Diamante [+18]

Capítulo 1.

Katherine Johnson.

El ruido de mis tacones finos se escucha por toda la habitación en espera a que me llamen, tomo un pequeño sorbo de café recién hecho mientras reviso las ultimas tendencias en mi celular. Sonrío al ver el primer plato.

Graduación de Katherine Johnson.

Escucho pasos acercándose, volteo y es mi asistente. Jacob, un hombre de 35 años de piel morena, cabello negro, alto. Él es como si fuera un amigo

—Su jet privado está listo.

—Ya era hora, me estaba muriendo de esperar—le entrego mi bolso y mi café. Mis pasos son firmes dejando en claro que estoy pasado.

—¿Necesita algo señorita? —pregunta detrás mío.

—Quiero otro café, pero con chispas de chocolate—respondo sin dejar de caminar.

—Como diga señorita.

Salgo a la rampa, mi vista se planto a mi gran bebé. Mi jet, en el centro con letras grandes está escrito K.J mis iniciales.

Un personal me ayuda a subir, me siento al lado de la ventada, me gusta ver a las perdonas tan miniaturas y yo estar arriba de ellos, es como decir soy superior, tal vez exagere, pero me gusta sentirlo así.

—Aquí tiene su café con chispas de chocolate—llega Jacob.

—Gracias—sonrío.

—También vengo a infórmale que se coloque el cinturón, ya vamos a despejar, si ya no necesita nada más, permiso—se retira y se va a sentar unos asientos más adelante donde estoy.

Suelto un largo suspiro. Tomo un sorbo de mi café y sonrío.

Aquí te voy Nueva York.

💎💎💎

Me pongo mis gafas a pisar tierra firme, Jacob me entrega mi bolso, camino hacia el auto negro que me espera, me abre la puerta trasera para mi, él se sienta en el copiloto.

—Bienvenida señorita, me alegra que haya regresado—habla Ethan el chofer de la familia.

—Gracias, a mí también me alegra de haber vuelto—sonrío ladinamente con la mirada en la ventana.

En todo el camino no dejaba de ver las calles, 5 años de no a ver venido ni una sola vez, Inglaterra en hermoso peor Nueva York es Nueva York.

De tan solo ver las tiendas de marca en cada esquina no me pude resistir en comprar algunas cosas, casi nada.

—Señorita ya no hay más espacio en el carro para entrar más bolsas—dice Jacob tiendo las cajas de zapatos que casi ni se le ve la cara.

—Pues soluciónalo, pero todas estas bellezas se van conmigo—le doy otra caja tapando por completo su cara.

—Para la próxima que la vaya a ver será mejor llevar un camión—dice casi susurrando.

Río divertida.

—Tú quédate aquí y ve cómo solucionar este problema, yo iré a ver qué más puedo comprar—sonrío.

Subo en elevador a la planta alta donde esta la ropa más elegante, pude ver por el cristal del elevador como Jacob está en llamada, la verdad que no fuera mala idea en traer un camión, si creo que lo vaya a necesitar. Si, si, ya sé que tengo un pequeño problema con las compras, pero es que no me puede resistir, es algo inevitable en mí.

Me dirijo a la sección de vestidos, mis ojos se posesionaron en un hermoso vestido negro brillante. Lo quiero.

Con la mirada me puse a buscar a una chica a que me ayudé encontrar uno en mi talla, pero para mi sorpresa no encontré a nadie, que increíble servicio.