𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐𝟏

85 33 3
                                    

Allie

Anoche no había pegado un ojo. Sin duda todos lo ocurrido anoche me dejó pensando hasta el mediodía del día siguiente. A mi alrededor había mucho bullicio, aunque me sentía tan cansada que hasta podría dormir con alguien taladrando a mi lado.

Me había quedado pensando en todo lo ocurrido con Sarah. En nuestras conversaciones, en la pizarra de la comisaría, en Connor, el señor Stewart, el padrastro de Sarah...

Si quería solucionar algo de lo que sucedía, debía empezar a tiempo. Tenía tantas cosas en la cabeza que sentía que cuanto más pensara en ello, más cabos sueltos encontraría. Y eso me molestaba mucho.

—Pásame la puta sal.

Cerré los ojos con fuerza, con mi cabeza recostada sobre la mesa del comedor. No me vendría nada mal una cama en estos momentos. 

—¿Que no sabes que es de mala suerte?

Me encantaría en estos momentos descansar en mi lugar favorito, sin preocupaciones ni problemas. Anoche había pensado mucho en como ayudar a Sarah y mi cabeza se vio envuelto en una tormenta de pensamientos...

—Mis papas no tienen ni una pisca de sal. Te agradecería que me hicieses el favor de—

Me levanté bruscamente para después arrancarle la sal de la mano a Andrew y dejarlo con un golpe en seco junto al plato de George. Este alzó las cejas un tanto sorprendido. Andrew se encogió de hombros mientras Megan seguía en su teléfono haciendo... no sé. Cosas. 

—Gracias, Allie. Que considerado de tu parte. 

—Ni una palabra más de tu boca, George. —le advertí.

Él solo cerró sus labios con los dedos simulando cerrar una cremallera. Rodeé los ojos y me incorporé sobre mi silla. 

—¿Dormiste anoche?— Kyle preguntó cuando se sentó en la mesa con nosotros. Su cabello oscuro estaba un tanto despeinado, pero te darías cuenta de eso solo si lo veías desde que se levanta. Porque para los ojos del resto él estaba naturalmente peinado. 

—Claro. Por supuesto. —ironicé. —Fresca como lechuga.

—¿Esa información es correcta?— George sonó casi como un oficial en un interrogatorio. Mi respuesta fue una sonrisa cansada seguido de unos ojos asombrados. 

George frunció el ceño al verme así. Se volteó en su lugar hacia donde mis ojos habían estacionado. No fue para nada nuevo ver que George tensaba la mandíbula y clavaba sus ojos sobre Richie, quien caminaba inseguro de la mano de Kit. 

Como era de esperarse, muchos de los alumnos agrupados se voltearon en cuanto pusieron un pie en la cafetería. Megan y Andrew se intercambiaban miradas que hablaban por sí solas. Kyle por su parte, no estaba entendiendo una mierda.

—¿Qué mierda está pasando aquí? ¿Por qué soy el último en enterarse de las cosas?— Kyle definitivamente debería ponerse al día. 

Richie y Kit intercambiaban miradas nerviosas mientras caminaban hacia donde estábamos sentados nosotros. En eso, desvié mis ojos hacia la izquierda. Austin y sus amigos reían mientras se levantaban de sus sillas. Supe al instante cual era su "chiste". Mientras más se acercaban a mi mejor amigo, más enojo me carcomía por dentro. Pero quizás gracias a eso el impulso de levantarme de mi silla fueron grandes. Tan grandes que tenía un plan en mente. 

A paso apresurado y con un vaso con jugo en mi mano, me acerqué al grupo asqueroso de Austin. Al pasar cerca de Richie, lo miré durante varios segundos a los ojos. Si fue porque quería advertirle sobre Austin o porque teníamos mucho de que hablar, eso nunca lo sabría. 

Los ojos nunca mienten © [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora