☁𝐄𝐩𝐢𝐥𝐨𝐠𝐨☁

57 9 1
                                    

⸙Allie

"Querida Sarah:

Sé que nunca te gustó que llorase por ti. Sé que nunca te gustó que me preocupase o que fueses parte de mis problemas. Pero aquí estoy, escribiéndote una carta que nunca leerás. 

    No lo sabes, pero el 27 de diciembre me marcará para siempre. No lo sabes, pero me marcaste de por vida. No lo sabes, pero vivo con le miedo constante de olvidar tu voz, tus labios, tu presencia. Porque aquello es lo único que tengo de ti. Además de una remera de Nirvana, que sé que era tu banda favorita. 

     Intenté seguir adelante. Intenté superarte. Intenté dejar de cortarme. Pero todo me trae devuelta al pasado. La música, el muelle, las fiestas, las noches, la luna. Ahora la sangre que derramaste desapareció, convirtiéndose simplemente en uno de mis mayores recuerdos. Porque sí, el momento exacto en el que entré al baño, lo capturé todo. Tu fría piel. Tus ojos cerrados que parecían no querer abrirse. La sangre seca. Y no te voy a mentir, en aquel momento quise irme contigo. Quise derramar mi sangre junto con la tuya y desaparecer, a donde sea que estés tú ahora. Pero eso no era amor. Si te amaba, tenía que dejarte ir. Y me lamento no haberlo hecho hace mucho tiempo. Porque siempre fui consciente del mal que te estaba causando todo a tu alrededor. Y supe también que a veces el amor no es suficiente.

     Y no era mi amor el que necesitabas. Era el amor de una madre. El amor de llegar a tu casa y recibir un fuerte abrazo. El amor con el que te sirven la cena. El amor con el que te arropan antes de ir a dormir. Tú nunca tuviste aquello. Y yo no podía dártelo.

     Supe desde un principio que nunca disfrutaste de la vida. Sabía que estabas ansiosa por la muerte. Sé lo mucho que querías estar allí, pero también lo mucho que te aterraba... Y entendí tarde el sentido de aquello. Tu solo querías desaparecer. Con un simple chasquido o un abrir y cerrar de ojos, encontrarte con el mismísimo paraíso. Pero ambas sabemos que el paraíso no existe. Solo será el paraíso si sabes lidiar con lo malo. Y no supiste como hacerlo. 

     Liam, o como te gustaba llamarlo "el parásito" está en prisión. El señor Stewart por fin tiene orden de alejamiento por parte de Connor. Austin se ha ido a un reformatorio por un año. Luego de cumplir los 18 irá a donde se merece. Tu madre, por otro lado, puse la denuncia yo misma. Ahora está bajo arresto. No supe hasta ahora que tu padre me conocía. Fui a verlo días después de lo ocurrido. Estaba totalmente devastado, Sarah. Y supe por qué no querías irte a vivir con él. Fue porque, si elegías esa opción, estarías lejos de mí. Y fui una estúpida por no dejarte ir. Y eso nunca me lo perdonaré. Cambiaría todo por ayudarte, una vez más...

     Estoy tomando una nueva medicación. Recaí luego de todo lo que pasó, así que mis padres están mucho más al tanto de lo que hago. Mis amigos también están tristes. Sobre todo George. No suele hacerse amigo de muchos y hablarle sobre cosas... personales, aunque el sexo para él no era muy íntimo que digamos. Fuiste su amiga en un punto. Y quedó devastado como yo, cuando tuve que pedirle que me ayudase a cargar tu cuerpo. 

     Ahora sé que, donde quiera que estés, estás teniendo la paz que siempre deseaste. Ahora sé, que hay cosas que están destinadas a pasar. Y por más duras que sean, uno debe sacar todo lo bueno. Es la ley de la vida. Sobrevivimos en base a las cosas buenas, haciendo énfasis en ello y evitar mirar hacia atrás. 

     Te amo, Sarah. Nunca te lo he dicho, porque no era el momento, ni el lugar, ni las circunstancias estaban dadas como para expresarme de aquella manera. Pero te amo. Respira... 1... 2... 3...

                                                                                                               Con amor, Allie."

Dejé la carta sobre el pasto y comencé a llorar mientras abrazaba la lápida de la tumba con fuerza. 

—Seguiré adelante. Te lo prometo. —murmuré entre llantos.

Mi corazón seguía hecho pedazos. Mis ojos ardían y gruesas gotas no dejaban de escapar por mis ojos. Mi respiración era entrecortada y me estremecía cada vez que el frío viento de invierno soplaba a mis espaldas. 

El invierno fue lo único que me abrazó en aquellos momentos desolados, llenos de angustia y tristeza. 

Porque sí. Todo lo que podía presenciar en el mundo en estos momentos era tristeza. Ya no estabas tú para darle un sentido a las cosas. 

Entendí que vivías tu vida como cuando tienes una piedrita en el zapato. Puedes desamarrarte las agujetas, lo que llevaría su tiempo, y quitar esa piedra, o simplemente acostumbrarte a ella. Tú decidiste acoplarte a esta pesadilla que llamamos "vida". 

Pero las cosas no quedarán así. Yo quitaré esa piedrita del zapato por ti. 

Y en cuanto al resto, me encargaré de que se pudran, lenta y dolorosamente donde tiene que ser. Y no, no en sus tumbas. Sería muy injusto para ti. Haré que se pudran estando vivos, tal y como te lo hicieron a ti. Porque pretendo hacer que paguen el precio que merecen. 

Acaricié la lápida con delicadeza, trazando cada una de tus letras con los dedos. 

El frío del invierno desapareció detrás de mis espaldas al sentir un calor reconfortante y familiar.

George se había puesto de cuclillas a mis espaldas para extender sus largos brazos y acobijarme con su calor. 

 —Es hora de irse. —me susurró. 

Tenía razón. Estaba realmente oscuro. Las estrellas estaban tan relucientes como el brillo de tus ojos. 

Me levanté del suelo y caminé a casa. 

Porque este era el final. 

Nuestro final.

Dije muchas veces que estaba bien, 

pero tu sabes mejor que nadie

que los ojos nunca mienten.

FIN

Nota de la autora: bueno, a llorar se ha dicho. No puedo creer que por fin haya terminado mi primera historia acá en wattpad.

Gracias, gracias y mil gracias a todas aquellas personas que apoyaron y estuvieron siguiendo esta increíble historia. Los quiero mucho. No puedo creer hasta donde llegué, si bien para algunos sea poco.

Los ojos nunca mienten © [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora