Capítulo 2.

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Besa mi cuello y poco a poco baja por todo mi cuerpo desnudo, mi respiración era entre cortada mientras veía como se acercaba a mis muslos, los aprieta como si mi cuerpo le perteneciera a él solo a él. Yo solo podía ver como se contraían los músculos de su gran y ancha espalda. Mis ojos se retorcieron al sentirlo, al ver que deseaba todo de mí.

Se acerca a mi odio y me susurra.

—Señorita Katherine, en hora de levantarse.

¿Eh?

Y es ahí cuando abrí mis ojos encontrándome con una de las sirvientas abriendo las cortinas de las ventanas.

Mierda, tuve un maldito sueño erótico con ese gorila.

Toco mi pecho acelerado y siento todo mi cuerpo sudado, maldición todo fue un simple sueño. Él no estaba aquí, no me estaba tocando.

Te moleta que no fue real.

No, claro que no, agradezco que no haya sido real, ningún hombre me merece y mucho menos el gorila ese, no después de lo que pasó.

—Señorita su familia la esperan en el comedor.

Sin responder me levanto y dentro al baño. Necesito una dueña fría, no me pueden ver con este aspecto que parece que en verdad haya follado.

Maldito hombre, solo un día lo vi y ya me tiene de esta manera. Tengo que evitarlo de cualquier forma. Él es el enemigo de mi padre y por ende también es el mío.

Y entre enemigo lo único que se puede recibir es odio, nada más.

💎💎💎

—A la hora que bajas—dice Robert al verme entrar al comedor.

—Cállate lagartija—respondo burlesca.

Me siento en el lado izquierdo de mi padre. Una de las empleadas me sirve la comida.

—Buenos días princesa—replica mi padre—¿Dormiste bien?

—Si padre—sonrío—. Dormí mejor que en los últimos 5 años.

Como no después de semejante sueño.

—Me alegra.

—Hija, se ocupó una habitación completa por tus nuevas compras—habla mi madre alzando la ceja.

—Con puras compras innecesarias, no llevas ni 24 horas y ya te compraste media moda—exclama Robert.

—¿Y? —pregunto restándole importancia—. Hermanito, sabes perfectamente como soy no te debes de sorprender.

—¡No me molestaría si no me hubieran quitado mi habitación de juegos para poder tu ropa!

—Robert, entiende que tú ya no vives con nosotros, tú ya tienes tu propio pent-house, y esa habitación ya nadie la ocupaba, ahora que ya llegó tu hermana se encontró un mejor uso—responde mi padre.

Le regale una gran sonrisa de triunfo a mi querido hermano.

—Lo sé padre, sé que ya llegó tu consentida.

—Y tenlo claro—respondo sin dejar de sonreír.

—No digas eso, los dos son mis hijos y los quiero, pero a Katherine...

—Es la niña de tus ojos, se sabe perfectamente—interrumpe Robert.

—No te pongas celoso hermanito, agradece que no te he quitado tu querida recamara.

—Si eso pasa, sí que vamos a tener problemas.

Hago una mueca y sigo comiendo.

—¿Tienes algo que hacer hoy Katherine? —pregunta mi madre.

Diamante [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora