—¿Queda claro? —pregunta Darius mirándome de reojo mientras estaciona el auto.
Asiento, muy convencida.
—Te entendí perfectamente—sonrío.
—Eso espero chiquilla, te explique muy detalladamente—alza una ceja—. Ahora bájate que cambiaremos de asiento.
Salgo del carro acomodando mi cabello, mi hermoso gorila me ha explicado muy minuciosamente todo para aprender a manejar, claro que le preste atención, toda mi intención estaba en él, verlo con su postura firme y dominante mientras me hablaba con su voz grave y serio, mientras su manzana de Adán bajaba y subía, sus venas sobresaliendo con cualquier movimiento, mínimo, aunque sea, su mirada fija y fulminante en el camino y en mi asegurándose que le esté prestando atención, en ocasiones pasaba su cabello para atrás dejándolo ver tan sexual que sonreía de inmediato de solo imaginarme cosas intimas. Claro que le preste atención, demasiada atención.
Al cruzar con él, me da un rápido beso para subirnos de nuevo en el carro, yo de piloto y Darius de copiloto. Muerdo mi labio sonriendo acomodo el espejo que quede justo como quiero para poder verme, limpio mi labial en la comisura de mi labio, acomodo mi cabello suave y largo, guiño un ojo al sentir la mirada penetrante de Darius.
—¿No te pondrás cinturón? —pregunto poniéndome el mío.
Él bufa dándole caricias a mi cabello sosteniendo mi nuca.
—Confió en ti.
Mi sonrisa se amplía al escucharlo.
—Eres lindo, pero no creo que debas estar tan seguro, sabes...—pongo mis manos en el volante.
—Chiquilla si prestaste atención saldrás bien, no debes de temer, estás conmigo, solo has lo que entendiste igual estás aprendiendo, no seré duro contigo—aprieta mi nuca, suelto un gemido de dolor—. No de esa manera.
Hago una mueca, sé a qué se refiere.
Doy una ligera vuelta al volante, el auto comenzó a moverse despacio, muy despacio, demasiado despacio. Todos quedaban viendo confundidos.
—¿Lo hago bien?
Él ríe un poco y asiente.
—Lo haces excelente amor.
—Mentiroso.
—Princesa, lo haces espléndidamente, a veces es bueno ir despacio.
—Lo dice él que siempre va volando—hago una mueca.
Bufa.
—Sabes, te ves muy hermosa en el volante, tan delicado, elegante, suave, maneja mi vida de esa manera ¿Quieres? —pellizca mi mejilla.
Sonrío de lado y ladeo la cabeza.
—Ya te la estoy manejando.
—Algo así, pero es verdad ya me estas manejando tú a mí, y no hablo de carros.
—Tampoco lo digo por eso. Miento si te digo que jamás me imagine esto, porque me imaginaba tantas cosas contigo que me daba un poco de miedo por ser tan perversa de querer a un hombre como tú, a uno que odia mi familia, a uno que me lleva 16 años de diferencia, aunque por otra parte llegaba hacer una fantasía, una simple fantasía, que deseaba—hago una mueca—. Y ahora que lo tengo es muy pecador, tanto que mi cuerpo se quema a tu tacto y me gusta, me gusta mucho.
Siento su mirada penetrante clavando todo mi ser, tanto que me siento desnuda a su mirada sin estarlo, de sentirme expuesta más de lo normal, mucho más y solo con su mirada.
—Mierda Katherine, te encanta provocarme. Mi cuerpo es de llamas Katherine, me gusta sentir fuego y lo comparto contigo, así como tú me compartes cada parte de ti, y yo la recibo encantado y agradecido. Hace muchos años le tenía mucha envidia a los Johnson—abro mis ojos sorprendida—. Pero no es por lo que crees, es solo por tenerte, por poder acercase a ti sin ningún problema, mierda, simplemente que ellos pudieran verte por más tiempo, eres lo único que ha hecho bien Richard, nada más. Eres la única fortaleza de los Johnson.
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Diamante [+18]
RomanceMe enamoré de un hombre mayor. Me enamoré del enemigo de mi padre. ¿Qué tan malo puede ser? Cuando el poder y la pasión se fusiona todo puede pasar.