Darius Vasileiadis.
Mi bella Diamante.
Es lo primero que se me viene a la mente cada vez que la veo o simplemente pienso en ella.
Su cuerpo, su cara, su cabello, su alma, todo, absolutamente todo de ella me tiene loco. Desde que la conocí me volví un total demente para obtenerla, pero no podía, ella solo era una adolescente de 17 años, mientras yo era un hombre maduro de 34 años, no era correcto estar con ella en ese tiempo y tampoco ahora. Pero ya nada me puede detener, ni siquiera me ha importado de que sea hija de Richard Johnson, para mi ese hombre no es nadie, ni siquiera lo considero mi rival, pero todos piensa que lo es, por el simple hecho de que ambos estamos en la misma posición, aunque eso es lo que piensa la gente y el idiota, sin saber lo que en verdad yo me encargo.
—¿Cuánto falta para que me quites la venta? —pregunta Katherine irritada.
—Espera un poco, ya vamos a llegar—le susurro en su oído.
Arreglo mi corbata y abro la puerta, con mi mano derecha en su cintura guiándola justo donde quiero que este, le quito la venda.
—Wow—exclama con una sonrisa.
Sonrío satisfecho al verla caminar analizando cada parte de la terraza cubierta de un vidrio polarizado, la decoración esta demasió bien, esas personas en verdad hicieron un buen trabajo y más les valía que haya sido así.
Rosas rojas por todos lados, un comedor listo con una exquisita cena, una vista estupenda de toda la ciudad de Nueva York y claro una cama justo al frente de la ventana, no me preocupa que nos vean porque se perfectamente que eso no va a suceder, estamos en la parte alta de uno de mis edificios. Solo para ella.
—Me imagine todo, menos algo así de tu parte.
—Yo también estoy sorprendido.
—Idiota—ríe—Gracias—se posiciona enfrente mío—Me gusto, por un momento pensé que iba ser como me lo dijiste, que me la iba a pasar modelándote.
Agarro su cintura apretándola con mi cuerpo.
—Oh chiquilla, créeme eso todavía esta en pie, esta noche te quiero para mí, solo para mí—beso sus labios—. Quiero cenar contigo, que me des una presentación VIP, pero lo que más quiero es hacerte mía toda la maldita noche, contemplándote en cada momento en saber que por fin ya no tengo porque impedírmelo, de saber que por fin te tengo.
Se muerde el labio mirándome fijamente.
—Sabes, he pasado más de 5 años soñando con este momento, de por fin estar con el hombre que tanto deseo.
Pongo un mechón de cabello atrás de su oreja apretando su cintura.
—Tanta espera tiene su recompensa.
Besos sus labios feroces, agarro su cabello con mi puño, bajo mis besos hacia su cuello, dejo besos húmedos, lo muerdo, chupo. Levando su cuerpo, ella enrolla sus piernas en mi cadera.
Mierda.
Nuestras partes intimas rozan, suelta un gemido ahogado por mis besos.
—Se supone que primero íbamos a cenar—habla con dificultad.
—Esa mierda será después, esto es más importante.
—Eres un animal.
—Y tú una diosa.
Aprieto sus nalgas, camino sin rumbo hasta que llego a uno de los vidrios, su espalda choca con el con mi mano izquierda me sostengo mientras que con el otro toco todo su cuerpo sin pudor, beso sus mechos encima de su vestido.
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Diamante [+18]
RomanceMe enamoré de un hombre mayor. Me enamoré del enemigo de mi padre. ¿Qué tan malo puede ser? Cuando el poder y la pasión se fusiona todo puede pasar.