Capítulo 11.

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Respiro hondo, estiro completamente mi cuerpo, alzo mis piernas y poco a poco mis caderas y mi torso también se elevan solo dejando mis hombros y mi cabeza en el suelo, mis brazos están espirados en cada lado de mi cuerpo. Mi respiración es tranquila, cierro mis ojos y despacio vuelvo a bajar mi cuerpo, y después de nuevo lo levanto.

Me posiciono en el columpio para hacer Yoga Hammock, pongo el tejido justo en mi cadera, dejo caer mi cuerpo, cierro mis ojos una pierna la recojo y la pongo encima de mi otra pierna que sigue estirada, haciendo una perfecta figura de un triángulo, mi cabello suelto casi toca en piso. En un rápido movimiento sin abrir los ojos enredo una pierna en una tira del columpio, haciendo que mi cuerpo caiga más al suelo, una posición tan técnica, tan elegante y a la vez excitante.

Mi cuerpo se relaja y poco a poco siento como se mueve el columpio dándome vueltas suaves, con calma. Mi larga cabellera se mueve dando más movimiento. Paro al sentir una presencia extraña. Abro mis ojos y veo en la puerta a Robert con los brazos cruzados mirándome fijamente, analizándome. Frunzo el ceño y en seguida me bajo.

-¿Qué haces aquí? -pregunto desconcertada.

Él se acomoda y camina acercándose.

-Viene hablar contigo, me dijeron que estabas en tu habitación de pilates y yoga.

-Sabes que no me gusta que me interrumpan ¿Qué es lo que quieres?

-Desde que llegaste andas muy a la defensiva conmigo-me mira serio y se acerca-¿Por qué?

-Porque no me gusta que me controles, o pienses que tienes el derecho solo por ser mi hermano mayor, ya se cuidarme sola.

Él hace una mueca de disgusto.

-Entiendo, pero princesa no te pienso complacer en eso, yo siempre he visto por ti, y siempre te he cuidado-toca mi cabello-. Te quiero hermanita y jamás voy a dejar de cuidarte.

Mi respiración pesa del enojo, me alejo rápidamente de él.

-¿De qué viniste hablar conmigo?

Aprieta su mandíbula.

-Bueno como he visto que estamos un poco distanciados desde que llegaste, pensé que sería bueno que saliéremos está noche, yo te preparo algo en mi pent-house y comemos mientras me cuentas lo que hiciste en Inglaterra, aprovechando que hoy mis padres tienen una reunión con el señor Davies.

Aprieto mis labios, no puedo, está noche ya tengo mi cena con Darius y no la pienso cancelar por mi estúpido hermano.

-Lo siento Robert, pero ya tengo planes para está noche-contesto seria-. Sería bueno que también busques a alguien más que le prepares algo.

Él aprieta su mandíbula.

-¿Con quien tienes planes? ¿Con él mismo hombre que te quedaste la noche anterior? ¿Con él que manda esas rosas rojas? ¿Quién es? -recalca cada palabra.

Aprieto mis dientes molesta, lo miro fijamente advirtiéndole que ya dejé su estupidez, trato de irme, pero me agarra el brazo fuerte.

-Suéltame Robert, me lastimas.

Respira hondo mira el techo por unos segundos y se aleja de mí, lo miro confundida, extrañada, sorprendida.

¿Qué le pasa?

-Solo quiero protegerte, es todo. Pero bien, si tienes planes con alguien más, no tengo porque detenerte-me mira por última vez, para después irse.

Niego y suelto un suspiro.

Robert Johnson puede llegar hacer muy intimidante, y no me gusta que lo sea conmigo.

...

-Ponte solo una lencería-escucho decir a Emily.

Diamante [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora