𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟑

94 34 0
                                    

Sarah

Había saboreado esos labios que tantas veces me habían llamado la atención. Por fin había acortado la distancia que había entre nosotras. Quizá estaba bastante ebria como para recapacitar y pensar que esto no había sido la mejor opción. También pensar que había cierta tensión entre nosotras había sido producto del alcohol. Aunque haberle pegado a Austin un puñetazo de aquellos, estoy segura que había sido por decisión propia y no por el estúpido alcohol.

Luego de esa paliza, él estaba casi agonizando en el suelo mientras todos gritaban y algunos al fondo que seguían bailando sin percatarse de lo que estaba pasando. Allie se paró rápidamente con los ojos bien abiertos.

—Creí que habíamos dejado las cosas bien claras la última vez que nos vimos, estúpido. —Estaba un poco agitada por la fuerza que había juntado para dejarlo en el suelo.

—Te voy a denunciar, enferma mental. —Se levantó, la rabia y el dolor corporal que sentía se veía en sus ojos. Yo apretaba mis puños con demasiada fuerza, casi bufando. Sentí que me tiraron del brazo lentamente hacia atrás, devuelta al baño. Allie atravesó el umbral, enfrentándose al chico que estaba por explotar de ira.

—Sabes... —comenzó a hablar. Muy seria para mi gusto. —Hace un rato tu padre se estaba besuqueando con una chica en el baño. Aclaremos que ella es menor de edad. Me encantaría dar un discurso sobre ello en el medio de la pista de baile. —le sonrió amargada.

—No te incumbe lo que haga mi padre.

—No te incumbe lo que haga Sarah.

Touché.

—Si van a andar de lesbianas, —la miró a ella para luego posar su mirada sobre mí— vayan a otro lugar donde no las vean. Dan un poco de asco. —puso una mueca de disgusto.

—A menos que hagamos un trío juntos.

No pude ver bien a Allie, ella estaba de espaldas a mí, intentando cubrirme. Se acercó al chico que había hablado recién, mientras el resto del grupo murmuraba y reía por lo bajo. Allie se acercó lo más que pudo al chico de cabello castaño, y le dijo algo que ninguno pudo escuchar a excepción de ellos dos. Su cara de confusión y ¿temor, quizá? alarmaron a sus amigos.


Allie

Me acerqué a su oído, mientras sus amigos tenían la mirada sobre nosotros. Una sonrisa sínica se formó en mis labios. Luego hablé en un susurro.

—Para los tríos tienes a los chicos transexuales con los que te hablas por Tinder, imbécil. Quizá alguno de tus amigos quiera sumarse, Kit.

Me separé de él, aún sonriendo. Él se veía un poco aterrado y confundido. Si no lo conociera, diría que estaba asustado.

—Chicos, vayan sin mi. Luego los veo. —se dirigió a sus amigos pero en ningún momento apartó sus castaños ojos de mí. El grupo lo miró un tanto confundido mientras un chico llegaba a ellos y le tendía un hielo a Austin. Deseé regalarle un escupitajo de souvenir. Me di la vuelta para hablar con Sarah, quién parecía bastante confundida.

—Ey, —le sostuve la cara con las manos— volveré en un par de minutos, ¿si?

Ella solo asintió aún más confundida. Cuando desapareció entre la multitud, Kit me arrastró devuelta al baño.

—¡Joder! ¿Qué se supone que haces? Este es el baño de mujeres, idiota.

—Veo más hombres que mujeres en este baño, créeme.

—Difícil sería creerte. —me crucé de brazos, sin emoción alguna dibujada en mi cara.

—Sabes por qué tuve que dejarlos, Allie. No tengo que explicarlo nuevamente. —abrí la boca incrédula.

Los ojos nunca mienten © [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora