de Elia. No recordaba como había llegado hasta allí.
-¿Qué es lo último que recuerdas? -Preguntó Hazel.
-Estar en la cubierta ayudando a Annabeth a mantenerse en pie. ¿Qué ha pasado?
-Accediste a los recuerdos de Percy y a los míos. -respondió Annabeth.
-Y después te desmayaste.
-¿Cuánto tiempo llevo inconsciente?
-Aproximadamente una hora. Nos has dado un buen susto.
-¿Qué tal te encuentras?
-Bastante cansada y tengo hambre, pero por el resto bien.
-El problema ha sido que has usado mucha energía mágica, solo tienes que descansar. -Dijo Hazel. -Y comer algo.
-Gracias por cuidarme. ¿Y tu Annabeth qué tal estás?
Bien, ahora estoy bien. Ya os dije que ha sido solo un mareo.
***
Llamaron a la puerta. Ya era por la tarde y el sol había conseguido abrirse paso entre las nubes.
-¿Si?
-Elia, ¿Puedo pasar?
-Ah, Harley, claro adelante.
-¿Qué tal estás?
-Cansada, pero mejor que está mañana.
Elia estaba sentada en la cama, un poco pálida y con un libro en las manos. Hablaba con un tono de voz mucho más suave que de costumbre, como si no pudiese levantar la voz.
-¿Qué lees?
-Historias que escribieron algunos héroes de la antigua Grecia. Algo así como diarios.
-¿Y eso no tiene un valor incalculable por su antigüedad?
-Es una copia. El original a saber dónde está, perdido o destruido, seguramente.
-Está en griego antiguo. -observó Harley.
-Claro, los cerebros de los semidioses griegos están hechos para leer y comprender griego antiguo y como soy disléxica en cualquier otro idioma las letras me parecen signos sin sentido. Provoca muchos dolores de cabeza intentar entenderlo.
-Bueno, yo tampoco leo mucho, prefiero crear máquinas y juguetes.
-¿Tú lanzallamas cuánta como juguete?
-Claro.
-Entonces, ¿el resto de juguetes que construyes también son un peligro?
-Tú puedes matar con la mirada, literalmente, no puedes decir que mis juguetes son peligrosos cuando juego contigo.
-Lo preocupante es que los construyes tú.
-Soy hijo de Hefesto. ¿Qué esperas?
-¿Quieres salir un rato?
-¿Te encuentras mejor? Aún estás muy pálida.
-Necesito que me dé un poco el Sol y no te tienes que preocupar, me encuentro bien.
-Vale, vamos fuera.
Dieron una vuelta por toda la cubierta y al rato a Elia ya le había vuelto gran parte del color a la cara.
-Ya me encuentro mucho mejor.
-¿Cómo para hacer magia?
-Ni se te ocurra, -intervino Percy -nada de magia hasta mañana.
-Jooo, si ya me encuentro bien.
-Percy tiene razón. -dijo Annabeth, estaba sentada en la cubierta con un cuaderno y un lápiz en la mano. -Tienes que recuperarte del todo antes de volver a usar tus poderes.
-Pero si ya estoy recuperada.
-Te estás agarrando a la barandilla porque no puedes estar de pie tanto tiempo. -observó Percy.
-Pero me encuentro bien.
-Elia, para recuperarte tienes que descansar. Nada de magia hasta mañana.
Elia hizo una mueca de fastidio.
-No es justo.
-¿Prefieres no volver a usar tus poderes en una semana?
-¿No puedo hacer ni un hechizo pequeñito?
-No.
-Venga ya.
-Si nos haces caso mañana podrás hacer todos los hechizos que quieras.
-Excepto lo de ver los recuerdos de los demás.
Elia puso los ojos en blanco y resopló.
-Vale, no usaré magia hasta mañana.
Annabeth sospechó desde el principio que si Elia había accedido tan rápido no les iba a hacer caso, pero para su sorpresa se fue a jugar a las cartas con Harley.
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La nueva Generación [PJO, HoO]
FanficUnos años después de la guerra contra Gaia, llega una peculiar semidiosa al campamento mestizo. Su nombre es Elia, tiene siete años, habilidades misteriosas por descubrir y una profecía (y misión) para ella y los Siete de la profecía. ¿Qué ocurrir...